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“Mi mejor patrimonio son los discos que he grabado”

El batería Eric Jiménez (Los Planetas, Lagartija Nick) ha presentado este viernes su autobiografía, ‘Cuatro millones de golpes’, en el ciclo “¿Malos tiempos para la lírica?’
“Mi mejor patrimonio son los discos  que he grabado”
07/04/2018 - Gorka Díez

El ciclo ¿Malos tiempos para la lírica? Radiografía del panorama musical independiente que organiza Babylon Festival ha inaugurado este viernes su segunda edición con una conferencia en la Sala Acua (20:00 horas) y una sesión de DJ en el pub Vaya Vaya (00:00 horas). Su protagonista ha sido el incombustible Eric Jiménez (Granada, 1967), batería de Los Planetas y de Lagartija Nick, con quienes grabó, entre otros, el mítico disco ‘Omega’ (1996). Hablamos con él de su reciente autobiografía en colaboración con el escritor Holden Centeno: ‘Cuatro millones de golpes. La insólita y emocionante historia del batería de Lagartija Nick y Los Planetas’ (Plaza & Janes, 2017).

Vienes a Cuenca a presentar tu autobiografía. Para los que conocemos tu trayectoria como batería pero aún no hemos leído el libro, ¿qué nos puedes decir de él?

‘Cuatro millones de golpes’ es la historia de mi vida en paralelo: lo que me va ocurriendo a nivel personal y lo que me va ocurriendo a nivel musical. Al empezar muy joven, en los ochenta, es también un poco un retrato sociológico de la música de las tres-cuatro últimas décadas. Es una historia un poco diferente a lo que suele ser una vida normal en la que hay historias muy oscuras y muy tristes pero siempre tomadas con un buen sentido del humor. Es un libro en el que se puede llorar y se puede reír a la vez.

En el libro hablas de los excesos (la noche, el alcohol, las drogas) a los que tanto se asocia la música rock…

Bueno, no a la música: al alcohol y las drogas están asociados los despachos de abogados, la política, todo… Es algo que está ahí y que muchísimos gremios, no solo la música, cogen. Solo que, quizá, en el gremio de la música, o en el gremio del arte, como son espíritus libres, se esconden menos. Yo, sin duda, he tenido un gran coqueteo hace muchísimo tiempo con las drogas pero ahora estoy en un punto de mi vida en el que no necesito nada de eso para poder disfrutar de la vida. Con eso tampoco me pongo en plan de decirle a la gente lo que tiene que hacer: cada uno que haga lo que le dé la gana. Yo lo hice para evadirme de muchas cosas que me pasaron y para poder sacar, dentro de mí, una seguridad que no tenía y que, falsamente, me lo daba eso. Ahora, después de madurar y de ser padre, tengo una seguridad en mí mismo. Sobre todo, gracias al público, que siempre ha estado conmigo y me ha dado muchísima confianza.

El título del libro, ‘Cuatro millones de golpes’, remite a la canción ‘Un buen día’ de Los Planetas. En un reciente concierto en Albacete, al llegar ese momento Jota te mira y los dos os reís, pero quien completa la frase es el público. ¿Ya no lo cantáis?

Como todas las cosas, probablemente Los Planetas tienen muchas mejoras canciones que ‘Un buen día’. Quien es amante de la música seguramente elija de nuestro repertorio otras canciones totalmente diferentes a esa. Para quien no escuche mucha música, probablemente sí sea su favorita. Entonces, cuando la tocamos en los conciertos probablemente en algunos casos no lo cante (ríe), en otros se ría, en otros, como le pille el cuerpo…

Hasta Antonio Luque (Sr. Chinarro) tiene alguna versión en directo en la que cuando llega ese momento se ríe pero no lo canta…

Hay tanta gente cantándolo que para qué va a cantarlo la voz principal…

Tu hija, sobre todo, es la que te ha salvado o al menos ayudado a seguir adelante…

Realmente, cuando eres padre, la visión sobre las cosas cambia totalmente. Sobre todo si has tenido una infancia peculiar, con muchísimas carencias. Cuando nace mi hija, en el año 2012, me doy cuenta de las carencias que yo he tenido, de las que quizá no me daba cuenta cuando era pequeño. Esto me hace reflexionar sobre mi vida. Cuando la veo nacer veo además que es el mayor espectáculo del mundo, y mira que he visto muchísimos. Y me hace ver las cosas bajo otro punto de vista, otro prisma del cual estoy bastante orgulloso.

