Desde este viernes no se puede circular por el camino asfaltado que une Arcas con Villar de Olalla en el tramo afectado por el hundimiento de tierras que a finales de diciembre formaba una dolina por colapso con un diámetro de más de siete metros y 4 de profundidad que las corrientes subterráneas inundaban de agua a escasos metros de la vía.
Desde entonces esta depresión, a modo de torca, que aún tiene agua, no ha dejado de crecer y “ya ha empezado a meterse en el camino”, señala el alcalde de la localidad, Joaquín González Mena, por lo que han decidido cerrar el paso por seguridad, hasta que los técnicos determinen su evolución, situación y riesgo.
Concretamente se ha decretado el corte del camino a 1,7 km. del casco urbano de Arcas hasta el 2,2 km. Es decir, se puede transitar desde Villar de Olalla a Ballesteros pero no desde este punto hasta Arcas.
Ubicada a 1,70 km. aproximadamente del casco urbano de Arcas y a 5,00 km de Villar de Olalla, la falla, se sitúa en una zona cercana al complejo lagunar El Ballesteros, que está formado por más de 40 dolinas y uvalas que en su mayoría albergan lagunas estacionales o permanentes.
De momento se desconoce el punto de evolución en el que se encuentra este fenómeno geológico que está en fase de estudio, por lo que “hasta que no se vea la evolución definitiva del mismo, y con el fin de proteger la seguridad de los usuarios y vehículos” el Ayuntamiento de Arcas ha decretado el corte del camino en el tramo afectado.
Este viernes los técnicos de la Diputación de Cuenca visitaban la zona y la próxima semana serán los del Instituto Geológico Minero de España (IGME) los que se trasladarán para analizar la situación que presenta la dolina que, treinta años después de la última que se formó en esta zona, aparecía tras las intensas lluvias que dejaban las borrascas Elsa y Fabien a finales de diciembre.
