Calor y negligencia
En lo que llevamos de mes, hemos escuchado a los ‘especialistas’ aficionados a la meteorología de salón decir que es normal que haga calor porque estamos en verano y que el cambio climático es una invención de ecologistas y radicales que nos quieren vender su moto. Sin desmerecer sus conocimientos en la materia, quienes no somos entendidos en estas lides podemos asegurar que estos ‘científicos pardos’ han obviado que muchas ciudades y pueblos españoles han batido récords históricos de altas temperaturas, y a lo largo de muchos días seguidos.
Durante varias semanas hemos visto cómo los termómetros se mantenían por el día cerca de los 40 grados y por la noche por encima de los 22, temperatura a partir de la cual no se puede conciliar el sueño, sopena de usar ventiladores o aires acondicionados. Como dicen los lugareños, ‘ha ardido el basto’ y prueba de ello son los incendios forestales que han asolado y aún asolan muchas zonas del país, que tardarán décadas en recuperarse. Se cuentan por decenas de miles las hectáreas quemadas en lo que llevamos de verano, superficie muy por encima de las previsiones más pesimistas. Algo difícilmente igualado en tiempos pretéritos
Ahora parece que el clima nos da un respiro, aunque los meteorólogos profesionales confían en que no será muy largo. Los mercurios van a bajar a unos grados más habituales en esta época del año, pero no descartan nuevas subidas de temperatura que nos hagan desear la llegada del invierno. Son muchos los que afirman que ya tendremos que convivir cada año con similares olas de calor, igual que con el coronavirus.
Tanto preocupa el cambio climático, que incluso hemos oído decir a científicos que éste ha sido el mejor verano de la vida que nos queda. Otros incluso auguran un final del estío y un otoño con tormentas ý DANAs apocalípticas generadas por una excesiva evaporación de las aguas marinas. En cualquier caso, es evidente que el clima está cambiando a marchas forzadas... y hacia peor.
Las Chorreras y los accidentes acuáticos
A la alarma generada por las altísimas temperaturas se ha sumado estos días otra alarma: la de los continuos accidentes en Las Chorreras del Cabriel. Un día sí y otro también los medios nos hacemos eco de caídas en la zona que provocan heridas de diversa consideración y que obligan a los bomberos y otros servicios de asistencia, incluidos helicópteros, a evacuar a bañistas y/o visitantes que no han tomado las debidas precauciones para circular por un terreno en el que está prohibido el baño y en el que las formaciones rocosas presentan peligrosas superficies resbaladizas que pueden provocar despeñamientos a gran altura.
La negligencia e irresponsabilidad de numerosos ciudadanos está generando, por un lado, un gasto económico y de personal que podría ahorrarse y, por otro, la posibilidad de que las autoridades impidieran el acceso a uno de los parajes más hermosos de la región. De hecho, ya hay controles de entrada.
De la misma forma que no se recomienda visitar el Polo Norte en camiseta, nosotros aconsejamos a quienes vengan a disfrutar de esta belleza natural que lo hagan con precaución y llevando el calzado y la indumentaria adecuadas.
Asimismo les recordamos que río Cabriel abajo, muy cerca de Enguídanos, hay amplias tablas de baño donde disfrutar de las cristalinas aguas de este excelente cauce sin ningún peligro.
