Es noticia en Cuenca: Turismo Pleno Ayuntamiento Cuenca Abril 2024 Sucesos Cuenca Lee 2024 Día Internacional del Trabajo Cuenca Lee

“Los nazarenos del siglo XXI tenemos que vivir en el amor”

Julián Recuenco ha pregonado la Semana Santa de Cuenca aunando tanto la historia de la Pasión a lo largo de los tiempos como la suya propia desde su niñez
22/03/2024 - Rubén M. Checa

“Si Jesús pudo vencer a la Roma de los césares, los nazarenos de Cuenca, los de este siglo XXI, tenemos la obligación vital de conseguirlo, y se puede hacer siguiendo su ejemplo y vivir en el amor”.

Así ha pregonado el historiador Julián Recuenco la Semana Santa de Cuenca del año 2024, con un discurso que ha aunado historia de la Pasión a lo largo de los tiempos con la de su vida propia, donde también ha dejado mensajes como la necesidad del silencio, “el verdadero pregonero”, o el anterior de vivir en el amor.

Una comunicación que no solo, ha asegurado, deben seguir los nazarenos, sino “también los turbos, porque el grupo no deja de ser una asociación de fieles por más que ellos vivan su religiosidad de una manera, solo en apariencia, muy diferente al resto”.

Y es que, a juicio del pregonero, “toda moneda tiene su cruz y su cara, su anverso y reverso, y ambos son igual de necesarios y complementarios”.

Todo ello en un discurso donde su faceta de historiador ha estado bastante presente dado que, desde casi el inicio de su alocución, Recuenco ha asegurado que al nazareno de Cuenca “no le basta escuchar palabras oídas con anterioridad, sino que quiere que cada pregonero vuelva a remover en su corazón sentimiento que son propios y, al mismo tiempo de toda la comunidad nazarena”.

Así, se ha preguntado si el público quería escuchar a ese nazareno que cada año viste túnica y capúz o solo a ese cristiano creyente. Ha relatado las primeras procesiones documentadas de la ciudad, con detalles que serían anacrónicos en la Semana Santa del siglo XXI, pero si hay algo que había y que “quizás habría de ser recuperado” es “la sencilles de las creencias” y ese deslizarse por las calles de Cuenca “en un silencio absoluto y en una oscuridad que solo unas pocas velas encendidas pueden iluminar”.

Un silencio que Recuenco ha tenido muy presente, como el presente tras el tumulto del Viernes Santo tan solo roto por el martillo y el yunque de los herreros mientras camina la Madre en soledad, y que se va abriendo camino por las calles y plazas en la Jerusalén castellana en la que se convierte Cuenca.

Además, con la voz entrecortada por la emoción, ha querido dedicar el pregón a su padre, a quien ahora imagina con un clarinete en mano ensayando las notas de la marcha del San Juan junto a un coro de ángeles. También ha recordado sus primeros pasos como nazareno primero con la tulipa en la Santa Cena y después bajo su bajo con horquilla en mano o, años después, con el cetro de capataz.

A la vez, ha tenido palabras de recuerdo a cada Jueves Santo acompañando al Huerto de San Antón, la hermandad familiar, donde ya fue apuntado con tan solo 5 meses de edad, y a la emoción que sintió cuando le comunicaron que era bancero de turno y que por fin iba a poder portar bajo sus hombros el paso.

“El hombre recuerda al niño y piensa en la sangre nazarena que corre por sus venas”, sostenía Julián Recuenco, porque ya su bisabuelo fue Hermano Mayor de la Soledad de San Agustín en los meses previos a la Guerra Civil cuando se aprobaron los nuevos estatutos y que, sin conocerlo, de alguna manera ya le enseñó a amar ese frío amanecer del Viernes Santo.

Todo ello pregonado a lo largo de 40 minutos, con tres de ovación al final, en un Auditorio de Cuenca José Luis Perales que a punto ha estado de llenar todas las localidades y donde el escenario de la sala principal estaba decorado de tal manera que recordaba al huerto de Getsemaní, en claro homenaje al centenario que la Hermandad del Huerto de San Esteban celebra este 2024.

A parte del pregón, los numerosos asistentes también han podido disfrutar del Coro del Conservatorio de Cuenca que, dirigido por Jesús Mercado, ha interpretado las piezas Locus Iste, el Ave María de Rihards Dibra, el Stabat Mater y el archiconocido Miserere.

La Banda de Música de Cuenca dirigida por Juan Carlos Aguilar ha interpretado las marchas ‘La Palma al Viento’, de Jesús Mateo y José Mencía compuesta después de la pandemia para honrar a los nazarenos fallecidos por la COVID-19; 100 años de oración, la marcha compuesta por el centenario de la hermandad y la reconocida San Juan de Nicolás Cabañas.

El acto ha sido presentado por la periodista Águeda Lucas, y en él han estado presentes autoridades eclesiásticas, civiles y militares como el obispo de la Diócesis, José María Yangüas; el alcalde de Cuenca, Darío Dolz; el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea; el vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro; la presidenta de la Diputación de Cuenca en funciones, Nuria Illana o la subdelegada del Gobierno de España en Cuenca, Mari Luz Fernández.

También han estado representantes del Partido Popular como los senadores Benjamín Prieto y María Jesús Bonilla o el diputado regional José Martín Buro.

Puede leer el pregón íntegro de Julián Recuenco haciendo click en este enlace.