Ana Sánchez: "Ubicar la estación del AVE fuera fue un error calculado"

Afiliada a Izquierda Unida desde su fundación, en 1986, la actual coordinadora provincial del partido, Ana Sánchez, de 59 años de edad, es la candidata de esta formación a la Alcaldía de Cuenca para las elecciones municipales del 24 de mayo. Madrileña de nacimiento, llegó a Cuenca en el 73, “cuando tenía solo 17 años, casi un bebé”, tras aprobar las oposiciones de administrativo en Telefónica, empresa pública que se privatizó en los noventa y de la que está prejubilada.

¿Por qué ha decidido presentarse como candidata a la Alcaldía?

La idea no es solo mía, sino que ha habido un grupo de compañeros que han pensado que debería de encabezarla yo y al final he dado el paso.

¿No había nadie más interesado en ello? ¿Ana Cruz?

Ana Cruz es coordinadora local y sus circunstancias de trabajo en este momento no hacen posible que quieran presentarse. Sí que me ha sorprendido que en el proceso de primarias no haya habido más compañeros que se presentaran. Se supone que yo ya tengo 59 años y tendría que entrar el relevo alguien más joven, porque creo que hay gente joven que puede hacerlo perfectamente, pero nadie ha dado el paso.

Yo creo que en el Ayuntamiento hay un trabajo ímprobo por hacer. Para empezar, ni más ni menos, tiene que llegar la democracia al Ayuntamiento, porque sigue funcionando con las mismas formas caciquiles y opacas que en la dictadura. Faltan que abran ventanas, sacudan alfombras y llegue la opinión de la gente. Un ejemplo clarísimo: los plenos se hacen un día de diario a las 9.30 de la mañana, para que no asista nadie. Y lo han hecho unos y otros, por el sistema bipartidista y de mayorías absolutas, que consiste en ‘quítate tú para que me ponga yo para que sigamos haciendo lo mismo’.

Es una deuda estratosférica, inasumible por las cuentas que se hacen públicas, más del ciento por ciento del presupuesto municipal, fruto de unas políticas absolutamente nefastas tanto del PSOE como del PP que desde IU siempre hemos denunciado hasta la saciedad. Con ejemplos como el Bosque de Acero, les ha importado bastante poco lo que era la seguridad en las cuentas de un Ayuntamiento que lo que tiene que hacer es trabajar para dar servicios a los ciudadanos.

En temas económicos, lo primero es hacer una auditoría de la deuda municipal. Hay que ver qué parte es realmente producida para un beneficio de los ciudadanos y qué parte no es legítima, y plantear qué se va a pagar primero y qué no: priorizar los pagos. También hay que remunipalizar el servicio del agua. Han montado Aguas de Cuenca con el objetivo de sacar dinero para pagar la deuda de un modo poco claro y los ciudadanos hemos sufrido unos incrementos del 30 y tantos por ciento en su coste. A base de un servicio y de una necesidad pública, estamos financiando las deudas y los sueños babilónicos de algún alcalde anterior.

Pero eso no tiene nada que ver con que lo haga esa empresa o no. Aunque el servicio lo siguiera dando el Ayuntamiento, el tema de las reparaciones e inversiones tiene que hacerse. Son faroles que se tira el señor Ávila, que para vendernos esa empresa quiere hacer ver que sin ella es imposible hacer arreglos en el servicio, lo cual es una burda mentira. Y además del agua hay otros servicios que están casi en la UCI, como el de autobuses. Es patético ver que, cuando pasan, a veces lo hacen con una frecuencia de una hora. Eso no pasa en ningún sitio de España. No hay nada más que ponerse en una parada o escuchar a la gente, incluso gente que no es de Cuenca: entonces te entra la vergüenza ajena. Y lo mismo ocurre con el servicio de limpieza, la atención a la infancia, el albergue de transeúntes o la protección a los más desfavorecidos.

