"El vino es nuestra forma de vida"
Es un espacio de referencia en el centro de la capital conquense que destaca por las distintas referencias de cervezas artesanas y productos gourmet, así como por su exquisita selección de vinos que marcan la diferencia. Un lugar en el que también se organizan reducidas catas que ofrecen la posibilidad de adentrarse en la cultura y el amplísimo mundo del vino.
Se trata de la vinoteca El Rayuelo regentada por Manuel Molina y Gina Briceño, dos apasionados de las viñas, los caldos y, sobre todo, de la calidad y los productos artesanos. Tras superar el bache económico que trajo consigo la pandemia, han decidido mejorar el espacio dedicado a las probaturas dentro de su vinoteca, una mejorada propuesta que surge con el objetivo de ofrecer una experiencia sensorial inmejorable.
Con toda la ilusión del mundo emprenden este camino para conectar dos mundos: personas que quieren disfrutar de un vino, y botellas de vino que quieren ser catadas. Una actividad amena en la que enseñan a curiosos, principiantes y paladares expertos a entender el producto y la historia que cuenta cada uno de los vinos que sirven. “Todo aquel que viene a una de nuestras catas aprende a escucharlo, a apreciar el color, el aroma...”, apostilla Manuel Molina.
En este pequeño templo atesoran como oro en paño los productos de decenas de bodegas pequeñas que ambos seleccionan minuciosamente al tener en cuenta el proceso de cultivo, normalmente sin químicos, y la elaboración artesana de cada uno de ellos. Siempre con el propósito de dar visibilidad a todos esos pequeños productores que año tras año se esfuerzan para que su cosecha sea excelente. “Contamos con nombres de la tierra pero también de otros puntos de España, la idea es llegar a tener un vino de cada Denominación de Origen”, explica Molina.
Y es que para ambos, “el vino es nuestra forma de vida, un producto detrás del que hay una filosofía que cuida el campo y el entorno. Nos gustaría que todo el mundo lo supiese apreciar”, dice.
Sin embargo, la precursora de todo el proyecto es Gina, aunque ha conseguido contagiar su devoción por el elixir de Baco a su compañero. “Todo lo que sé me lo ha inculcado ella y después nos hemos formado e informado juntos”.
Esfuerzo, tesón y pasión compartidos que han tenido recompensa ya que en este año han sido galardonados con un Solete Repsol en la categoría de Vinoteca. “Que reconozcan todo el trabajo que hay detrás nos anima a ir más allá, a continuar con más ganas para enseñar y ayudar a nuestros clientes”. Y como no, también cuentan con productos para conseguir el maridaje perfecto para cada ocasión.
Ayudar, dice, porque en El Rayuelo aconsejan qué vino regalar, o cuál tomar en cada ocasión, siempre prestando atención al gusto personal de cada uno. “Cada cliente se lleva un trocito de la historia del vino a casa para disfrutarlo con la familia o amigos y eso nos encanta”.
Eso sí, un buen vino no es aquel que se presenta siempre en una botella preciosa con una etiqueta exquisita y de diseño. “Nosotros buscamos vinos sencillos y honestos porque lo importante es lo que hay dentro del cristal”, asegura.
Con la seguridad que les aportan sus clientes y los reconocimientos que poco a poco avalan su trabajo El Rayuelo continúa creciendo paso a paso situándose con un referente en vinos de la capital y la provincia.
