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"Cada país, cada conservatorio y cada profesor te marca”

Esta joven conquense, afincada en Bruselas, ha conseguido hacerse un hueco internacional entre los guitarristas clásicos
"Cada país, cada conservatorio y cada profesor te marca”
Foto: Saúl García
31/03/2020 - Paula Montero

Sostiene entre sus brazos las curvas de la guitarra desde que tenía diez años, instrumento con el que esta conquense lucha por conquistar el universo de la música clásica con su impecable trayectoria. Así es Ana Santiesteban, una joven apasionada que tras recorrer un arduo camino ha conseguido tener su sitio dentro del pentagrama de guitarristas clásicos.

Con raíces conquenses y andaluzas siempre se ha sentido atraída por la música, pero no fue hasta los nueve años cuando comenzó a estudiar en el Conservatorio Profesional de Cuenca con “la guitarra que me regalaron unos amigos de mis padres en mi comunión”, recuerda.

Siempre respaldada por su familia comenzó su formación de la mano de Carmen Ballón. Aunque, no sería hasta un año después cuando junto a José Mota “se despertó en mí el amor por la música, haciéndome disfrutar y enseñándome que a través de la música puedo acceder a un mundo mágico lleno de ilusión”. Un maestro que, con el paso de los años, considera “ha hecho un papel fundamental en mí porque sin él nunca hubiera tomado la decisión de seguir adelante con la carrera musical”, reconoce.

Ana Santiesteban también ha formado parte del Coro de la Catedral de Cuenca, dónde musicalmente fraguó su lado más interpretativo durante los cuatro años que perteneció al grupo. “El Coro y el Conservatorio han marcado mi vida para siempre”, apostilla.

Al acabar sus estudios en Cuenca, motivada por José Mota y abrigada por sus padres y hermanos, decidió ampliar su formación en un conservatorio superior. Ni en ni en Cuenca ni en Castilla-La Macha existía un centro de esas características por lo que recaló en el Conservatorio Superior de Música de Murcia. “Realmente fue en esta época donde me di cuenta que mi vida estaba encauzada completamente a la música” señala.

Fue en esta etapa en la que se centró en la técnica y en la lucha por la excelencia. Acabó con matrícula de honor y esto, cuenta, le aportó confianza en si misma pero también el principio de nuevos retos al dejar Murcia para trasladarse a Bélgica.

Así, en 2013 cambió de país, de idioma, de cultura, de ambiente, de amigos y “comprendí lo que significaba tener la familia fuera”. Eso sí, los conocimientos adquiridos en el departamento de flamenco del Conservatorio Royal de Bruselas le abrió nuevas puertas. "Me acerqué a un panorama donde predominaba el refinamiento, la sutileza, la expresión a través de la música y del sonido; estaba centrada en los detalles, en elevar la técnica a lo más mágico”.

Tras finalizar con Cum Laude, la guitarrista conquense decide trasladarse a Holanda con el propósito de estudiar una nueva maestría en el Conservatorio de Maastricht. “Cada país, cada conservatorio y cada profesor te marca”, comenta Ana Santiesteban, quien asegura que cada vez se siente más segura y capaz de crear su propia estética. En este punto, dice, “es cuando empiezas a disfrutar, porque soy yo misma quien interpreta”, explica.

Sin haber alcanzado todavía la madurez musical, según declara, sigue dedicando cuatro horas diarias al estudio mientras lo compagina con su trabajo de profesora en la Escuela de Música Tchaikovsky de Bruselas. Clases que ya no toma en un centro musical educativo, sino que se han transformado en exhibiciones semanales a un profesor de su elección. “Así obtengo la visión de otra persona y aprendo de otros músicos y guitarristas”, confirma.

Además, explora su vida artística como concertista ya que cada mes tiene 3 actuaciones en Europa, Asia o América. “Mi objetivo es seguir así, me gusta mucho la docencia, enseñar a niños y adolescentes a disfrutar de la música y de los instrumentos y por otro lado, quiero seguir con mi objetivo de trasladar la música a todo el mundo. Mis dos caminos tienen que ir juntos”, declara. Cuando enseña, aprende de sus alumnos y cuando viaja, las experiencias, la gente que conoce y lo que siente sacude su interpretación.

Mirando hacia el futuro, Cuenca siempre será una ciudad maravillosa dónde pasó la primera etapa de su vida, donde viven sus padres y amigos. Centrada en avanzar, en conseguir su doctorado y continuar con su faceta concertista le gustaría volver, pero “hoy por hoy hay muchos límites laborales para mí”, manifiesta.

Se propone grabar su primer CD y tener más conciertos en España porque lamentablemente la mayoría de veces no son en nuestro país. “A España le falta quizá más concienciación de la cultura. La gente, por ejemplo, le da más importancia a salir a cenar que a asistir a un concierto de música clásica”, aclara.

Agradecida a su familia por haber apoyado sus decisiones musicales cuando “no sabían que existía una licenciatura, o que podía tener un máster o incluso un doctorado, porque ellos siempre han confiado en mí”, revela. Una profesión y un modo de vida que “es difícil de entender cuando no eres músico”. Horas de ensayo, de estudio, o de viaje por, tan solo, tocar durante una hora que han valido la pena. Conceptos abstractos que comenzaron a tener sentido para Ana Santiesteban hace poco más de 20 años, cuando cruzó por primera vez el umbral de la puerta del Conservatorio de Cuenca y que “me han hecho llevar a esta ciudad por bandera”.