Otro que se va

En esta vida hay gente que mira y gente que ve. Los que ven son los afortunados que poseen mentes preclaras, los condenados a ver con facilidad lo que otros son incapaces hasta con una buena lupa y una eterna explicación. En política se pone siempre como ejemplo el nombre de Azaña. Pero a quién le importa la política existiendo el fútbol. Sobre el césped están los que solo ven piernas y los que solo ven huecos; los que se aceleran y los que paran el tiempo mientras los demás corren acelerados. Messi no necesita mirar, es de los que ven, de los que controlan el tiempo, de los que conocen los huecos que solo la humedad puede transitar… Ahora bien, solo dentro de césped, fuera de este se parece más al Felón Casado que al Preclaro Azaña. El caso es que, de malas maneras, dejando al lado los colores, con un burofax, por la puerta de atrás… pero Messi, esta vez, parece que también conseguirá encontrar fuera del campo el hueco por el que escapar y dinamitar el tiempo. Más allá de los debates de bar que deja abiertos sobre si es el mejor del mundo, si siente suficientemente los colores o si intentó ejercer de presidente de la entidad desde el campo; lo cierto es que ni su equipo ni la Liga serán iguales si se va. No todo el mundo puede ser rey por aclamación popular.