Más de media vida dedicada a la Atención al Cliente

¿En qué le puedo ayudar? Esta es, quizás, la pregunta que más tiene que hacer Angustias en su día a día. 
Ella, en el argot de los grandes almacenes, es la Coordinadora de Administración y Dinero, lo que en la práctica viene siendo la jefa de Atención al Cliente, un puesto al que ha llegado tras casi media vida dedicada a atender a todos aquellos que se han puesto frente suya en los diversos trabajos que ha tenido dentro del mundo comercial. 

A sus 50 primaveras, lleva más de 20 en el mundo del comercio y, como no, atendiendo a cada uno de los clientes que han pasado por en frente de ella porque, como asegura, esa siempre ha sido su vocación.

De pequeña, cuando soñaba con qué quería ser de mayor, no tenía sueños grandes, sólo quería tener un futuro, ser alguien en la vida que sumara a la sociedad y ser, simplemente, ella. Y poco a poco lo ha ido consiguiendo. 

Sus primeras oportunidades laborales llegaron como asistenta del hogar. Ahí se dedicaba a limpiar casas, un trabajo que la curtió como persona y donde la enseñanza más importante que se llevó es que, aunque la gente tenga mucho dinero, trata por igual a la que tiene menos, como si fuera de la familia. 

“Cuando recibía ese trato tan bueno, ya dije que yo siempre quería ser así, tratar bien a todo el mundo, independientemente del nivel de vida o de lo que sea”, recuerda Angustias. 

Hace ahora 20 años fue cuando le llegó su primera oportunidad ya enfocada a la atención al cliente. Fue en una tienda familiar, dedicada a las tarimas flotantes y la decoración. “Como no había dinero, empecé a trabajar aquí”, reconoce Angustias, quien asegura que su verborrea y desempeño le fue de gran ayuda. 

Por motivos de la vida, esta tienda familiar tuvo que echar el cierre, pero gracias a la mujer de un compañero, le llego su primera gran oportunidad. Fue en el hipermercado Eroski.

Empezó como una cajera, manteniendo siempre su sonrisa característica y atendiendo a cada cliente de una forma especial que, a pesar de que empezara cubriendo vacaciones y sustituciones, poco a poco la empezaron a subir de horas semanales hasta hacerla fija en jornada completa.

La empresa supo aprovechar el gran potencial que día a día demostraba Angustias de cara a los clientes y una compañera de caja, que en ese momento estaba en el mostrador de atención al cliente, se la llevó a su lado. 

Con el cambio de Eroski a Carrefour, Angustias fue ascendida a su puesto actual, siendo la máxima responsable de todo lo que transcurre en ese mostrador: desde atender a cada uno de los clientes que van a quejarse, consultar dudas o reclamar unos centimillos hasta dar, o no, cambio a sus compañeros de gasolinera o cajas. 

Y es que, subraya Angustias, todos los jefes que ha tenido en estos 20 años han sabido valorar su potencial, por lo que no puede tener queja de ninguno. “Me han tratado como compañera, siempre, y nunca me han tratado de forma despectiva ni me he sentido infravalorada”, recuerda.

Un trabajo que, con esa dificultad de tener que lidiar con la gente cabreada, reconoce Angustias que hay desde los días muy buenos hasta los muy malos. Pero siempre tiene ahí a su marido, esa segunda pata de su vida que, si no estuviera, para Angustias hubiera sido imposible llegar hasta donde ha llegado.

Pero aunque sea ella la que ostente ese cargo de máxima responsabildiad en el organigrama de Carrefour, como incide Angustias, ella no sería nada sin sus actuales compañeras detrás del mostrador de Atención al Cliente: Miriam, Julia y Nuria, ya que entre las cuatro se reparten el mismo trabajo para hacer que cada cliente que pase por el hipermercado francés se vaya a su casa habiendo recibido la mejor de las atenciones.