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Agricultura

Productores de girasol pronostican una “buena” campaña en la provincia

La disparidad en las fechas de siembra hace a las asociaciones agrarias ser precavidas en las previsiones aunque si llueve y la ola de calor remite podría ser un gran año para los agricultores de la provincia
14/08/2023 - Paula Montero

Buena. Así pronostican que será la campaña de girasol los productores de la provincia de Cuenca. Eso sí, hay que tener en cuenta diferentes aspectos para entender cómo se ha desarrollado la siembra y cómo está previsto que se lleve a cabo la siega siempre y cuando las condiciones meteorológicas sean las adecuadas.

DESARROLLO 

Desde marzo hasta principios de julio se llevó a cabo la siembra  a lo largo y ancho de la provincia de Cuenca lo que hará que la recolección se prolongue, incluso, hasta octubre y que sea desigual según la zona. “Ya he visto parcelas que han sido segadas y otras que están en plena floración. La diferencia entre unas y otras es considerable”, explica  Gerardo González Bello desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja). 

Y es precisamente esa desigualdad la característica principal de esta campaña de la que por ahora solo se pueden hacer predicciones. La calidad de lo que se ha recogido hasta ahora es “bastante buena” pero para saber cómo será la de aquellas plantas que todavía están en el campo habrá que esperar porque las altas temperaturas de la ola de calor de esta semana no son buenas para este cultivo. “Si bajan las temperaturas y hay alguna tormenta de verano la campaña será mejor que la del año pasado, pero debemos esperar para saberlo”, apostilla González Bello. 

De momento, lo que sí es una realidad es que la nascencia ha sido buena, lo que da alas a pensar de que será provechosa para los agricultores.

Misma opinión tiene Salvador San Andrés, secretario provincial de la Unión Provincial de Agricultores (UPA) en Cuenca, que califica esta campaña de “tardía” por la disparidad en las fechas de siembra. “Es pronto todavía para saber lo que va a pasar con los cultivos que se sembraron entre junio y julio”, dice mostrándose precavido. 

A pesar de la incertidumbre, desde Asaja y UPA pronostican que la producción rondará los 900 kilos por hectárea, una cifra que está equiparada a la de campañas anteriores. “Es una buena cifra”, dice González. 

Gerardo González: “Ya he visto parcelas que han sido segadas y otras que están aún en plena floración. La diferencia entre unas y otras es considerable”

Si bien todo depende de la variedad que se haya plantado porque en Cuenca “hay infinidad de ellas” y se emplean para productos industriales como conservas o para consumo doméstico –el tradicional aceite de girasol–, explican desde Asaja. 

Las hay de ciclos cortos, de ciclos largos y cada una evoluciona de una manera por lo que, una vez más, habrá que dejar pasar el tiempo para conocer el resultado final. 

PRECIO

Sin embargo, el precio sí ha variado considerablemente puesto que el año 2022 se pagó a 700 euros la tonelada y este año las lonjas andaluzas –que sirven de guía para Castilla-La Mancha– han pagado el girasol a entre 400 y 450 euros. “Esta bajada no hay quien la entienda”, sentencia Gerardo González. No está asociada a la Guerra de Ucrania y los productores no saben a qué asociar este descenso. “Ha bajado mucho teniendo en cuenta que ha habido años que se ha llegado a  pagar a algo más de 1.000 euros”, recuerda el secretario provincial de UPA, Salvador San Andrés.

DESCENSO DE LA SUPERFICIE 

Lo que sí es una realidad es que la superficie dedicada al cultivo de girasol en la provincia ha disminuido respecto a campañas anteriores puesto que “la nueva PAC no beneficia a este cultivo y el impacto de la fauna cinegética a hecho a muchos agricultores dejar de sembrarlo”, explica el representante de Asaja. 

Salvador San Andrés: “Todavía es pronto para saber lo que va a pasar con los cultivos que se sembraron entre junio y julio. Necesitan lluvia”

Y es que, las plantaciones de 2022 sufrieron grandes daños de animales de caza mayor y las pérdidas fueron mayúsculas para los productores. “Hubo parcelas que ni siquiera se recogieron”, dice González Bello.  Esto ha motivado   que caiga la siembra de girasol. “Creemos que se ha reducido un 20% la extensión de girasol en nuestra provincia, alrededor de 40.000 hectáreas”, estima. 

DAÑOS POR LA SEQUÍA

Otra de las cuestiones a la que cada vez más tienen que hacer frente los productores es la sequía. En un año como este en el que hay problemas de abastecimiento de agua y las olas de calor se solapan unas con otras, están teniendo problemas para que sus plantas crezcan. Esta tendencia que ya viene siendo habitual desde hace varios años está animando a los agricultores a adelantar la siembra como ya se ha mencionado líneas arriba. “Así le evitan a los cultivos los meses de calor extremo pero cada productor toma la decisión que estima más conveniente” y eso propicia una gran disparidad en las parcelas. 

Con todo, habrá que esperar al mes de octubre para saber cómo termina la campaña de girasol, aunque de momento todo apunta a que será una buena temporada para el campo conquense.