Nuevo espejismo

Ha vuelto a suceder. Tras unas semanas con niveles mínimos de nuevos casos de Covid-19, con la vacunación avanzando a toda mecha y cuando ya se nos antojaba ver luz al final de un largo y sombrío túnel que llevamos atravesando desde hace más de un año, nos hemos topado con la cruda realidad de nuevo: el coronavirus sigue con nosotros. Otra vez más en este eterno bucle, parece que nos hemos relajado antes de tiempo y el exceso de confianza nos la ha jugado de nuevo y los contagios han comenzado una nueva escalada. 

Los últimos datos oficiales de la Consejería de Sanidad de evolución por municipios, correspondientes a la semana del 5 al 11 de julio, reflejan que los nuevos positivos se han disparado en la provincia de Cuenca, que ya se encuentra en nivel de riesgo alto. Los casos han aumentado en el ámbito provincial un 143,7% respecto a los siete días anteriores. En el caso de la capital conquense, las cifras han sido aún peores, con un crecimiento del 216,7%. Localidades como El Pedernoso, Talayuelas y Valverde de Júcar también preocupan, con incidencias por encima de 500 casos por cada 100.000 habitantes.  

Dentro del contexto regional y tras varias semanas con la menor tasa de toda la región, la provincia de Cuenca se sitúa ahora a la cabeza en incidencia semanal, con una tasa de 119,30, seguida de Toledo, con 89,52.  

Desde que la Covid-19 irrumpiera en nuestras vidas, la curva de contagios ha sido bien parecida a una montaña rusa: subían los casos, se endurecían las restricciones y volvían a bajar; se relajaban las medidas, nos confiábamos y los positivos empezaban de nuevo a crecer. Y así hasta el infinito, con las pertinentes consecuencias que eso ha tenido para una maltrecha economía y para el ánimo de los ciudadanos, hastiados ya de tanta pandemia.

Urge de nuevo un llamamiento a la responsabilidad y al cumplimiento de las medidas sanitarias para no lamentar consecuencias

Con estos mimbres y con los locales del ocio nocturno en el punto de mira, son ya varias las regiones -como Cataluña, la Comunidad Valenciana o Cantabria- que han apostado por endurecer las restricciones en sus territorios, aunque estas medidas deben estar bien atadas para no sufrir un revés judicial.   

La difusión de los contagios entre los jóvenes obliga a hacer un llamamiento para extremar la responsabilidad y al celoso cumplimiento de las medidas de prevención. Metidos ya de lleno en el verano y con la esperanza de que el turismo pueda aliviar en parte las arcas de los negocios, no podemos permitirnos nuevas medidas restrictivas por los efectos que tendrían en  la economía pero, sobre todo, no se pueden soportar más fallecidos. Urge precaución máxima para que no nos parezca ver de nuevo un oasis en el desierto y resulte que solo sea un espejismo.