Colegio Melchor Cano: 75 años educando a generaciones de toda España

El colegio concertado Melchor Cano de Tarancón cumple este año su 75 aniversario y, con tal motivo, ha previsto una intensa agenda conmemorativa para rendir homenaje a antiguos alumnos, profesores y directores del centro educativo que tuvo su acto central el pasado viernes.
Una historia que arranca en el año 1942 cuando un grupo de frailes franciscanos conventuales recalan en Tarancón en busca de un sitio donde abrir un internado y escogieron a la localidad conquense por su cercanía a Madrid.
Colegio e internado echaron a andar al mismo tiempo, aunque el segundo cerró en el año 1998. Para entonces ya habían pasado por sus instalaciones varios miles de alumnos, llegando a contar con hasta 300 al mismo tiempo en su época de “máximo esplendor, en que, solo con los internos, tenía un número similar al que tenemos ahora”.
Al igual que todos los estudiantes de este centro hasta que se transformó en un centro mixto, los internados eran todos niños y procedían no solo de municipios vecinos, sino también incluso del norte de España. “Muchos venían con becas del Ministerio, porque sus padres habían fallecido o porque buscaban un buen internado para llevar a sus hijos y este tenía buena fama”, subraya Bernal, quien no estudió en el Melchor Cano, donde llegó hace más de veinte años.
Actualmente, el colegio cuenta con alrededor de 370 alumnos matriculados en los niveles educativos de Infantil a 4º de la Educación Secundaria Obligatoria y por sus aulas, a lo largo de tantos años, ha pasado “muchísima gente”. “Eso deja una marca en el pueblo y viceversa”, comenta Bernal, poniendo en valor cómo los antiguos alumnos “se llevaron Tarancón en su recuerdo y lo recuerdan con mucho agrado”.
Muestra de ello es, a su juicio, la existencia de grupos de antiguos alumnos que incluso han hecho quedadas para regresar por unas horas a su colegio “porque guardan un recuerdo muy agradable de aquellos tiempos que, vistos desde ahora, debieron ser muy duros”. “Críos de diez años que se pasaban en Tarancón tres meses hasta que volvían a casa en Navidad, Semana Santa y verano”, subraya el director, adelantando que muchos de ellos mantendrán una jornada de convivencia el próximo 24 de junio.
Para Bernal, un centro educativo es “parte fundamental en una localidad, ya que, en el caso del Melchor Cano, muchos vecinos del pueblo han pasado por aquí”, quedando imbuidos de la “marca que dejan los profesores y la experiencia del paso por el colegio, que te abre las puertas a seguir estudiando y siempre es importante”, sentencia.
Siempre referente de la vida académica y social taranconera, a lo largo de estos 75 años el colegio Melchor Cano “ha cambiado mucho, aunque siempre se ha ido manteniendo, a veces con más o menos dificultad” e influenciado también por las tasas de natalidad o la llegada de inmigrantes con hijos en edad escolar.
El 45% del alumnado de este centro concertado de ideario católico es inmigrante y es elegido incluso por familias de confesión mulsumana u ortodoxa. También por muchos padres de etnia gitana, que supone el 15% del conjunto.
A ello contribuye el hecho de que se trata de un colegio caracterizado por ser “abierto, que acoge y respeta a todos y está basado en la integración, que va en el carisma franciscano”.
Fiel a estos ideales y principios, su actual director se fija como reto a medio y largo plazo dar respuesta a las exigencias que la educación del siglo XXI está demandando, entre las que menciona “una educación inclusiva, que utilice metodologías activas”, así como la obligación de ir “mejorando día a día, lo que no quiere decir que lo anterior esté mal, pero siempre es bueno ponerte como objetivo mejorar”, concluye.