Maximino Pérez: "Aquí tengo mis mejores amigos, el cariño de toda la gente"

18/09/2015 - Gorka Díez
Aunque nacido en Fuenlabrada, en 1969, Maximino lleva cerca de 20 años ligado a Cuenca. La relación empezó en 1999, cuando, a través de la empresa MaxiToro, empezó a gestionar la plaza de toros de la capital. Y esa relación profesional no tardó en volverse, también, personal: aquí ha hecho cientos de amigos y ya se siente un conquense más.
¿Qué es San Mateo para Maximino Pérez?
Para mí es el santo y seña, las fiestas más importantes que hay en Cuenca, incluso con mayor relevancia que San Julián, algo que se demuestra por el volumen de asistentes que tiene en esos cuatro días. Y son unas fiestas que no se entenderían sin las vaquillas.
¿Tienen mucho que ver las vaquillas con los toros?
Mucho, al haber vaquillas de por medio, aunque en este caso es un festejo taurino popular.
¿Y correr la vaquilla tiene su arte, como el toreo?
Claro, tiene su idiosincrasia, su misterio, y es una de las formas de vincular a todos esos chavales jóvenes que salen en las vaquillas enmaromadas con el mundo taurino. Por todo se inicia el conocimiento de lo que es la tauromaquia, y en Cuenca mucha culpa de que haya tantísimos aficionados la tiene San Mateo.
La fiesta de la vaquilla se celebra en un Casco Antiguo Pàtrimonio de la Humanidad. ¿Es el mejor marco posible?
Es un marco incomparable, un lugar único, un Casco Antiguo precioso. En pocos sitios de España se celebran las vaquillas en un sitio tan místico y tan interesante y con tanta historia como es la Plaza Mayor de Cuenca y aledaños.
¿Cree que hay maltrato animal en San Mateo?
Ni en San Mateo ni en ningún festejo taurino. Por mucho que se quieran empeñar en ello, la tauromaquia no forma parte de ese maltrato animal que nos quieren vender, ni mucho menos. Es el punto de vista de un profesional como soy yo, pero así lo entienden también los aficionados. Si se molestaran todos aquellos que nos acusan de que hay maltrato en informarse y documentarse un poquito sobre lo que es la fiesta, el toro bravo en el campo en España, cómo se cría y lo que hace durante la lidia, se darían cuenta de que es una cultura que forma parte de nuestras tradiciones y de nuestro país. Habría que estudiar bien al animal para saberlo, pero esos estudios están hechos y nadie los quiere mirar, menos los que nos acusan.
Ha sido el empresario más joven en gestionar plazas de toros, una actividad en la que se inició con 21 años. ¿Ahora cómo se siente?
Me siento todavía joven (ríe), con muchas ganas de hacer lo que me gusta, que es organizar festejos taurinos, con la ilusión intacta desde el primer día que empecé, en el año 1990, y ojalá que lo pueda transmitir a los siguientes, que son mis hijos. Creo que tienen tanta afición como yo y que el día de mañana seguirán la misma estela y el mismo camino que yo he llevado hasta ahora en mi trayectoria profesional.
Ha gestionado las plazas de Ciudad Real, Guadalajara, Leganés, Móstoles, Fuenlabrada, Pinto.. ¿Qué tiene la plaza de Cuenca que no tengan las demás?
Lo más importante que tiene es el cariño que me ha dado toda la gente que vive en Cuenca. Es lo que más valoro de la plaza de toros de Cuenca. Un buen tanto por ciento de mi vida lo paso en esta ciudad, donde tengo mis mejores amigos, donde comparto no solo mi profesión, sino también parte de mi vida personal y mi hobby. Eso hace que para mí tenga muchísimo valor.
Así que se siente un conquense más…
Sí, soy madrileño de nacimiento pero conquense de adopción: me siento un conquense más. Donde voy por España se me llena de orgullo y de honor hablar de Cuenca, de sus colores, de sus tradiciones, de su historia. La consideración y el respeto que le tengo a la ciudad hace que tenga repercusión en todas esas conferencias que hago por todo el territorio nacional.
¿Qué nos puede contar de su pregón?
Va a ir dirigido principalmente a las peñas y a todas aquellas personas que han estado en las peñas mateas durante los últimos años y décadas. A ellos y a las 10.000 personas que va a haber abajo escuchándome (ríe).
¿Y cómo va a vivir la fiesta luego?
Lo primero que haré será bajarme e irme con los de abajo a hacer lo que he hecho en los últimos 17 años, divertirme con mis amigos, en mi peña, El Mandil, y de peña en peña. Y hay ratitos que también salgo a las vacas. Es un acto social y de ocio de los más maravillosos que yo he vivido en fiestas patronales.
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