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Culturismo

Sacrificio y dedicación para subirse a un podio mundial

El culturista conquense Jesús Jiménez logra un histórico tercer puesto en el Mundial de Culturismo celebrado en Larvik, Noruega
Fotos: Saúl García
24/06/2025 - Alejandro del Valle

Un cuerpo cincelado al límite, una mentalidad llevada al extremo y una sonrisa para explicar su historia. El culturista conquense Jesús Jiménez ha protagonizado una historia de superación, disciplina y entrega absoluta que ha tocado techo con el recientemente logrado tercer puesto en el Campeonato Mundial NAC celebrado en Larvik, Noruega. Más allá del resultado, su esfuerzo refleja un compromiso férreo con el deporte que ama y también una vedad ineludible: que el éxito tiene un precio que no todo el mundo está dispuesto a pagar.

Aunque lleva haciendo deporte regularmente desde los 17 años, Jesús Jiménez, a sus 34, comenzó su camino en el culturismo hace cinco. “A día de hoy, es mi estilo de vida”, traslada Jiménez, cuya incorporación a la competición fue progresiva pero firme, ya que en apenas unos años ya estaba rindiendo a altísimo nivel.

Su mejor momento ha llegado en este 2025: todo comenzó en los campeonatos regionales, donde consiguió el pase al nacional. No desaprovechó su oportunidad y también se coronó campeón de España en el Olimpia celebrado en Ugena –Toledo–, por lo que fue seleccionado por la AEFF –Asociación Española de Fisicoculturismo y Fitness–, presidida por Lolo Lucena, para representar al país en el Mundial celebrado en Noruega.

Aunque el año pasado ya consiguió un nada desdeñable sexto puesto en este mismo campeonato, reconoce que todavía no se cree que haya podido subirse al podio en esta edición. “Estoy asimilándolo, te diría que es algo inefable, es muy difícil explicar esta sensación y aún lo estoy digiriendo todo”, admite el conquense.

El impacto en redes fue inmediato y, aunque sabe que cuenta con un gran apoyo en Cuenca, no puede esconder su gran asombro por la repercusión que ha tenido estos últimos días a nivel de visibilidad. Publicó un pequeño video de agradecimiento tras su actuación en el campeonato y en tan solo 24 horas, superó las 10.000 visualizaciones. “No esperaba tener esa repercusión, especialmente viniendo de un sitio pequeño como Cuenca”, confiesa el deportista, agradeciendo las muestras de cariño.

 

Jesús Jiménez compite en la categoría Men’s Physique, que requiere unas características muy precisas en cuanto al físico que presenta

Cabe destacar que Jesús compite en Men’s Physique, una de las categorías más particulares y exigentes del culturismo. Además de los estándares estéticos, requiere una puesta en escena y unas características muy concretas. Desde simetría y definición hasta una pulida presencia en tarima, peinado, maquillaje… “Se valora mucho la cintura estrecha, la anchura clavicular, ese look en forma de V. Y estar muy, muy seco. Con la piel como papel de fumar”, explica. “En backstage, jueces y preparadores se acercaban a felicitarme por la definición que conseguí. Eso es una satisfacción inmensa”, relata, plenamente orgulloso de ver cómo el trabajo daba sus frutos.

 

PREPARACIÓN AL MILÍMETRO

La rutina de un culturista de élite es toda una mezcla de cálculo, estrategia, dedicación… y, sobre todo, una voluntad de hierro. A falta de cuatro meses, las calorías se bajan progresivamente y sus entrenamientos comprenden dos sesiones de cardio –una en ayunas– más el entrenamiento habitual de los distintos grupos musculares. En el último mes se suprimen los hidratos, el combustible del cuerpo. “Y aún así haces tu cardio, tu entrenamiento, tus labores en el trabajo y también como padre… ahí es donde entra el tema mental y se demuestra si estás capacitado para ello o no”, declara. Cuando queda una semana, pescado blanco, espárragos… y ocho litros de agua diarios. Y la noche anterior, se corta el agua para llegar con la piel pegada al músculo.

Reconoce que, en todo este proceso, la cabeza es capaz de jugar malas pasadas. “No importa lo fuerte que seas: si no tienes la cabeza preparada, te gana la batalla”, advierte Jesús, quien en su caso particular lo tiene muy complicado al compaginar un deporte de tamaña dedicación con su faceta como padre y trabajador.

 

Más que un deporte, el conquense declara que el culturismo es un estilo de vida que traslada a todos los aspectos de su día a día

Como él mismo comenta, el culturismo trasciende la etiqueta de deporte y se convierte en una forma de entender y vivir la vida. A pesar de toda la dedicación anteriormente mencionada, es un grandísimo orgullo superarse continuamente y, por supuesto, verlo también refrendado en su vida diaria. “Esa disciplina, el ser tan meticuloso, los entrenamientos… todo eso lo llevo a mi día a día”, declara el conquense, quien ha obtenido mucho de esta disciplina.

Por otra parte, lo que más le emociona es ver cómo estos hábitos y valores se traducen en aspectos positivos para sus hijos. “Mi hijo sube conmigo al podio a recoger el trofeo. Ve tu esfuerzo, tu disciplina, y lo entiende. Vamos a comprar y sabe si algo es saludable o no. Una vez me vio pedir una cerveza 0,0, pero no vio que era sin alcohol y me dijo: ‘Papá, si tú no bebes’”, recuerda entre risas. “En estos tiempos tan ambiguos y difíciles, forjar esa mentalidad en un hijo es algo muy gratificante”, reconoce.

Jesús Jiménez ha llevado a cabo una preparación milimétrica para estar a punto de cara al Mundial. Tras un pequeño descanso, el conquense empezará a soñar con ser campeón del mundo

 

Tras la competición, toca parar, descansar la cabeza y resetear. No solamente por el físico, sino también por salud, ya que hay que cuidar los posibles ‘rebotes’ de peso una vez se acaba la exigente rutina que ha llevado en estos últimos meses. 

Poco puede ‘pecar’ el conquense, si bien reconoce entre risas que una vez terminada la competición se permitió una buena pizza, pero no mucho más.

Después de un más que merecido descanso, tiene claro que su objetivo es mejorar. “Ojalá escalar puestos y ser campeón del mundo”, traslada, mientras que su preparador, José Luis Casado, le transmite que “no soy consciente ni de lo que estoy haciendo”.

El conquense es un claro ejemplo de lo que se puede alcanzar con constancia, sacrificio y pasión, y  desde luego no le faltan razones para creer en ese primer puesto a nivel mundial.