¿Por qué la Feria del Libro no vuelve a su ubicación más exitosa?
La falta de unidad entre administraciones también juega en contra de un evento cuyo presupuesto ha caído en picado
21/05/2016 - Gorka Díez
Desde 2012, cuando el Recinto Ferial de La Hípica acogió la última edición de la denominada Feria Regional del Libro, la Lectura y las Industrias Culturales (FLLIC), la celebración de un evento dedicado a los libros no ha dejado de dar tumbos, cambiando hasta en tres ocasiones de fecha y de escenario sin que ninguno de ellos haya sido del gusto ni de los libreros ni de sus organizadores ni del público en general.
En concreto, hay que recordar que la última edición de la FLLIC ya provocó cierto descontento tanto por el cambio de fechas (después de nueve ediciones de la primavera se pasó al otoño coincidiendo con el cambio de gobierno en Castilla-La Mancha) como por la caída de su presupuesto, que de los en torno a 250.000 euros que llegó a contar en sus mejores años se quedó en los 70.000, principalmente por la caída del respaldo económico procedente del Gobierno regional que entonces presidía María Dolores de Cospedal.
Pero, pese a todo, aquella feria otoñal fue mucho más digna que todo lo que ha venido luego: ni los jardines de la Diputación, donde se celebró una feria del libro impulsada por la institución provincial en mayo de 2013; ni el salón de plenos de esta administración, donde se celebró una semana del libro y la lectura en abril de 2014; ni la Plaza Mayor, donde recientemente tuvo lugar la primera Feria del Libro ‘Cuenca lee’, en este caso promovida por Ayuntamiento y Diputación y en la que se constataron problemas como la falta de espacio y la dificultosa convivencia entre público y tráfico rodado, han sido del gusto de buena parte de los conquenses.
Para muchos, el cambio de ubicación está detrás de esta caída en picado de la feria, pues algunos libreros, agentes culturales y escritores consultados por Las Noticias coinciden en señalar que el recinto de La Hípica era, si no perfecto, al menos el espacio más “funcional” para acoger un evento de estas características.
En concreto, aunque el recinto, en marcha desde 1985, presenta algunas deficiencias como la conexión a internet, que había que contratar durante los días de feria, y la proximidad de los caballos del recinto hípico, con el correspondiente olor, no genera el ambiente más propicio para un evento cultural, sus instalaciones son un referente en la provincia para acoger todo tipo de ferias, presentaciones de productos y exposiciones, gracias a una superficie a cubierto que, desde su ampliación en 1998, supera los 2.000 metros cuadrados distribuidos en un pabellón de mil metros cuadrados y otros dos de 500 metros cada uno, a lo que hay que añadir una sala de reuniones con capacidad para medio centenar de personas. Es además un sitio bajo techo y con un amplio parking para comodidad de los expositores que necesitan descargar sus productos.
APUESTA AL AIRE LIBRE
La actual concejal de Cultura y jefa del Servicio de Publicaciones de la Diputación, Marta Segarra, una de las principales cabezas visibles de las tres ferias celebradas hasta la fecha tras la FLLIC, insistía sin embargo recientemente en su idea de mantener la feria del libro al aire libre, abriendo solo la puerta a la posibilidad de retrasar las fechas, en torno a junio, para tratar de evitar el riesgo de lluvia y/o las bajas temperaturas.
Y sobre la posibilidad de que volviera a su ubicación más exitosa, daba a entender que no sería posible ya que ello implicaría “una inversión muy fuerte”, alegando por ejemplo que habría que adecuar La Hípica al desarrollo de un evento que, entre otras cosas, requiere de carpas para encuentros con los lectores.
Sucede no obstante que también los jardines de la Diputación y la Plaza Mayor tuvieron que adecuarse a sus respectivas ferias, instalándose en ellas varias casetas y escenarios. Y también requerirá de tareas de montaje, de trasladarse allí en 2017, el parque de San Julián, lugar donde durante años se ubicó la antigua Feria del Libro de Cuenca que pese a su céntrica ubicación presenta algunos problemas, como la arena, parte de la cual se queda pegada a los zapatos. Para evitarla habría que cubrir el parque con una lona, como sucede con la Feria de la Tapa, lo cual tiene un coste que en La Hípica no es necesario.
Siempre se podría, además, utilizar solo parte de las amplias instalaciones de La Hípica para reducir el coste y adecuarse a un presupuesto más modesto que el anterior a 2012.
CRÍTICAS DEL PSOE
Fuentes del PSOE no se creen, en este sentido, el argumento del coste esgrimido por Marta Segarra, y consideran que si la feria no vuelve a La Hípica es “para evitar comparaciones con la FLICC y que no se note la caída del presupuesto”, la cual achacan al Gobierno de María Dolores de Cospedal, que directamente dejó de apoyar la feria en 2013.
Consideran, además, que el uso de las instalaciones, al ser estas de la Diputación, uno de los impulsores de los últimos eventos, no tendrían que suponer un gasto excesivo más allá de, principalmente, “conectar la luz y la bomba de calor”. Señalan, entre otras cosas, que hay personal de la Diputación que entre sus funciones tiene la de atender el recinto y las ferias que en él se celebren.
NUEVOS TIEMPOS
Los nuevos tiempos económicos parece claro que obligarían a trabajar en los próximos años con un presupuesto modesto, pero de lo que se trataría, según apuntan profesionales de la cultura, es de aunar esfuerzos en aras de conseguir que el evento sea lo más digno posible, si es preciso con menos actividades que las en torno a 700 que llegaron a celebrarse antaño, pero de calidad.