“Mi mejor patrimonio son los discos  que he grabado”

Entiendo que reniegas de la música muy comercial. Te he leído decir que no te gustan los grupos que llenan estadios, como Los Rolling Stones… ¿A lo mejor lo bueno de Los Planetas es que han triunfado pero sin llegar a llenar estadios?

Siempre hablo en clave de humor y con muchísima ironía, algo que en Granada puede traducirse como la ‘malafollá’ granaína. Y ahí siempre digo que, a cuanta más gente le gusta un grupo, y más gente convoque este, la calidad tiene que ser peor, porque (ríe) si le gusta a tanta gente, tiene que ser algo muy convencional. Eso no significa que lo convencional sea malo, es popular, pero ya estoy harto de ver todo lo que nos meten por televisión y descubrir que hay una literatura que no es la que se anuncia, un cine que no es el que ponen en las pantallas, y una música que no es la que sale en las grandes plataformas: hay todo un mundo por descubrir que es maravilloso y que merece la pena aunque no esté en primer plano.

Aunque tú tampoco te identificas con el movimento ‘indie’…

Para mí la independencia es hacer lo que te de la gana en cada momento, da igual con quién firmes o con quién no firmes. Es sencillamente tener un criterio sobre la música basándote, sobre todo, en tu estado anímico, en cómo te sientes en cada momento, y no hacer los discos como churros. Porque hay muchos grupos que dicen: promo, disco, gira, promo, disco, gira… No sé. No creo que la inspiración venga todos los años. Eso más bien te transforma en una especie de obrero-funcionario para sacar dinero. Te compromete a hacer cada año o cada dos años una cosa mecánicamente, no espiritualmente. Yo con lo que no comulgo es con las etiquetas, como decir que el punk lo inventó Malcolm McLaren. Y la etiqueta ‘indie’ nace de una crisis enorme en la que no se venden discos y los ayuntamientos no tienen dinero para contratar a grupos en sus fiestas patronales. De repente todo el mundo es ‘indie’ porque se pone de moda en los festivales, algo que empezó hace muchísimos años con Benicàssim trayendo a artistas muchos de los cuales no estaban en grandes plataformas. Al empezar ibas a un festival a descubrir nueva música pero, ahora, parece que en los festivales el cartel es el mismo en todos sitios. Entonces, creo que lo que engloba la etiqueta ‘indie’ no tiene nada que ver con lo que es realmente.

Sí estarás muy satisfecho de pertenecer a Los Planetas y Lagartija Nick, dos bandas que arrancaron en los noventa y llevan una trayectoria intachable, a lo mejor no muy prolífica pero sí con grandes discos, muy valorados por crítica y público como los recientes ‘Zona temporalmente autónoma’ y ‘Crimen, Sabotaje y Creación’, ambos de 2017.

A diferencia de otros muchos grupos cuyo patrimonio son grandes casas, buenos vehículos, mi mejor patrimonio es que, cuando llego a casa, miro los discos que he grabado a lo largo de mi carrera, y duermo tranquilo.

Entre esos discos, ‘Omega’, junto a Enrique Morente’, ocupará un lugar muy especial…

Por supuesto. Sobre todo porque es un disco muy granadino que me hace sentir que he hecho algo con mis propias raíces. No se fusiona, porque no es un disco de fusión, pero sí hay un choque de caracteres con un genio del siglo XX como es Enrique Morente, y entonces llegamos a plasmar ese misticismo y ese aire que tiene Granada. Escuchar el disco de ‘Omega’ es igual que estar en la Alhambra, desde donde se puede oler a hielo de Sierra Nevada y al salitre del mar de Salobreña.

A lo largo de las últimas décadas habrás conocido también muchas bandas a lo mejor buenas pero que no han podido hacerse un hueco y vivir de la música…

Muchísimas. Esto es un oficio de románticos y en muchos momentos puedes estar en la cuerda floja. Y como la gente prefiere algo seguro, solo los románticos o los muy valientes deciden seguir.

