Arturo Casado: "Ahora mismo me veo al cien por cien"

Arturo Casado es un atleta de élite que tiene los pies en el suelo, salvo en la pista, donde vuela. Este madrileño entrena desde hace un par de años en Tarancón, sus instalaciones deportivas, la tranquilidad de sus calles y la cercanía del campo hacen del municipio conquense un lugar ideal para preparar nuevos retos.
En el 2010 Arturo se proclamó campeón de Europa de 1.500, un título por el que volverá a luchar en agosto en Zurich. Este corredor entrena muy duro y con gran disciplina su físico, pero también cultiva su mente. Es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. En la actualidad trabaja en su Tesis Doctoral sobre entrenamiento de corredores de fondo kenianos.
¿Qué es para ti el atletismo?
Mi profesión desde hace más de 10 años y la forma de ganarme la vida, pero también es mi pasión. Es el deporte que me gusta, que me encanta practicar y poder dedicarme a ello y, por último, también es mi estilo de vida, no la concibo sin salir a correr casi todos los días.
¿Cuáles van a ser tus citas más importantes de 2014?
El Europeo de Zurich en agosto en la prueba de 1.500, en la que espero hacer un gran papel. Hay más objetivos secundarios que van encaminados a estar muy bien en esas cita, que son principalmente el campeonato de España al aire libre, que se celebra en Alcobendas a finales de julio; también quiero disputar el campeonato de España de Cross a mediado de marzo.
Parte de tus entrenamientos los realizas en Tarancón, ¿por qué tomaste la decisión de venir desde Madrid?
Por motivos personales, mi novia ahora está trabajando aquí en su propia clínica dental familiar y decidimos venirnos porque Tarancón cumplía con todos los requisitos que necesito para poder entrenar. Tiene una pista de atletismo inaugurada en el 2010 que está prácticamente nueva, también hay instalaciones de sobra como un gimnasio, que está muy bien acondicionado y está de lujo poder entrenar allí. Y, luego, pues es un ambiente algo rural en el sentido en el que hay muchos caminos en los que puedo hacer mis entrenamientos fuera de la pista, que son bastantes. Es un sitio bastante ideal y no es un pueblo pequeño, sino más bien grande o mini ciudad en la que tienes todo lo que necesitas y además estás a 80 kilómetros de Madrid. Presenta una ventaja muy clara con respecto a la capital, que era donde yo vivía antes, y es que tiene mucha más tranquilidad y eso para un atleta de élite es fundamental. Nosotros no necesitamos que haya tráfico ni tiempo para trasladarse al lugar de entrenamiento, sino justo lo contrario, y aquí en ese sentido es perfecto.
¿Cómo es tu rutina de trabajo, cuánto dedicas a entrenar?
Bastante tiempo, al día quizás unas 4,5 horas y media, entreno todos los días de la semana. Un día normal empiezo a las 8:30 h. y suelo acabar entre 11,30 y 12,30, dependiendo de lo que tenga que hacer. De tres a 5 días hago doble sesión por la tarde, o a las 5:30 o a las 7:30, suele durar una hora y suele ser los martes, los jueves y los sábados, pero a veces hago dos días más, o uno, cada semana.
¿Sigues yendo al centro de alto rendimiento de Madrid?
Sí, pero mucho menos, como mucho un día a la semana y algunas veces dos, pero no más porque aquí lo tengo todo. Además, hay un chico que me está ayudando muchísimo, se llama Iván Pérez. Me acompaña con la bici e incluso me ayuda en las series, se pone delante mía y ejerce una labor de libre, por así decirlo, para ayudarme con los ritmos que tengo que hacer en mis entrenamientos, que son bastante altos.
Has pasado un par de años duros con las lesiones después de ganar el campeonato de Europa en 2010, ¿cómo ha sido la recuperación, estás a pleno rendimiento?
