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Día Mundial del Medio Ambiente

El plástico: una invasión en el planeta que solo la sensibilización puede frenar

Es el material contaminante con más presencia en los entornos naturales de Cuenca según las cifras registradas tras las 35 recogidas de basura dentro del proyecto LIBERA
El plástico: una invasión en el planeta que solo la sensibilización puede frenar
Foto: Saúl García
05/06/2023 - María Valverde

Botellas de agua, toallitas y latas de refrescos. Estos productos son compatibles a la perfección con cualquier lista de la compra. Lo que en un principio parecen simples e inofensivos artículos, constituyen una amenaza para la conservación del planeta. Respiramos rodeados de plásticos. Están en los envoltorios que preservan los alimentos guardados en las neveras, en los teléfonos móviles, en el teclado de los ordenadores o en los coches.

Son solo algunos ejemplos que muestran cuán cotidiano es este material perjudicial para el entorno. No solo se puede palpar a simple vista esta gran presencia; también lo corroboran los datos.  La empresa a cargo de poner a buen recaudo los residuos generados en la provincia contabiliza 1.256.380 envases arrojados al contenedor entre enero y mayo. 

Se trata de la mayor cifra registrada en los últimos diez años dentro de ese periodo mensual. Los datos más bajos se dieron en 2014 con un total de 812.100 envases.

Una de las razones fundamentales por las que este material sintético gana cada vez más terreno en nuestras vidas es el sistema actual, tal y como señala Miguel Muñoz, coordinador del proyecto LIBERA de SEO BirdLife. “Hay incluso expertos que hablan de la era del plástico”, señala. La estructura se centra en su producción y en un consumo masivo que implica “un uso abusivo de recursos” que traspasa los límites soportables por el planeta.

Muñoz afirma de forma contundente que esta situación traerá consigo problemas en el futuro. La solución no es otra que replantear nuestra forma de vida.“Vivimos en una economía que se basa en el plástico”, asevera. La alternativa para salvar el medio ambiente es “repensar entre todos” el sistema y hacerlo más sostenible para el mundo. 

Otro de los grandes factores influyentes es la fabricación de plásticos de un solo uso.“Es una aberración lo mires como lo mires”, expresa  Muñoz. Señala que no se trata de demonizar al plástico al tratarse de una “maravilla teconlógica” si no más bien de una cuestión de concienciación con el medio ambiente. 

 

“La ciudadanía tiene ciertas inercias y necesita más tiempo para asumir que esto es un problema medioambiental”

El coordinador del proyecto LIBERA aboga por preservar este material y huir de aquellos artículos “de usar y tirar”. Los polímeros no solo se encuentran fácilmente en cualquier vivienda. Pueden aparecer esparcidos en la naturaleza. De hecho, son los residuos predominantes en los entornos naturales de Cuenca según los datos de las últimas 35 limpiezas del proyecto LIBERA.  

Muñoz considera que abandonar desechos en los montes y ríos es más considerado un “daño estético” que un perjuicio para el entorno. “La ciudadanía tiene ciertas inercias y necesita más tiempo para asumir que esto es un problema medioambiental”, explica. 

El panorama parece desesperanzador. Sin embargo, Muñoz estima que al menos el 90% de los plásticos que se ven en los parajes  se pueden erradicar con educación ambiental. Esta es, sin lugar a dudas, la mejor arma para proteger la naturaleza. A pesar de los castigos jurídicos, el plástico continúa su despliegue en los paisajes marinos y montañosos. Esto se debe a que estar en campo abierto otorga una falsa sensación de impunidad por lo que no siempre las medidas legislativas, por duras que sean, tienen efecto. “Lo único que funciona es la educación ambiental y la sensibilidad de no generar un impacto en el entorno”, expone Muñoz.

Esta enseñanza pasa por conocer las consecuencias de los plásticos en la naturaleza. Tienen como gran inconveniente  su persistencia en el tiempo. “Sus bondades mecánicas e industriales son sus defectos medioambientales”, advierte Muñoz.

Este material en sí no es contaminante, pero sí lo son sus aditivos. Algunos de ellos también son dañinos para la salud, como aquellos que son potencialmente cancerígenos o los llamados disruptores endocrinos, que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal. La fauna es uno de los grandes afectados por los plásticos en los paisajes. Especies como las aves pueden enredarse con estos elementos, lo que se traduce en ahogos o laceraciones. 

