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Vecinos en pie ante el riesgo de una nueva plaga de galeruca del olmo

Una comunidad de vecinos de la calle Antonio Maura lleva pidiendo desde febrero al Ayuntamiento que tale los brotes de olmos de una finca anexa
Fotos: Saúl García
03/06/2019 - Gorka Díez

Son pequeños, pero aparecen a manadas y se meten en las viviendas rodeadas de vegetación, haciendo la vida imposible a los vecinos, porque no pican pero “dan mucho asco”. Hablamos de unos escarabajos voladores conocidos como galeruca del olmo de los que ya el pasado verano –segunda mitad de agosto– hubo una plaga en la ciudad sin que el Ayuntamiento de Cuenca haya tomado medidas pese a las peticiones de intervención de algunos vecinos.

La comunidad vecinal de los números 8 y 10 de la calle Antonio Maura es una de las afectadas y su presidente, Francisco Blanco, lleva desde febrero comunicando este problema al consistorio, además de haber mantenido conversaciones con el personal del mantenimiento de parques y jardines. Y esta no es la única zona de Cuenca afectada: a ella hay que añadir el barrio de Fuente del Oro, con zonas con mucha vegetación como la Ronda del Manantial, Las Cañadillas o el Casco Antiguo, con todo el entorno de las hoces. Hasta el despacho del alcalde, aseguran, está infectado.

"Los bichos se pegan a los cristales y no puedes abrir las ventanas, porque como dejes alguna rendija abierta, se meten a montones y son muy asquerosos”

Este escarabajo de entre seis y trece milímetros de largo, de color entre amarillo y verde, aparece a partir de febrero en los olmos y, tanto en su estado de larva como de adulto, se alimenta de hojas, dejándolas totalmente agujereadas, mermando la capacidad de fotosíntesis de los árboles. Se reproduce constantemente con las altas temperaturas y la ausencia de lluvias hasta en torno al mes de octubre, cuando desaparece con los primeros hielos. Y, además del daño que causa a la vegetación, a menudo se adentra en las ventanas de las viviendas próximas atraído por la luz.

“Se pegan a los cristales y no puedes abrir las ventanas, porque como dejes alguna rendija abierta, se meten a montones y son muy asquerosos”. Incluso, en ocasiones intentan colarse a través de los tambores de las persianas. El año pasado tuve que desmontarlos y aparecieron millones de bichos”.

Para combatirlos y lograr su erradicación, una posibilidad sería aplicar un tratamiento químico, pero esto es algo que los técnicos municipales consideran complicado ya que, “al estar dentro del núcleo urbano, podría afectar a las personas”.

Así, lo más eficaz sería talar los olmos. Según alega Blanco, esto no supondría un gran daño al medio ambiente ya que, en la mayoría de los casos, no se trata de olmos centenarios, sino, en realidad, de “brotes de olmos”, de 15 o 20 centímetros de diámetro el más grande, cuya tala, hace hincapié, acabaría con un problema muy molesto y de salud, pues los bichos entran en las casas tras haber podido estar en contacto con todo tipo de suciedad.

Vecinos en pie ante el riesgo de una nueva plaga de galeruca del olmo

Según asegura, el personal de Medio Ambiente le ha comunicado que “en una mañana” acababa con los brotes de olmos que hay en el entorno de Antonio Maura, en una zona próxima tanto a unas viviendas como a las vías del tren que se encuentra totalmente abandonada desde hace años, con el vallado roto y una vegetación que crece sin control. Pero el problema, que también le han comunicado los propios operarios, es que “les faltan los permisos para hacerlo”, asegura Blanco.

PETICIÓN DESDE FEBRERO

Una comunicación por escrito dirigida al servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento con fecha de 28 de febrero que incorporaba, como muestra, varios ejemplares vivos de galeruca en una bolsita de celofán, varias llamadas, tres instancias (dos dirigidas al alcalde y otra al jefe de Medio Ambiente) han servido de bien poco, pues denuncian que en el equipo municipal ni siquiera les han contestado. Y el tiempo, subraya, apremia, pues “ya estamos casi en verano, que es cuando aparecen más, con el calor, y cuando más necesitamos tener abiertas las ventanas para que entre el aire”.

Otra solución, menos eficaz pero que algo podría mitigar esta plaga, sería colocar pequeñas bolsas bajo los olmos para que en ella cayeran estos insectos, como se ha hecho en el pinar de Fuente del Oro para reducir la presencia de orugas tanto en este espacio como en el colegio público, donde también se talaron cerca de una decena de pinos del patio infantil, gracias a lo cual esta primavera la incidencia de la procesionaria está siendo muy inferior a las anteriores.

Vecinos en pie ante el riesgo de una nueva plaga de galeruca del olmo

CUENCA NO ES ÚNICA

Cuenca no es la única ciudad española que sufre esta plaga, habitual por ejemplo en Madrid, en localidades como Moratalaz o Leganés. Por ejemplo, en 2015 los vecinos de Moratalaz denunciaron la proliferación de este pequeño escarabajo y de su denuncia se hicieron eco medios de comunicación. En Telemadrid.es se lee lo siguiente en una noticia fechada en julio de hace cuatro años: “Los vecinos han tenido que cerrar sus ventanas a la fuerza, a pesar del calor, porque viven en una plaga de galerucas del olmo. Son un tipo de pequeños escarabajos que entran en las casas y se acercan a la luz. Los vecinos ya no saben cómo acabar con ellos”.

Los propietarios de las viviendas de la calle Antonio Marua confían en que la nueva corporación que salga de la sesión de investidura de mediados de junio “esté más sensibilizada por este gran problema, y lo solucione en breve” en beneficio de la “salud pública”. Porque el verano ya está a la vuelta de la esquina.