Pasión para el recuerdo
La Semana Santa de Cuenca de vuelta a la normalidad ha cumplido con todas las expectativas. Ya sin restricciones a causa de la Covid-19 y con el buen tiempo acompañando, la capital conquense ha vivido en toda su plenitud sus días grandes, que han contado con una gran participación en las procesiones tanto de nazarenos como de público.
Sin la amenaza de lluvia planeando como en otras ediciones, este año se han podido desarrollar todos los desfiles y no ha habido que suspender ninguno. Partiendo ya a priori con ese buen ánimo al que predisponían las optimistas previsiones meteorológicas, la ciudad ha vivido unas participativas y emotivas procesiones, dejando para el recuerdo magníficos momentos que fueron in crescendo desde un masivo Domingo de Ramos que daba la bienvenida a la Semana Santa por todo lo alto, hasta que se alcanzaba el punto más álgido el Viernes Santo, jornada en la que Cuenca se inunda de devoción al desarrollarse tres procesiones, entre ellas la emblemática Camino del Calvario, con unas multitudinarias Turbas que hicieron vivir una madrugada histórica que va a costar mucho olvidar.
Los misereres, el discurrir de los pasos por la icónica curva de Solera con la calle del Peso, y diestras salidas y entradas de las imágenes a los templos a manos de los banceros son otros de los momentos para el recuerdo.
Al margen de la celebración en sí, tampoco debemos olvidar el aspecto económico de la Semana Santa, que deja en la ciudad un importante desembolso económico, habiéndose registrado este año niveles prepandémicos en el ámbito turístico.
Y es que la ciudad se ha abierto de par en par para recibir tanto a los conquenses que residen fuera como a los visitantes que han venido a descubrir la celebración por antonomasia de la ciudad, su Semana de Pasión, en la que Cuenca recibe el mayor número de turistas del año. La Semana Santa arrancaba con un espectacular Domingo de Ramos para el sector hostelero del Casco mientras que en las jornadas centrales, Jueves y Viernes Santo, se ha rondado el 100% de ocupación, con la hostelería también a rebosar.
En la parte negativa, un año más hay que lamentar las imágenes que se vivieron en el barrio del Castillo, donde proliferaron botellones por doquier, dejando la zona en un estado lamentable. Por ello, hay que hacer un nuevo llamamiento al civismo para que la Semana Santa de Cuenca continúe acorde con su Declaración de Interés Turístico Internacional.
Una grandeza que no sería posible sin el trabajo incansable de diferentes colectivos que son parte imprescindible de esta celebración, cada uno en su parcela. La Junta de Cofradías, bordadoras, floristas, músicos, restauradores, hostelería, el sector turístico, los servicios de limpieza, los cuerpos de seguridad... Sin olvidar a los medios de comunicación, que también son claves para la difusión de nuestra Semana Santa en el mundo y que no siempre reciben el respeto y comprensión que se merecen por su ingente labor.