Es verdad que la Junta no les da dinero, algo que nosotros criticamos, porque es lo mismo que hacían ellos cuando estaban en la Junta y el alcalde era Pulido: atornillaban para no dar dinero a la ciudad. Son los conceptos caciquiles de la política de este país. Las instituciones, sean del color que sean, tienen que ser instituciones, y no favorecer al amiguete de mi partido y cerrarle el grifo al otro.

He utilizado muy poco el AVE, como dos o tres veces, pero a veces he llevado a alguien y, sobre todo, he oído a la gente, y sé de quienes viniendo de Albacete han tenido que esperar más de 50 minutos a que viniera el autobús, con lo cual tardas solo media hora en el AVE y casi el doble esperando al autobús. Ubicar la estación fuera fue un error calculado porque lo que se buscaba era la recalificación de terrenos.

Pero para el Ayuntamiento eso no es una justificación. Los servicios públicos están para dar un servicio que la ciudadanía necesita, sean deficitarios o no. El Consistorio tendrá que ver por dónde lo arregla, sacarlo de otras partidas, pero no dejar de darlo.

Yo uno de los gastos que suprimiría, porque va contra toda lógica en un estado democrático y aconfesional, es las subvenciones a la iglesia por ejemplo vía financiación de la Semana Santa. Son más de 100.000 euros todos los años lo que se entregan en metálico, sin contar los gastos añadidos que eso genera.

Hay unos ingresos que se producen porque coinciden con una serie de fiestas laborales, porque el problema de este país es que la fiesta religiosa siempre va unida a la fiesta laboral. Pero eso no quiere decir que la tengan que sufragar las instituciones públicas, aconfesionales por definición. Hay otras religiones que también tienen sus eventos a las que no se les hace ni caso. Hay que dar a todas el mismo tratamiento, y las religiones pertenecen al ámbito privado de las personas.

No he visto nada distinto de lo que había ya. Salvo decir que lo que hacían los otros estaba mal, y que como ahora lo hacemos nosotros está bien. Pongo como ejemplo el caso del Urban, en San Antón, una cuestión que salió en la época de Pulido, con la que IU estuvo de acuerdo, y donde los que levantaron la voz y pusieron todas las trabas del mundo fue el PSOE. Pero parece que andamos mal de memoria. Ahora son ellos los que se tiran el farol de que van a impulsar el plan.

Es una falacia absoluta. Todavía estamos esperando que se cumpla la sentencia sobre la nulidad de una convocatoria que se hizo en la época de Cenzano. Se llevó a los tribunales, se ganó, y todavía no se ha cumplido.

Se han agarrado a cosas peregrinas como que iba a ser el desastre universal, que iban a ir a la calle no sé cuántos… Pero la sentencia no la han cumplido. Y si tuviera que ir gente a la calle, que no lo sé, sería su responsabilidad por haber mangoneado de mala manera unas convocatorias para colocar a su gente. Que asuman ellos sus responsabilidades y den la cara.

Son complicadas porque hay un montón de gente, cada uno de un partido y una forma de ver las cosas, pero hay puntos en los que sí que podemos estar de acuerdo, como en el tema de la transparencia, de la democracia, de las cuentas claras, de cambiar los mecanismos y acabar con las corruptelas. Y son cosas fundamentales. Cuanta más gente confluya en esa política, en esos planteamientos, mucho mejor, más fuerza se hará y al final yo creo que es posible acabar con el bipartidismo de políticas neoliberales.

A mí forma de ver es un hombre que tiene muy marcado lo que es tener una ideología determinada, un programa claro sin cortapisas, sin moverse demasiado en el mal sentido de la palabra. Tiene claro qué debe ser IU, la convergencia, defender unos intereses de clase. Parece que ya no se hable tanto de las clases sociales.

No le conozco mucho pero me parece que es un hombre que tiene ideología, sabe dónde está, está muy preparado en temas económicos y sabe en qué lado del río está.