En Tarancón tienen ya todo a punto para sumergirse de lleno en una de las fiestas más populares y transgresoras: el Carnaval. Desde el desfile nocturno de este sábado 22 de febrero, la localidad celebrará a lo largo de la semana numerosos actos que se cerrarán el 1 de marzo con las tradicionales carrozas y comparsas del Domingo de Piñata.
“El Carnaval es para reír, liberarte de los problemas y quitarte las ataduras de todo el año”, subraya la concejala de Festejos de la localidad, Concepción Zarco, que destaca que uno de los rasgos distintivos de estas fiestas es que en ellas participa gente de todas las edades, desde los más pequeños hasta las personas mayores.
El único requisito es “tener ganas de pasarlo bien” en unas fiestas que tuvieron su presentación oficial el sábado 15 con el tradicional pregón de Carnaval, que en esta edición ha estado a cargo de la Asociación Adáptate tú. Los más veteranos también celebran este viernes su propio pregón en el centro de mayores, de la mano de Rosi Navarro Ares.
Uno de los momentos más esperados llega este sábado 22, con el tradicional desfile de Carnaval nocturno, que atrae a visitantes de localidades aledañas, aunque la concejala reconoce que la fiesta de los años sesenta, que tendrá lugar el próximo sábado 29, ha ido ganando protagonismo y se ha convertido en la reina de estos días. “Cada vez se impone más. Se disfraza todo el pueblo. La gente se viste ya de aquella época desde temprano para ir a hacer la compra”, asegura. “Yo me pongo un traje por la mañana y otro por la noche”, cuenta a modo de ejemplo.
Aunque la fiesta de los años sesenta viene repleta de actividades, los taranconeros deberán guardar algo de fuerzas para el desfile de carrozas y comparsas del Domingo de Piñata, el 1 de marzo, con el que se pondrá el punto final a estas fiestas.
“Lo de juntarse en una casa a coser, la convivencia, ese duende se ha ido perdiendo. Es lo que ha traído la modernidad”La propia concejala de Festejos también se deja seducir por el espíritu carnavalero y se adentra en la fiesta de lleno. “Empiezo con el pregón y termino el Domingo de Piñata, y estaré también en los desfiles de los niños”, detalla la edil, aunque puntualiza que no es de trajes muy elaborados. “Yo soy más de buscar en el baúl, de llevar cualquier cosa”, detalla, explicando que, eso sí, a su cuadrilla de amigos les gusta meterse en la piel del disfraz y representar el papel.
Reconoce que cada vez son menos las personas que continúan confeccionando sus disfraces y la mayoría apuesta por comprarlos. “La gente joven vive de manera diferente el Carnaval”, apunta.
Aunque siempre hay excepciones, como “el grupo de Alberto”, el más antiguo de la localidad y de los pocos que todavía cosen sus disfraces. “Se tiran meses preparando los trajes y sacan varios modelos cada Carnaval”, matiza.
“Pero lo de juntarse en una casa a coser, la convivencia, ese duende se ha ido perdiendo. Es lo que ha traído la modernidad”, lamenta la concejala.
De todas formas, Tarancón recibe durante estos días a muchos vecinos de localidades de los alrededores que vienen buscando diversión y buen ambiente, sobre todo en la fiesta de los años sesenta. “Los recibimos con los brazos abiertos. Animo a todo el mundo a visitarnos y a disfrazarse con nosotros. Que no tengan ningún pudor”, subraya Zarco. Porque el Carnaval está precisamente para eso, para vencer la vergüenza.
