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“Cuando no hay consentimiento, es siempre agresión sexual”

La letrada participa este viernes en una charla coloquio en Cuenca bajo el título Educar en Igualdad, organizada por CCOO
“Cuando no hay consentimiento, es siempre agresión sexual”
15/11/2019 - Dolo Cambronero

Siempre implicada con el feminismo, la abogada Cristina Almeida participará este viernes 15 en Cuenca en una charla coloquio bajo el título Educar en igualdad, que ha sido organizada por CCOO Cuenca. Será a las 19:00 horas, en la Residencia Universitaria Alonso de Ojeda. La política habla de la necesidad de romper estereotipos para acabar con la violencia machista.

¿Qué temas va a abordar en la charla?

El título es ya bastante expresivo. En estos momentos, no hay una educación que hable de la igualdad más allá de algo programático en lugar de con el verdadero sentido. Como estamos próximos al 25-N, se centrará en la violencia de género, un comportamiento que se adquiere con unos estereotipos que es muy necesario romper con una educación en igualdad. Detrás de la violencia sexual, se ve que no hay una educación de las emociones en conjunto de hombres y mujeres. Hoy se aprende con la pornografía, que es muy agresiva con las mujeres, y acaba derivando en violaciones grupales, que llaman manadas y yo llamo jaurías.

¿Qué falla en la educación?

No se educa en igualdad. Se da por supuesto todo. ¿Qué está haciendo la extrema derecha? Ir contra la violencia de género, perseguir las charlas LGTBI, tener un pin para que no se le hable de sexualidad a sus hijos... Y al final se sufre la falta de educación. Se necesita una asignatura de educación cívica, global, de sentimientos, de respeto, de igualdad en todos los aspectos.

Y, desde los medios, a veces se propician discusiones más polarizadas que bien fundamentadas, lo que hace que no se saquen unas conclusiones positivas. En relación con las sentencias de las manadas, por ejemplo, en la de Pamplona, te puedes fijar en el voto particular y ver cómo ese juez llega a esas conclusiones. También tiene que ver con el Pacto de Estado contra la Violencia, que señala que los jueces tienen que tener más formación y que se deben cambiar las leyes, como el Código Penal, para adaptarlo al Convenio de Estambul, que dice que los delitos sexuales sean siempre agresiones, leves o más graves según el carácter, pero no un simple abuso. Si no hay consentimiento, es siempre agresión. Todo esto no se interpreta en las noticias. Aún se pone en duda a la víctima. La violación no ha sido un delito en el Código Penal hasta 1989. Antes eran delitos contra la honestidad. Había un juicio a la víctima antes que al agresor. En el caso de la chica de Manresa, de 14 años, ya solo por la edad, no puede dar ni consentimiento. Y cinco tíos que te llevan a una nave intimidan sin duda. Hay que educar en igualdad si no, los hombres se creen que su sexualidad es diferente a la de las mujeres, y la pueden imponer. En la educación influye todo. A los niños hay que educarlos desde pequeños porque cuando pasan de los seis años, ya tienen un sentido de lo que es hombre y mujer en el que influyen los estereotipos, que vienen de la familia, de los medios, de la sociedad. Solo con unos valores que sean universales se les puede ir formando de manera diferente.

¿Qué cambios debe haber en las leyes?

Llevamos más de un año desde que se aprobó el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que incluía ayudas, medidas en educación... Pero como no había Gobierno ni presupuestos, pues no están previstas partidas. También se hablaba de reformar el Código Penal. Aunque con el actual, el Supremo echó abajo la sentencia de La Manada de Pamplona, en el sentido contrario a la resolución del caso de Manresa. Depende de cómo interpreten. Y eso supone una indefensión para las mujeres. En la Comisión de Codificación de lo penal, no había ni una mujer. Han tenido que buscar para que el informe tenga una visión de género. Como no había Gobierno, estaba paralizado. También es necesario un Pacto por la Educación.

La extrema derecha habla de violencia intrafamiliar.

Parece que no les preocupa que haya 51 mujeres o más de 1.000 desde que se tienen estadísticas muertas por sus parejas o exparejas. Quieren ignorar las circunstancias en las que están las mujeres en todo el mundo. Todas nos encontramos con situaciones de violencia sexual. Cuando se da una visión de género, es porque está pasando. El caso de Diana Quer, como era violencia sexual, no se considera de género. Y la amiga que iba con la chica matada en Cuenca, tampoco. Todo eso está en el Pacto para remediarlo porque son insuficiencias que se van descubriendo. La muerte de las mujeres es diferente a la de los hombres o a la de la violencia familiar.