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Ola de calor

Los agentes medioambientales afrontan un verano atípico por las altas temperaturas

La masificación de las zonas de agua y el riesgo alto de incendios hace que este cuerpo que se encarga de la vigilancia y custodia del patrimonio natural tenga un grado alto de estrés
Fotos: Saúl García
02/08/2022 - Ruben M.Checa

Se encargan de la prevención, de la vigilancia y la custodia del patrimonio natural tanto de la provincia como de la región. También llevan a cabo labores de investigación sobre las causas por las que se ha originado un incendio forestal, así como otro sinfín de actuaciones relacionadas siempre con el medio natural.

Se tratan de los agentes medioambientales, un cuerpo que nació en Castilla-La Mancha en el año 1999 y que desde entonces están a pie de campo garantizando la protección de la naturaleza.

Más de dos décadas de trabajo que, con las sucesivas olas de calor que se están registrando este año, el cuerpo está viendo cómo está habiendo una afluencia de gente muchísimo mayor a la naturaleza respecto a otras épocas estivales.

Así lo ponen de manifiesto tanto Antonio Sancho, el responsable regional de este cuerpo, como José Azcoitia, el responsable en la provincia de Cuenca. Y es que, desde que se abrió la veda de pesca a primeros de mayo, y comenzaran a elevarse las temperaturas, los agentes medioambientales han tenido que llevar a cabo una intensificación de la vigilancia.

Un refuerzo de la vigilancia que, como apunta Azcoitia, ya está dando sus frutos, y es que se están incrementando las sanciones que los agentes están poniendo. Todo ello por llevar a cabo tareas no permitidas en el entorno natural tanto de Cuenca como de Castilla-La Mancha como acampar al aire libre, la captura del cangrejo señal, encender hornillos o hacer fuego en el campo o dejar la basura tirada en las zonas recreativas.

Este cuerpo también se encarga de investigar las causas por las que se originan los incendios forestales junto al Seprona de la Guardia Civil

VIGILANCIA

Este trabajo, además, en las últimas semanas también se ha intensificado en el monumento natural de Las Chorreras del Cabriel, en Enguídanos, y es que allí “el 100% de los accidentes que se están produciendo es por gente que se está bañando en zonas no autorizadas”.

Por eso, el trabajo de los agentes medioambientales en dicho paraje se está intensificando primero “por el riesgo y deterioro que provocan a las formaciones geomorfológicas que están protegidas” así como darle importancia a la seguridad ciudadana ahora que gran cantidad de personas se desplazan hasta el entorno.

Y es que, la seguridad de los ciudadanos que nos desplazamos hasta el medio natural también es importante para este cuerpo. Por eso, ponen el foco en la concienciación sobre los usos que uno puede llevar en el campo, así como qué zonas ocupar.

Porque, este año, cualquier lámina de agua de la región es susceptible de que haya gente intentado buscar una zona de refresco. “Ahora la gente ya no se concentra únicamente en las zonas recreativas”, aseguran los responsables, y eso lleva a que la gente tenga un consiguiente riesgo en caso de incendio.

“Cuando se declara un fuego y hay que hacer una evacuación de la gente, tenemos en cuenta a aquellas personas que están en las zonas recreativas y autorizadas para el baño, pero no estamos siendo conscientes de si la gente se ha metido en zonas más adentro, y ese tipo de riesgo las personas no lo tienen asumido y pueden ocurrir desgracias”, apuntan los agentes medioambientales.

Todo ello sumado a que hoy en día los ciudadanos que visitan el campo siguen cometiendo conductas incívicas, “porque hay gente de ciudad que desconoce totalmente el medio ambiente”. “En la ciudad, puedes tirar un cigarro al suelo y no pasa nada, o puedes tirar una botella de cristal al suelo y tampoco pasa nada, pero eso en el campo es una fórmula para provocar un incendio”, aseguran los agentes.

 

Agentes medioambientales.// Foto: Saúl García

INVESTIGACIÓN

Otras de las tareas que también están llevando a cabo desde el cuerpo de agentes medioambientales en plena campaña de riesgo alto de incendios forestales es el control, prevención y extinción de estos fuegos. Por eso, en torno al 60% de la plantilla está ahora volcada en esta labor, ya que hay varias figuras dentro del organigrama del plan Infocam en las que los agentes medioambientales forman parte.

También, en la parte de investigación de las causas del incendio, en donde este año, junto al Seprona de la Guardia Civil, llevan a cabo la investigación de la casuística de los incendios forestales de todos los sucesos que se originan por causas estructurales.

Estos son los que están supeditados a la biomasa, así como a negligencias, los intencionados, las averías o problemas de los vehículos. Todo un trabajo que, como apunta Sancho, está condicionado a las evidencias físicas, ya que el fuego “siempre va dejando una marca de dónde viene, a dónde va, y de dónde ha salido”.

Por eso, están encontrando casos de que hay fuegos que se están originando por la rotura de elementos metálicos de ruedas de vehículos, cigarrillos mal apagados, artefactos, maquinaria rota, o colisiones de cosechadoras con roca provocando chispas.

De esa forma, en cada provincia de la región hay entre 10 y 12 agentes medioambientales especializados dedicados exclusivamente a las campañas de incendios. “La mano del hombre está en el 90 y mucho por ciento de los incendios, ya sea por un mal uso de maquinaria, por uso recreativo, averías de vehículos o directamente intencionado”, explica el responsable regional del cuerpo.

Toda una información valiosa basada en datos de campañas anteriores que sirven como medio preventivo para la próxima temporada y, además, para hacer un seguimiento específico en determinadas zonas.

Con todo, entre el incremento del riesgo de incendios y la masiva afluencia de ciudadanos al campo, el colectivo se encuentra “con un grado de estrés importante, y todavía estamos a mitad de la campaña”, todo ello en unas fechas en las que se han tenido que duplicar medios humanos “de donde casi no los hay” para atender tanto la vigilancia del medio natural junto con la exposición de incendios forestales.