Año Nuevo

Entre el 18 y el 22 de enero se celebrará en IFEMA una nueva edición de FITUR, la Feria Internacional del Turismo.  Una vez más, Cuenca tiene una nueva oportunidad de mostrar al mundo los atractivos de una provincia que desde hace años se postula como un destino de interior de alto nivel.  La gran feria madrileña constituye un escaparate que no deben obviar quienes tienen algo que mostrar en este competitivo universo de viajes y viajeros. Tanto es así, que puede afirmarse taxativamente que el territorio que no se promociona en FITUR no figura en las guías turísticas, o lo hace en letra pequeña.  Este año, la participación de Cuenca adquiere una significación especial, porque la ciudad del Júcar relevará a Sanlúcar de Barrameda al frente de la capitalidad gastronómica de España. Y durante todo el año el nombre de nuestra capital se leerá en mayúsculas en todo el mundo.

Parafraseando un adagio del siglo I referido a la espada de Damocles, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Salvando las distancias, ser Capital Española de la Gastronomía implica la obligación de no defraudar las expectativas que convoca,  a no ser que deseemos quedar a la altura del betún en el panorama turístico internacional, algo de lo que resulta muy difícil recuperarse. En este caso no basta con mostrar a los visitantes la profesionalidad y el buen oficio de nuestros chefs, que también. Además hay que presentar un programa de actividades y alternativas singular e imaginativo que acompañe de manera atractiva al buen yantar de los comensales.  En este sentido, serán bienvenidas la comidas y/o cenas en los enclaves más emblemáticos, las jornadas gastronómicas y los showcookings  que ya están preparando las instituciones locales en colaboración con los hosteleros y que en anteriores ocasiones han mostrado su efectividad. Van a ser más de un centenar los eventos que no solo promocionarán la ciudad sino también la provincia... y así debe ser porque se abre un interesante ramillete de sinergias agrupadas con un objetivo común: que la capitalidad perdure en el tiempo.

Hoteles, hostales, casas rurales, restaurantes, empresas de turismo de aventura, etc.  deben subirse a este carro para afrontar con ilusión este año que comienza con interesantes expectativas... y no solo gastronómicas o turísticas.  En el horizonte cercano se perfilan oportunidades inéditas. Proyectos como el parque científico y tecnológico, el nuevo hospital, los remontes mecánicos al Casco Antiguo, la urbanización de los terrenos de RENFE o el ecoparque de Toro Verde, por enumerar los más destacados, comprometen millonarias inversiones y todos sabemos que donde hay dinero hay empleo  y donde hay empleo crece la calidad de vida y mengua la emigración. Y hay que reconocer que en Cuenca no nos sobran ciudadanos. Estemos o no de acuerdo con los actuales dirigentes de las instituciones conquenses, nadie puede dudar que el futuro inmediato pinta bien y que 2023 da sus primeros pasos con buenas sensaciones.  En mayo, en las elecciones municipales, los conquenses deberán expresar las suyas.