Me veo a cien por cien, este año está encaminado a estar al mismo nivel que tuve cuando gané el campeonato de Barcelona. Parece que la recuperación ha sido muy buena y los ánimos y todo eso va de la mano con lo otro, sobre todo después de haber pasado estos dos años en los que me perdí unos Juegos Olímpicos, que para mí fue bastante duro.
Además de tu preparación física, no has descuidado la académica, ¿cómo lo has compaginado? ¿es un plan B para cuando dejes de competir profesionalmente?
Realmente es un plan A porque no me va a quedar otra que dedicarme al deporte de élite. A nosotros se nos acaba esto rápido, es una profesión que a los 35 o 36 como mucho el cuerpo ya no está capacitado para los ritmos y los entrenamientos que son tan exigentes para estar a nivel mundial y europeo. Por supuesto, yo lo he tenido siempre muy claro desde pequeño gracias también a mis padres. He estudiado mi carrera y ahora quiero acabar una Tesis Doctoral, lo que estoy haciendo es combinar mi condición de atleta de élite con la labor académica haciendo un doctorado sobre entrenamiento de corredores de fondo kenianos. Es algo que se compagina muy bien dados los años que llevo y los contactos que he hecho, pues tengo acceso a los mejores corredores del mundo. Entonces, la muestra que puedo emplear es bastante buena en ese sentido.
¿Cómo te ves más allá de la competición?
A mí mismo me veo como una persona bastante normal, ni soy muy raro ni extraordinario. Intento hacer lo mejor posible mi trabajo, que ahora mismo es correr, e intento disfrutar también de los pequeños detalles de la vida, tampoco veo más en esto. La fama, el dinero y todo esto es importante pero la felicidad real no creo que resida ahí, sino en otros aspectos más sencillos a los que todos podemos acceder.
¿Cómo está el mundo del atletismo desde el punto de vista profesional, pero también del económico? ¿Se puede vivir de él?
La verdad es que está muy mal ahora mismo, antes de la crisis económica hemos pasado unas épocas muy buenas en las que vivir del atletismo era bastante factible. Ahora mismo la gran mayoría de los atletas no puede, yo me considero privilegiado, ya que gracias a mi patrocinador principal, que es Adidas, puedo vivir con cierta tranquilidad de esto. Pero soy consciente de que soy un caso bastante aislado.
La gran mayoría de los atletas de elite están buscándose un trabajo que puedan compaginar con los entrenamientos, o malviviendo de esto, lo cierto es que hay unas condiciones económicas muy malas en nuestro deporte y es prácticamente imposible dedicarse a ello. Los que están empezando ahora o son casi medallas en un campeonato del mundo o es prácticamente imposible que se dediquen con cierta tranquilidad a esto y ahorren algo. A lo mejor puedes sobrevivir, pero no es una forma normal de ganarte la vida.
Por otro lado, la práctica del atletismo de forma aficionada está creciendo. No sé si tienes esta percepción y por qué piensas que puede ocurrir.
Sí, es un fenómeno que está sucediendo ahora, se ha comprobado en otros países y épocas de crisis económicas, no se conoce la razón concreta y puede haber varias. Mucha gente se dedica a este deporte viniendo de otros que costaban dinero porque este es el más barato que hay. También es una forma de desfogarse de los problemas que tenemos en el día a día, pero lo cierto es que hay un bum generalizado en el país del running y el entrenamiento de carrera. Sí que es una forma de ganarse la vida de muchos deportistas que se están pasando a ser entrenadores de estos atletas que todos los fines de semana corren carreras populares en todo el territorio nacional. Es una salida.
¿Qué consejo darías a las personas que desean empezar a correr pero piensan que no pueden?
Yo creo que lo que tienen que hacer es empezar con mucha progresión, muy despacio al principio. De esta manera se darán cuenta de que no es tan duro como pensaban, es una cuestión también de escuchar al cuerpo y saber de dónde partimos y a dónde vamos. Al principio no estamos adaptados a hacer este tipo de entrenamiento, por lo que hay que comenzar con poca distancia y ritmos muy bajos, hay que tenerlo claro. Con mucho sentido común y con una progresión muy adecuada, ir subiendo los ritmos. Yo creo que cada uno va cogiendo su puntito en los entrenamientos y se da cuenta de que son capaces de disfrutar de esto porque te puede hacer sentir muy bien cuando acabas. Al final es diversión, es deporte, pero sobre todo es salud. Creo que la sociedad está necesitada también de este tipo de deporte.
