Un georradar 3D dibujará los planos de la residencia del ‘dominus’ de Noheda

Reproducir la planimetría de la Pars Urbana de la Villa Romana de Noheda, es decir, la disposición y las características de la zona reservada al adinerado propietario. Esto es en lo que está trabajando el equipo arqueológico del yacimiento, que hace unos días fue examinado de nuevo por un georradar, esta vez 3D y con un alcance y resolución capaz de discriminar información cada diez centímetros.

Con esta herramienta, más potente que la empleada en 2018, 2019 y 2023, los investigadores buscan tratar de aclarar estructuras que habían quedado sin definir por las interferencias de la vegetación. 

En esta ocasión, el georradar se ha centrado en la zona comprendida entre las termas y el triclinio –el famoso comedor que alberga uno de los mosaicos figurativos más grandes y mejor conservados del Imperio Romano–, así como en la parte oeste de este último. “Estamos repasando aquellos puntos que quedaron inciertos para tener clara su adscripción cultural y su morfología para intentar planificar excavaciones futuras”, adelanta Miguel Ángel Valero, director científico de las excavaciones. 

Y es que, en esa zona ya hay documentados seis estanques construidos en cascada que conforman “una secuencia en torno a un peristilo (patio)”. Algo así como una entrada monumental por la que el dominus (señor) pasaría a sus invitados hasta hacerles llegar al salón cruciforme de 900 metros cuadrados. “Puede haber un octavo estanque que nos conectaría con el ala oeste de la gran sala cruciforme”, dice Valero.

 

Si bien, todo esto aún está por confirmar puesto que los resultados llegarán a principios de 2026. Una vez que el georradar descubra lo que se esconde bajo el subsuelo se planificarán las excavaciones ya que la Villa Romana de Noheda es uno de los tres proyectos de la provincia de Cuenca a los que el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana ha concedido una subvención del Programa de ayudas del 2% Cultural, cuyo objetivo es la recuperación del patrimonio cultural.  

Concretamente, la Diputación de Cuenca solicitó al Gobierno de España por los trabajos en Noheda 872.579,40 euros, un 75% del presupuesto total, que asciende a 1.163.439,20 euros. Montante que se empleará en la recuperación del gran edificio cruciforme, estancias del ala suroeste del acceso monumental al triclinio y estancias norte de la Pars Rustica. Actuaciones que comenzarán, según avanza Miguel Ángel Valero, “como muy tarde en primavera” del próximo año. 

 

ANÁLISIS DE ADN 

Otro de los proyectos más novedosos e importantes respecto al pasado de Noheda es el análisis del ADN de los nueve cuerpos que fueron recuperados de la pequeña necrópolis localizada en el salón cruciforme de la Villa Romana durante las últimas excavaciones. Material genético que los investigadores quieren cotejar con el de   los vecinos de la zona de Villar de Domingo García y pueblos cercanos para tratar de encontrar a los descendientes directos de los pobladores que habitaron la Villa Romana hace siglos y así hacer una recomposición filogenética. 

Si bien, el Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid todavía no ha concluído los trabajos para extraer la información genética de esos nueve cuerpos. “Esperamos tenerlos para febrero”, explica. Paralelamente se está llevando a cabo otro exhaustivo estudio de restos antropológicos en A Coruña que complementará el citado anteriormente. 

Burros jóvenes, ostras de río, perdíz o conejo: así comían los ricos de Noheda

Nuevos utensilios de cocina recuperados durante las excavaciones, así como los restos de debajo de las costillas y el coxis del cuerpo de los nueve individuos exhumados del salón cruciforme han aportado nueva información sobre qué y cómo comían los habitantes de la Villa Romana de Noheda en las diferentes etapas de ocupación. Y es que, tal y como explica Miguel Ángel Valero, director científico del yacimiento, “cuando nos morimos y el cuerpo se pudre los fluidos dejan restos de comida e incluso rastro de enfermedades”. Por ello, los primeros análisis de los restos óseos, palinología (polen), carpología (semillas) y los enseres están aclarando las diferencias entre lo que comían los pudientes que habitaron Noheda en su fase de esplendor y la alimentación de los pobladores más pobres de la segunda etapa. 

Por ahora, han comprobado que el dominus se alimentaba de burros jóvenes –un manjar de la época según las fuentes consultadas por los arqueólogos–, cabras y ovejas asadas, ostras de río, conejo y perdiz. Si bien, esta dieta no varía mucho respecto a los pobres puesto que también se alimentaban de cabras, ovejas y caballos, pero en este caso eran viejos. Es decir,  “aprovechaban la vida útil del animal para producir lana o leche y una vez eran viejos lo cocinaban y para facilitar la masticación los cocían en lugar de asarlos como en el caso de los ricos”, explica Valero. 

 

 

PIEDRA Y MÁRMOL

Otra de las líneas de trabajo abiertas actualmente se centra en analizar la procedencia de las teselas del mosaico del triclinio. Por ahora se sabe que las de vidrio vinieron hasta la Villa Romana desde Egipto, algo habitual. Si bien, se está investigando si las de piedra y mármol podrían proceder de canteras locales, como las cercanas a la Serranía o al entorno de la Alcarria. “Eso sería lo excepcional”, apunta Valero. 

Por ahora es pronto para conocer los resultados por lo que el 2026 se presenta como un año en el que podrían despejarse muchas incógnitas sobre la Villa Romana de Noheda.