Los polímeros son invasores en los ecosistemas que los animales pueden confundir con alimentos e ingerirlos. Si son duros, estos generan cortes en el tracto digestivo y la muerte por infección.

Si son blandos,  perjudican a las vías respiratorias y el animal fallece por asfixia. La ONU estima que este material sintético termina con la vida de un 1 millón de aves. Su evolución son los microplásticos, lo que facilita su llegada a las cadenas tróficas y con ello la muerte mamíferos marinos y tortugas por consumo. La flora tampoco logra escapar de sus efectos. 

Un ejemplo preocupante es el cúmulo de toallitas en los ríos que frena la entrada de rayos solares. Esto deriva en una falta de oxigenación que afecta a especies, en una ausencia de alimento para peces o crustáceos hervíboros e incluso en alteraciones de las dinámicas fluviales y corrientes. 

El plástico es una amenaza para el planeta. Está en nuestras manos detener la situación y darle a la naturaleza el respiro que necesita.  

SEO BirdLife y Cruz Roja se unen para luchar contra la basuraleza
Foto: Rubén M. Checa

La vida útil del plástico no siempre termina en un contenedor. La propia naturaleza es su destino final. Prueba de ello son las 35 recogidas organizadas por el proyecto LIBERA con la colaboración de Cruz Roja para luchar contra la basuraleza. Esta última organización ayuda en la recolección y en la creación de una base de datos.

El objetivo es conocer mejor la situación en los terrenos y poner de manifiesto ante las autoridades problemas en zonas vulnerables para promover medidas de protección, tal y como señala Noemí Nielfa, que es la referente provincial del área de medio ambiente de Cruz Roja. 

Los polímeros son los residuos más comunes en los parajes de la provincia. Ocupan el 33,6% de la basura en montes y ríos, una cifra secundada por la categoría “otros” con un 16,8%,  un 16,6% de metales y un 15,4% de papel o cartón. A la cola están los desechos médicos (0,8%), los aparatos eléctricos o baterías (2,1%) y la madera trabajada (2,2%).

El grueso de los residuos son las 1.238 colillas encontradas, que contienen sustancias más nocivas que los plásticos como la nicotina. Las siguen las latas de bedida y las bolsas de comida o congelados. Se han recopilado 12.266 objetos en los últimos años. La cifra se antoja pequeña, pero, en realidad, las 35 recogidas han evitado 5.091,2  kilos de emisiones de CO2 y la tala de 57 árboles. Estas acciones también han ahorrado 26,6 litros de agua y 10.091 kilovatios. 

Cruz Roja ha emprendido sus propias batidas, que han tenido una gran acogida, lo que le ha llevado a realizar limpiezas mensuales en entornos de Cuenca capital. La sensibilización ha sido el gran éxito de estas recogidas con una participación de 25 voluntarios. Es, al fin y al cabo, una acción que siembra una semilla de esperanza para el planeta difícil de arrancar.

CuenCANP organiza una recogida de basura en Molinos de papel
Foto: Saúl García

Una marcha en Molinos de papel. Esta es la propuesta de CuenCANP, en la que se hará una limpieza de basura. El objetivo es concienciar sobre el daño que causa el plástico en la naturaleza al hilo del Día Mundial del Medio Ambiente. 

A pesar de tratarse de una asociación dedicada a la cultura, sus integrantes no han querido dejar pasar esta efeméride para contribuir al planeta. Javier Rodríguez, miembro de la organización, sabe que esta limpieza puede ser una acción diminuta con un gran poder de sensibilización. No es la primera vez que realizan una práctica similar.

Desde hace un tiempo son parte del `plogging´, un movimiento social surgido en los paises escandinavos en el que cada paseo por el campo se convierte en un buen gesto. “Tenemos que dejar las cosas no como están, sino mejor de lo que nos las encontramos”, expresa.

Sus actividades sensibilizan a personas de todas las edades, incluso a los más jóvenes. Rodríguez personalmente cree que esta lección “no se les olvida” y que la basuraleza es fruto de una “falta de actitud” que ellos quieren combatir.