La crisis despierta la creatividad y en esta primavera están floreciendo semillas culturales en la capital. Es el caso del recién graduado en Arte Dramático, Carlos Saiz, un joven conquense que emprende la aventura de la docencia teatral online.
La propuesta consiste en ofrecer clases semanales para niños y jóvenes de entre 5 y 17 años. Una ocasión especial para desarrollar la magia y chispa en tiempos de coronavirus.
Para los más pequeños actividades con disfraces, juegos dramáticos o lecturas dramatizadas sencillas y breves. Mientras que para los adolescentes propone trabajar la expresión corporal, diálogos elaborados y trasladar a primera persona lecturas que hayan trabajado en el instituto.
Y es que, de repente, la Covid-19 ha parado el mundo y muchos chicos y chicas tienen tiempo libre para dedicarlo a lo que verdaderamente les atrae, el teatro en este caso.
Una iniciativa para consumir desde casa con tan solo conexión a internet. Una red que hará volar la imaginación hasta las tablas de un teatro. “Es momento de hacer las cosas para las que no teníamos tiempo antes”, comenta Saiz.
Cuatro sesiones mensuales por un precio de treinta euros, aunque “si alguien está muy interesado y no puede pagarlo no pasa nada, solo quiero aportar lo que se y compartir mis conocimientos”, asegura.
Un curso de teatro que está dirigido a los conquenses, pero también a todos aquellos que alrededor del mundo quieran disfrutar del encanto de una función sin salir de casa.
Para Carlos Saiz es momento de emprender, de regresar a sus raíces, a Cuenca, para conectar con todos esos amantes de la interpretación. “El sector de la cultura se enfrenta a una etapa difícil, pero quiero ver lo positivo y empezar este proyecto que perdure más allá de la cuarentena”.
Formar grupos tras el paso del coronavirus y ofrecer talleres en escuelas de danza, como previamente ya ha hecho, es su propósito porque después de probar en varias ocasiones el gusanillo de la enseñanza escénica perdura.
