Borrascas

Ha llegado la nieve.  Bonita esperada y temida.  Incómoda en cualquiera de sus facetas.  El número de tonterías que se pueden hacer con nieve se multiplica.  No quiero dar ideas.  Se trata de la borrasca Fien; nosotros nos hemos librado de Shakira.  Luego está la borrasca Feijóo, pero esa ni es bonita ni tiene lado positivo alguno.  Esa tiene, por un lado, a los médicos, consagrados comunistas, que piden cosas tan disruptivas como mantener la atención primaria e invertir en sanidad pública, para pasar de marea a borrasca.  Por otro lado, están los de los latidos.  ¿Es posible un 155 para Castilla y León? ¡No, hombre!¡Ellos son españoles! Algunos deberían hacerse un test de coeficiente intelectual antes de hablar.  Quizás así decidirían hablar o callar teniendo toda la información.  La información es buena. Luego está lo de ser una minoría influyente.  ¿Para qué más, si siendo minoría ya se puede gobernar de forma indirecta? Yo creo que con democracia indirecta no se quería decir eso.  En, que si me dan a elegir entre las borrascas Fien, Gerard y Feijóo, me quedo con Fien siempre me ofrecerá alguna estampa posteable y me permitirá apreciar de nuevo el calor del hogar ahora que el precio de la luz se puede pagar.