Hay además colaboraciones que no supondrían ningún coste económico como la que hasta 2012 ofrecía el personal de la biblioteca Fermín Caballero, cuyos profesionales llegaron a ejercer de organizadores sin contraprestación económica alguna más allá de su sueldo como trabajadores de la biblioteca.
La colaboración de esta biblioteca permitía además, dada su dependencia del Gobierno central, traer sin coste a Cuenca a autores de relieve cuyo viaje y estancia era costeada por el Ministerio de Cultura.
Para esto sería necesario, eso sí, una colaboración entre administraciones que, ahora mismo, parece lejana, aunque probablemente no se hayan hecho los esfuerzos necesarios para por lo menos intentarla. Se trataría, insisten algunos agentes culturales, de que los políticos aparcaran su pertenencia a uno u otro partido buscando “sumar y no dividir”, pues esto último, advierten, a quien al final perjudica es a los conquenses.
El hecho de que quienes, a principios de siglo, pusieran los cimientos de lo que fue la FLICC fueran dos trabajadores de la Diputación, Marta Segarra y Jesús Carrascosa, ahora con responsibilidades políticas en distintas administraciones (la primera es concejal de Cultura en el Ayuntamiento de la capital y el segundo viceconsejero de Cultura del Gobierno regional) podría, o debería, ayudar a estrechar esos lazos.
LA HÍPICA AGOGE ENTRE 7 Y 8 EVENTOS AL AÑO
En la actualidad, el Recinto Ferial de la Hípica acoge un par de ferias anuales que organiza la Diputación a través del Patronato de Promoción Económica: la Feria Provincial de Artesanía, que coincide en el tiempo con el concurso hípico de la Feria y Fiestas de San Julián, y la Feria de la Naturaleza y Medio Ambiente (Naturama), a finales de septiembre. Se trata de dos ferias exitosas, que acogen a más de 70 expositores procedentes de buena parte del país (además de alguno internacional), cada una de las cuales recibe en torno a 20.000 visitas.
A esta oferta hay que añadir las ferias organizadas en estas instalaciones por otras administraciones o entidades privadas. Así, pese a la desaparición de la Feria Regional del Libro, que recibía unos 50.000 visitantes en su semana de duración, lo que la convertía en la feria más transitada, el recinto viene acogiendo una media de entre siete y nueve eventos anuales en los últimos cinco años, según señalan fuentes de Diputación.
Las ferias privadas que funcionan ahora mismo son la de Antigüedades, que lleva cinco ediciones celebrándose en marzo, Hogar Factory, dedicada a muebles para el hogar y que lleva cuatro ediciones y se celebra en junio, y el Salón del Vehículo de Ocasión, con seis ediciones celebrándose en octubre.
El pasado año se celebró además el Primer Encuentro de Patchwork, organizado por la empresa Demanitas, que podríá celebrar una segunda edición a final de año, y la Feria de la Tecnología, organizada por la Junta de Comunidades.
Este año, además de la feria de antigüedades, hasta la fecha el recinto ha acogido un concurso de doma clásica en febrero y una jornada de la Asociación de Mujeres y Familias de Ámbito Rural (Amfar) el pasado fin de semana.
Otras feria como Stockalia, de productos de tiendas de ropa fuera de temporada, celebró cuatro ediciones a principios de septiembre hasta 2013, pero desde entonces no ha vuelto a celebrarse en este recinto, aunque sí en Tarancón.
Este tipo de eventos suele generar algunos ingresos en el entorno de La Hípica, sobre todo en los bares, donde acostumbran a consumir algunos de sus participantes y parte del público. En ellos señalan que los que más repercusión tienen son la feria artesana y Naturama, a los que seguiría la ya desaparecida feria del libro.
LAS TASAS DE ALQUILER SUBIERON UN 26% EN DICIEMBRE
Algunos colectivos conquenses consideran que el Recinto Ferial de La Hípica podría ser más utilizado y acoger un mayor número de eventos culturales, empresariales o lúdicos, de ser su alquiler más económico, pues consideran excesivas las tasas actuales.
En concreto, alquilar el pabellón nuevo cuesta 477,58 euros por evento, a lo que hay que añadir otros 259,29 euros por cada día que se celebre dicho evento, 300,29 por cada uno que caiga en festivo, cantidades que fueron incrementadas recientemente, en diciembre de 2015, y que han supuesto una subida del 26,6 por ciento con respecto a lo que había con anterioridad.
Por tanto, para eventos de un día de duración, como podría ser la celebración de un mercado con productos de la tierra, ecológicos, de comercio justo, etcétera, al estilo del que el pleno del Ayuntamiento de la capital aprobó programar en su última sesión a petición de Izquierda Unida, el coste rondaría los 736 euros, lo que lógicamente echa para atrás a colectivos con poca capacidad económica, que para este tipo de eventos suelen decantarse por espacios al aire libre como Carretería, la Plaza de España o el Paseo del Huécar, menos funcionales y sin techo que les cubra de la lluvia.
Ángel Luis Castellano Bobillo, del colectivo Ciudadanos por la República, recuerda que, hará ya unos seis o siete años, esta asociación alquiló un pabellón de La Hípica para celebrar el Día de la República y se encontró con un espacio muy amplio y confortable, a resguardo de una lluvia que en años anteriores les había obligado a suspender la fiesta en el parque de San Julián. Pero tampoco olvida que tuvieron que pagar una tasa importante, que entonces rondaba los 500 euros, además por adelantado. Así, aunque el lugar les gustó, no lo han vuelto a solicitar.
A este respecto, hay que tener en cuenta que los colectivos ciudadanos sí disponen de otros centros públicos que son gratuitos, como en la capital es el caso del Centro Aguirre y del Centro Joven, válidos sobre todo para programar conferencias, proyecciones y otra serie de actividades ligadas principalmente a la cultura.
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