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La DANA reduce hasta un 90% la cosecha de almendra en algunas zonas de la provincia

El reducido gramaje del fruto y el ajustado precio de venta han puesto en jaque a los agricultores conquenses, que han vivido un año “desilusionante”
14/09/2023 - Paula Montero

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ala. Así define la campaña de la almendra en la provincia de Cuenca el gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos, el conquense Fernando Pinedo. Una conclusión que engloba diferentes factores negativos como el reducido gramaje de la almendra, el ajustado precio de venta y los notables daños ocasionados por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha azotado diferentes puntos de la provincia durante esta última semana. Además, es necesario tener en cuenta que la campaña se ha adelantado respecto a otros años puesto que empezó a recogerse durante la última quincena de agosto y se prolongará como máximo hasta principios de octubre.

Antes de la llegada de las tormentas, la cosecha se preveía moderadamente buena ya que, aunque el tamaño del fruto es inferior al habitual porque las lluvias de mayo llegaron tarde para hacerlos crecer a tiempo, se esperaba recoger entre 5.000 y 5.200 toneladas, una cantidad bastante aceptable teniendo en cuenta que en la provincia de Cuenca hay plantadas 25.000 hectáreas de almendros de las que un 25 por ciento son de producción ecológica. Entre ellas, las variedades tardías como vairo, penta, lauranne, constanti, marinada o guara son las más comunes.

Sin embargo, las abundantes precipitaciones y las fuertes rachas de viento han hecho caer el fruto al suelo y para los productores no es rentable recogerlo, puesto que los costes de mano de obra se dispararían. Si bien, la caída ha sido muy irregular y afecta a un 20% de la producción en algunas parcelas y en otras hasta el 90%. “Los daños son muy desiguales dependiendo de cada pueblo”, señala Pinedo. En este sentido, se han visto especialmente afectados los agricultores con producciones en Belmonte, Villamayor de Santiago, Buenache de Alarcón, Motilla del Palancar y Villanueva de la Jara. 

Con esta caída, y como es previsible, las estimaciones de 5.200 toneladas van a disminuir y desde la Agrupación todavía no han hecho nuevos cálculos.

A ello se suma la reducción de precios respecto a 2022, cuando la almendra convencional se vendía a 3,90 euros el kilo, mientras que este año esta cifra ha disminuido aproximadamente un euro. Lo mismo pasa respecto al comercio de la variedad ecológica puesto que han pasado de 7,90 euros a 5,40 euros el kilo como máximo en este 2023. “El agricultor está teniendo un año duro porque la producción de cereal, leguminosas, olivar y viña está siendo una ruina y teníamos todas las esperanzas puestas en la almendra y en esta última semana también se ha visto afectada. Está siendo un año totalmente ruinoso para el agricultor”, señala Pinedo. 

Pérdidas que no se verán paliadas totalmente por los seguros porque “no cubren esto”, señala el gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos. En esta línea, Pinedo pone también sobre la mesa los altos costes de producción a los que tienen que hacer frente puesto que “el gasoil, la luz o los abonos han multiplicado su precio”, relata. Cuestión que hace a los agricultores estar aún más “desilusionados”. 

Otra de las cuestiones a la que han tenido que hacer frente los productores conquenses es la aparación de plagas como los hongos y la avispilla, que cada año afectan a los cultivos. Dos problemas que en las plantaciones convencionales son fáciles de solucionar pero que en las ecológicas cuesta más erradicar al no poder utilizar determinados productos. Si bien, Fernando Pinedo, incide en que los daños más importantes son aquellos provocados por las inclemencias meteorológicas porque “no las podemos controlar”, narra. 

 

COMERCIALIZACIÓN

La almendra convencional de producción conquense se comercializará este año en países europeos como Alemania, Italia y Francia, así como en China; mientras que el destino de la ecológica será fundamentalmente Estados Unidos y Alemania. En este sentido, Fernando Pinedo alerta del riesgo que conlleva mezclar almendra convencional y ecológica con amarga porque, si en los controles de calidad del extranjero encuentran una sola almendra de este último tipo, “devuelven la mercancía y no quieren volver a comprar nuestro producto nunca más”, recalca. Por ello, pide a los agricultores que no engrosen los kilos de su cosecha con sacos de almendra amarga porque pueden ocasionar “un daño muy grande para todos”, concluye.