Kadec Santa Anna se refugia en Cuenca para dar forma a su próximo álbum
En una casa rural ubicada entre los pinares de Jábaga se encuentra refugiado desde hace unas semanas Kadec Santa Anna, el reconocido artista que acumula medio millón de seguidores en sus redes sociales y que ha encontrado en el territorio conquense el refugio perfecto para dar forma a su próximo trabajo, que verá la luz entre finales de enero y principios de febrero. En concreto se aloja en el hotel rural Victoria, un espacio que, explica, le ofrece “mucha paz y tranquilidad”, justo lo que necesitaba para reconectar consigo mismo y con su música después de cuatro años de gira continua, viajes, salas llenas y un ritmo que él mismo reconoce como “muy sacrificado”. “Necesitaba un mes para mí, para centrarme y hacer la música que sé”.
El barcelonés lleva ya diez años inmerso en la escena musical, y recuerda sus inicios con una mezcla de cariño y sorpresa. “Yo no soñaba con ser cantante; lo hacía por gusto”, afirma. Fue en su barrio de Ripollet, rodeado de amigos que rapeaban, donde empezó a experimentar, casi por casualidad, un camino que lo llevaría a acumular decenas de temas publicados y varios discos de oro. “Al principio me lo tomaba a broma; los chavales de mi barrio me pedían fotos y yo no lo entendía”, rememora.
Cuando se mudó a Madrid, el crecimiento se volvió evidente. “Ahí empecé a notarlo. Porque cuando bajaba a tomar algo, me pedían fotos. Era raro, muy raro”, recuerda, añadiendo que una década después, con más de 60 canciones publicadas y varios discos de oro, esa sorpresa aún se sigue produciendo.
Por eso, a sus recién cumplidos 27 años sigue sin acostumbrarse del todo a un cariño del público que crece sin cesar. Y este retiro conquense está siendo, en ese sentido, una experiencia inédita. Desde que anunció que abriría las puertas de la casa donde está componiendo, han pasado por allí más de 300 seguidores, muchos de ellos llegados desde lugares tan distantes como Lleida, Pamplona, Murcia, e incluso Francia. “A ellos les hace ilusión, pero créeme que a mí también”, afirma. “Me gusta preguntarles por sus vidas, saber quiénes son, ya que es una oportunidad única de conectar de verdad”. Unos 30 están justo presenciando la entrevista del cantante con Las Noticias de Cuenca en uno de los rincones del complejo rural.
Además, esa conexión está influyendo directamente en la creación del álbum. Una de las anécdotas que más le ha marcado es la de un padre y su hija, que viajaron desde Francia solo para verlo. Su conversación espontánea, pidió permiso a la niña para grabarla, y esta se ha convertido en la introducción del primer tema del nuevo trabajo. “Pensé que la primera canción tenía que representar la esencia de lo que es Kadec y de la gente que me escucha”, subraya.
Aunque lleva casi una década en la música, Kadec mantiene una visión humilde del éxito. Los discos de oro, dice, son secundarios. “No soy materialista, porque lo que de verdad me vale son las historias que me cuenta la gente, el vínculo que nace de la música”, afirma. Por eso, cada sala llena durante sus giras es para él un premio emocional.
“Donde se ve el cariño real es en un concierto; ahí la gente paga, se mueve, pierde un día para venir a verte”. De hecho, en este 2025 ha vendido más de 10.000 entradas sumando todos los conciertos que ha hecho, y la gira continuará en 2026.
Sin grandes planes a largo plazo, confiesa que prefiere vivir este momento y dejar que el proyecto siga su curso natural. Aun así, sabe que si el álbum “pega fuerte”, volverá a los escenarios. “Sería egoísta no hacerlo. La gente es quien decide que yo esté aquí”, reconoce.
Kadec permanecerá en Cuenca hasta el 18 de diciembre, donde las puertas de su pequeño retiro seguirán abiertas para todo el público que quiera ir a conocerle en persona. “Gracias por el apoyo y el cariño, porque fuera de mi familia, se ha creado otra familia, y eso es algo muy bonito”, concluye el cantante señalando a cada uno de los fans que han estado presentes.
