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Memoria histórica

Localizan la ubicación de la fosa en el cementerio de Pajaroncillo

Los restos de 47 soldados republicanos y un niño estarían en una zona central del camposanto, en un lugar diferente al previsto inicialmente
Localizan la ubicación de la fosa en el cementerio de Pajaroncillo
Imagen de los trabajos de prospección para localizar la fosa común. Foto: La Gavilla Verde
08/01/2022 - Dolo Cambronero

Los trabajos de prospección desarrollados entre septiembre y noviembre de 2021 en el cementerio de Pajaroncillo para localizar el lugar en el que se encuentran los restos de, al menos, 47 soldados republicanos y un niño que yacen en una fosa común han logrado determinar la ubicación del enterramiento. Según los resultados de estos sondeos llevados a cabo con un georradar, este estaría situado en una zona central del camposanto.     

Así lo confirma Pepe Gorgues, presidente de La Gavilla Verde, colectivo nacido en Santa Cruz de Moya que trabaja por la recuperación de la memoria histórica y que ha impulsado estos trabajos, que han sido posibles gracias a la subvención de 14.000 euros que recibió la asociación del Gobierno central, en concreto de la Dirección General de Memoria Democrática, para recuperar los restos de los soldados republicanos fallecidos en el cercano hospital militar de El Cañizar, que estuvo en funcionamiento entre el 1 de enero de 1937 y el 31 de marzo de 1939. Las víctimas procedían de ocho comunidades autónomas del país, cuatro de ellas de Castilla-La Mancha, de las cuales tres de la provincia de Cuenca. Además, entre los cuerpos enterrados en esa fosa también estaría el de un niño que se cree que murió al explotarle un artefacto explosivo de la guerra civil española con el que jugaba. 

“Estamos satisfechos porque el resultado de la prospección ha sido positivo y se ha cumplido con el objetivo de la primera fase, que era localizar la fosa”, celebra Gorgues, quien recuerda que, en un principio, los trabajos desarrollados por la empresa valenciana Grupo Paleolab se habían centrado en otro lugar del camposanto dado que los primeros testimonios recabados indicaban esa zona. “Han pasado muchos años y ha habido muchas modificaciones posteriores en el cementerio, por lo que era difícil determinar con exactitud el sitio del enterramiento”, admite.

TESTIMONIOS DECISIVOS

Sin embargo, cuando ya habían dado por perdida esa línea de investigación, aparecieron en escena dos nuevos testigos nonagenarios que acompañaron a los técnicos y apuntaron sorprendentemente a otro lugar del cementerio. “Fue determinante su testimonio”, asegura el representante de La Gavilla Verde.    

Tras esa nueva información, los trabajos de prospección se centraron en esa zona y los datos técnicos confirmaron que los cuerpos pueden estar efectivamente ahí. De hecho, Gorgues apunta que en una foto aérea de ese lugar se aprecia claramente que no hay tumbas encima de este espacio. “Es como si las generaciones anteriores conocieran que en ese sitio había personas enterradas y lo hubieran respetado”, reflexiona.

"Es casi épico hallar fosas como la de Pajaroncillo y poder devolverle los restos a sus familias”

“Las familias están más tranquilas porque al principio veían que no se encontraba la fosa. Tuvimos suerte de que aparecieran estas dos personas porque ya nos íbamos de allí”, cuenta el presidente de esta asociación que trabaja por la memoria histórica.

No obstante, haber localizado la ubicación de la fosa es solo un primer paso dado que todavía faltarían otras dos fases para concluir el proceso: primero, la exhumación de los cuerpos mortales y, por último, llevar a cabo los estudios forenses y genéticos de las víctimas para poder devolver los restos a sus respectivas familias para que cierren un prolongado duelo.

 Para ello, La Gavilla Verde confía en recibir de nuevo el apoyo económico del Gobierno central para continuar con las siguientes fases. La próxima convocatoria de subvenciones para el desarrollo de tareas de este tipo saldrá el próximo septiembre por lo que el proceso completo podría alargarse aún un par de años.

Gorgues lamenta que hayan pasado más de ocho décadas desde el fin de la contienda y no se hayan podido recuperar todavía los restos de tantas personas en todo el país. “Hemos perdido muchas posibilidades de encontrar a gente porque no se acometió esta tarea como se debería. Los testigos de aquella época han ido desapareciendo por lo que es casi épico hallar fosas como la de Pajaroncillo y poder devolverle los restos a sus familias”, incide, poniendo el acento en una nefasta consecuencia: “La carga emocional para muchos de los descendientes es brutal”.