¿Y cómo ves a las nuevas generaciones? Porque tienes una Academia en la que enseñas a los jóvenes a tocar la batería…

Las veo muy bien. Lo único que tiene de bueno lo de internet es la información. Una información que da muchísima gente sobre grupos nuevos que salen, sobre cómo se tocan los instrumentos musicales… Ahora veo un nivel muy alto. Ves a un grupo de chavales de quince años tocando hardcore y se te cae la baba. Eso está muy bien. Hay que tener en cuenta que, mientras que yo empecé a principios de los ochenta después de haber estado incomunicado con el resto del mundo, cuando teníamos que buscar discos debajo de las piedras, ahora por lo menos hay facilidad para poder buscar todo eso que es tan bonito que no es lo primero que nos ponen, sino lo que está detrás.

¿Y crees que los nuevos grupos lo tienen más fácil o más difícil para darse a conocer que en tus comienzos? Porque está internet pero en la red hay sobreabundancia de información, y pocos filtros…

Ahora veo muy difícil que un grupo pueda funcionar. Porque no acompañan las condiciones que se les dan a los músicos por parte del Estado, que les persigue brutalmente. Piden Seguridad Social a unos chavales de dieciséis años que van a tocar un día en una sala, para poder ensayar en un sitio tienes que cumplir la normativa del Ayuntamiento… Yo creo que el rock tiene que ser independiente, y que las instituciones no tienen por qué regalar nada, pero ya que están jodiendo tanto a las nuevas generaciones, que no pueden ni entrar en una sala porque son menores, y habiendo tanta cantera, qué menos que las instituciones pusieran al servicio de toda esta gente un sitio donde pudieran tocar. Alquilando los locales rentabilizarían muchísimos sitios que los ayuntamientos tienen construidos y se mueren de asco.

¿Qué tiene Granada para que salgan tantas bandas? Porque están 091, Eskorzo, Supersubmarina o nuevas bandas como Apartamentos Acapulco, que hace poco tocaron aquí en Cuenca…

Es una ciudad que está muy bien situada geográficamente, con un clima cojonudo. Es también una ciudad estudiantil y está la cultura de la tapa, que con una cerveza comes. Eso implica que la gente salga más a la calle, que viva en ella prácticamente casi todo el año, y haya mucha vida social. A eso hay que añadir una cantera que viene de los años sesenta, con Miguel Ríos, con Los Ángeles… Gente que ha demostrado que no hace falta vivir en el centro del país para poder hacer algo y poder girar. Esto se impregna en la ciudad y genera ilusión en los chavales, que se animan a hacer proyectos con sus amigos.

“Mi mejor patrimonio son los discos  que he grabado”

Tienes 50 años, que no son muchos para publicar una autobiografía. ¿Habrá una segunda parte?

Prefería hacer una biografía ahora, que tengo menos mala hostia, que siendo ya más mayor, porque ahí voy a ir a degüello (ríe). Así, procuro no hablar de las cosas malas, aunque sí ser crítico con las cosas, honesto, desnudarme un poco de lo que ha sido mi vida, y sobre todo compartirlo con toda esa gente que ha vivido tanto tiempo conmigo en los escenarios. Porque, realmente, todo lo que soy se lo debo a esa gente que me ha estado apoyando en cada concierto y en cada disco.

Reconocido desde luego eres. Recibiste hace poco la Medalla de Plata al Mérito del Ayuntamiento de Granada, la crítica habla muy bien de tu libro y probablemente seas el batería mas popular de España…

Estoy muy emocionado porque sí que es difícil que la figura de un batería se conozca en todo el país como se conoce. Creo que soy querido por el personaje, por la persona. Ni mucho menos se puede decir que sea el mejor batería de España, porque esto no es un deporte, no hay ni mejores ni peores, yo tengo un estilo, se trata de mantener la actitud pero hay muchísimos compañeros que tocan mejor que yo. Lo que pasa es que he participado siempre mucho en entrevistas y al llevar tantísimos años atendiendo a la prensa, estando en los conciertos, acercándome a la gente que me para por la calle, ese cariño se está manifestando ahora conmigo y me tiene abrumado, muy contento.