Duelos en las redes
El alcalde Mariscal (M) ha retado al vicepresidente M. Guijarro (MG) a un duelo singular que, en cualquier caso, y como ocurre en todos los duelos, tendría como consecuencia una persona abatida.
Las primeras escaramuzas ya se pueden leer en las redes sociales, verdaderas plazas del pueblo, a veces reconvertidas en el “saloon” de la aldea global en que vivimos hoy.
La verdad es que tiene razón Evencio cuando afirma que M. le ha recordado a un sheriff decimonónico, del oeste profundo, retando a un forastero que acaba de llegar al pueblo con oscuras intenciones.
El alcalde, que afirma que los proyectos anunciados son cortinas de humo, parece haberse sentido ofendido por la irrupción de quien viene a invadir su territorio (el de los proyectos para desarrollar su ciudad) sin haber sido llamado. De este modo se siente legitimado para pedir una presta presentación de los proyectos, poco menos que definitivos, que soporten esas iniciativas anunciadas y no solamente un compromiso.
Si los presenta, MG vivirá y él, M, moriría, poética y políticamente hablando, ya que presentaría su dimisión para dejar de ser alcalde.
En caso contrario, el vicepresidente debería dimitir.
Un duelo en toda regla para el que nos abstendremos de hacer comentarios. Para eso ya están las redes.
Adán asegura que ya se están alquilando las sillas que se pondrán en la Plaza Mayor de la ciudad para contemplar el resultado, siguiendo la costumbre andaluza de alquilar los asientos que se instalan en las calles por donde discurren los desfiles procesionales de la Semana Santa.
Y duelos también, aunque esta vez más apasionados e incruentos, los que ha suscitado en las mismas redes sociales el cartel de nuestra Semana Santa.
La Junta de Cofradías, pretendiéndolo o no, ya ha calentado la Semana bastante antes de que comience la Cuaresma.
Alguien, entendido en las técnicas de la comunicación, dijo que un cartel es un grito en la pared.
Desde esa perspectiva, el cartel de este año ya ha cumplido su misión sobradamente pues en los muros, en las redes sociales, en los bares, frente a los escaparates que lo exhiben, no es que se oiga un grito, es que hay un verdadero griterío.
Pero el 25 de marzo el debate se habrá terminado porque todos sabemos que el éxito de la Semana Santa no depende del cartel con que se anuncie.
Así que ya todos, nos consta, se han puesto a trabajar.
Queda dicho.
