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Reapertura bares y restaurantes

Rocko, una nueva experiencia culinaria y musical en Cuenca

Héctor Blasco y Ainhoa Chacón han reabierto el mítico bar 'Roco' con una propuesta "diferente y única"
Rocko, una nueva experiencia culinaria y musical en Cuenca
Foto: Paula Montero
03/04/2022 - Paula Montero

Dicen que después de la tormenta llega la calma. Héctor Blasco (Cuenca, 1975) y Ainhoa Chacón (Baracaldo, Vizcaya, 1985) han querido aprovechar que la pandemia parece haber amainado para lanzarse y poner en marcha un nuevo establecimiento hostelero en la capital conquense. 

Para esta nueva cervecería no han escogido un bar cualquiera, pues se han decantado por reformar el que antaño fuese el mítico bar Rocomar, conocido popularmente entre los conquenses como bar Roco.

Eso sí, ahora empieza una nueva era de la mano de Héctor y Ainhoa para ofrecer “un servicio diferente y único que hasta ahora no existía en Cuenca”, aseguran.

La esencia del local ha cambiado completamente y el nombre también, pues desde este viernes que volvía a abrir sus puertas pasa a llamarse Cervecería Rocko. “Hemos decidido mantener el nombre por respeto a la ciudad y a todo lo que significó pero le hemos dado nuestro toque personal”, explican.

Al entrar al nuevo Rocko el cliente se verá rodeado de discos de vinilo, calaveras, guitarras eléctricas y mucha música acompañada de una oferta gastronómica de calidad, “con raciones, pinchos y tapas calientes y suculentas, elaboraciones caseras para las que utilizaremos productos de temporada y de la tierra”, dicen.

Además, entre su carta de bebidas también hay vinos de la provincia y, como no, las grandes Denominaciones de Orígen nacionales pero, al fin y al cabo, “lo más importante es que la gente venga a disfrutar con la familia o entre amigos, que pasen un rato agradable y estén a gusto”. Para lograr este objetivo tienen previsto organizar fiestas en las que diferentes discyoqueis ofrezcerán sesiones de música en fechas señaladas.

Una experiencia completa tanto a nivel gastronómico como musical en la que llevan trabajando desde enero, mes en el que Ainhoa se mudó a Cuenca por amor. “Siempre me he dedicado a esto y ahora es el momento perfecto para iniciar un proyecto propio en Cuenca con un bar que nos define y tiene la esencia de nuestra personalidad, porque Héctor y yo somos personas roqueras”, apostilla.

Eso sí, desde que alquilaron el bar las cosas no han sido fáciles. De hecho, la inauguración estaba prevista para el pasado 25 de marzo pero tuvo que retrasarse por el parón de los transportistas aunque, mirando el lado positivo “hemos podido terminar pequeños remates que faltaban para que todo esté perfecto”, aseguran.

Ahora solo falta arrancar y ver cómo evoluciona el negocio. Las previsiones son buenas y así se pone de manifiesto con las muchas muestras de apoyo y cariño que están recibiendo. “Nos han escrito desde chicos y chicas jóvenes hasta personas mayores y estamos muy contentos porque aquí puede venir quien quiera, solo hace falta que tenga ganas de disfrutar”, aseguran.