El último quiosquero de Cuenca
En la ciudad de Cuenca hay diferentes puntos de venta de prensa, pero kiosko como tal solamente queda uno. en la calle Cervantes. Su dueño, José Enrique Gascueña (Cuenca, 1974) se introdujo en un sector nuevo para él, pero al que le pone mucha pasión con su kiosko ‘Xúcar’.
Tras trabajar en la fontanería como autónomo durante varios años, la posibilidad de adquirir este negocio se remonta muchos años atrás.
El antiguo dueño, ‘Marce’, tenía una larga relación con el padre de Gascueña y éste a su vez era cliente habitual al comprar una revista de motociclismo que tanto le gustaba y se publicaba cada quince días.
Su antecesor le fue introduciendo poco a poco la idea del kiosco por la gran oportunidad que le iba a suponer, pero siempre le dijo que no porque con la fontanería tenía suficiente.
Fue un día al acercarse a comprar su revista cuando el antiguo propietario del kiosco le dijo que definitivamente se iba a jubilar y, para sorpresa de éste, Gascueña lo pensó y decidió embarcarse en esta nueva aventura al encontrarse en un momento de crisis en su sector. En un principio, su idea era tenerlo una temporada corta, pero desde el año 2011, lleva trece años ofreciendo un servicio para la ciudadanía.
Recuerda entonces que abría desde las 5:30 hasta las 14:00 horas todos los días de la semana, sábados y domingos incluidos solo por la mañana, salvo tres días festivos: el 25 de diciembre, 1 de enero y el sábado Santo.
Gascueña ha podido vivir las dos caras de la moneda como kiosquero y los cambios en el consumo de su producto en el caso de la prensa con los periódicos y revistas.
A pesar de la irrupción de internet, considera que “no afecta a la venta” su lectura. El problema desde su perspectiva reside en que la nueva generación no consume prensa de ningún tipo, su clientela, de avanzada edad, por circunstancias de la vida, fallece y por la despoblación que sufre la provincia.
En estos trece años, uno de los peores acontecimientos fue la pandemia de COVID-19, la cual se llevó la vida de muchos de sus compradores. De hecho, el vínculo con sus clientes es tal que la muerte de un consumidor habitual la siente como si fuera su familia porque sus parroquianos suelen ser de avanzada edad. Destaca que tiene consumidores de más de noventa años en plenas facultades que bajan hasta su templete para comprar.
Como anécdota, recuerda cuando dejó sin su periódico diario al que fuera el primer alcalde de la democracia en Cuenca, Andrés Moya López, en un despiste al confundir a su mujer Gloria, quien lo recogía, con otra persona. Sobre un posible cierre, Gascueña afirma que no tiene intención de hacerlo, por el momento. Incluso hace poco estuvo enfermo y se llegó a sentir hasta “un poco responsable” si llegaba a echar la persiana de manera indefinida pensando en sus clientes.
Lo que sí tiene claro a futuro es que, aunque todo puede cambiar, la persona que se haga responsable del kiosco “tendrá que dedicarse” a otra cosa u otra actividad complementaria.
Actualmente se trata del único kiosco como tal en la ciudad de Cuenca, tras cerrar hace varios años el que se encontraba ubicado en la calle Aguirre. En la provincia de Cuenca, con datos a 31 de diciembre del año 2022 de la Asociación Nacional de Distribuidores de Publicaciones (ANDP), había 14 kioscos activos y, en 2023, había 12, dos menos con respecto al año anterior.
Gascueña recuerda que un buen domingo para él entonces suponía 3.000 euros en ventas, mientras que ahora el mismo día la caja no llega a alcanzar los 1.000 euros.
Aparte de kiosquero es amante del rock, toca el saxofón y la batería. Uno de sus sueños sería el de poder formar parte de una banda como baterista. Por el momento, no pierde la esperanza.