De toda tu actividad de estos años, ¿qué anécdota recuerdas con más cariño?
Son muchas, a nivel deportivo hubo un momento muy bonito, que fue cuando conseguimos un triplete tres españoles en el campeonato de Europa en pista cubierta y encima se daba la circunstancia de que quienes me acompañaban eran Juan Carlos Higuero y Sergio Gallardo, eran muy amigos míos. Imagínate la fiesta que nos pegamos después de conseguirlo, salimos en todos los medios y las televisiones nacionales, fue algo bastante espectacular y para el que lo vivió en primera persona fue algo increíble. Y a nivel deportivo mi momento fue cuando me proclamé campeón de Europa en Barcelona, en mi país, en 2010, como reconocimiento a un montón de años de entrenamiento, de constancia, de saber que yo valía y de intentarlo e intentarlo después de muchos cuartos puestos, de muchas desilusiones (porque para un momento bueno hay muchos malos en este deporte)…al final conseguí mi objetivo, ser campeón de Europa. Ese momento fue para mí lo más especial que he vivido hasta ahora.
La fuerza física es importante, pero la mental para un atleta de elite tiene que ser tanto o más…
La fuerza mental, el trabajo mental, la concentración y todo este tipo de aspectos se están entrenando. También se pueden preparar con psicólogo… la gente le da mucha importancia a lo físico, pero al final lo que mueve el aspecto físico es el mental. Cómo te hayas preparado mentalmente va a determinar en muchos casos ser primero o segundo, de ser tercero a ser cuarto, te va a marcar una actitud, una forma de afrontar las competiciones que al final es determinante.
Una de las cosas que utilizamos mucho los deportistas es ser todo lo positivo que puedas, eso siempre nos ayuda a mejorar y a ver las cosas y los problemas desde otros puntos de vista. Siempre buscamos la parte positiva para seguir superándonos y eso al final es una actitud mental.
Escribiste en El Pais un artículo de opinión sobre tu viaje a Kenia en el 2011 donde explicabas la gran experiencia que viviste allí. ¿Con qué te quedas?
Me quedo con que es una cultura completamente diferente a la nuestra, son entrenamientos totalmente distintos, hasta que no vas allí no te das cuenta. Ellos ven el atletismo como una forma de salir de la pobreza, de salir del país, la única oportunidad que tienen de sacar a su familia de enfermedades, de hambre… cosa que para nosotros es completamente impensable y es algo que no vemos normalmente. Te das cuenta de que las motivaciones de ellos y las nuestras no tienen nada que ver.
Su estilo de vida siempre ha sido correr desde pequeñitos, descalzos, para ir a la escuela un montón de kilómetros y eso les ayuda mucho a desarrollarse como atletas. Son gente muy especial, muy humilde, te ofrecen todo sin tener nada. Sobre todo los niños tienen una sonrisa en la boca siempre, muestran que no hace falta tener aspectos superficiales como dinero o riqueza para ser felices. Aunque estén pasando hambre o su hermano esté casi con una enfermedad de muerte, ellos siguen disfrutando de lo que tienen en su vida. Se aprende mucho de esta gente, son culturas completamente diferentes a la nuestra y hay muchos valores positivos.
Por último, ¿qué hay de tu afición a volar?. La heredaste de tu padre, ¿verdad?
He volado prácticamente en todo, pero lo que más practiqué en su día, ahora no porque estoy con el atletismo, fue parapente. Con once años era incluso el piloto más joven de España en esa época, era algo que me apasionaba. También hice vuelo sin motor y de todo tipo de aparatos voladores porque mi padre se ha dedicado a eso toda la vida.