Mascarillas

Este sábado, si no hay cambios de última hora, podremos por fin liberarnos del uso obligatorio de la mascarilla en los espacios abiertos. Será un hito importante, no sólo desde el punto de vista físico, pues nos permitirá respirar mejor y comunicarnos con menos molestias, sino también psicológico, porque supondrá un estímulo que nuestro subconsciente interpretará como el principio del fin de la pandemia. Pero no debemos equivocarnos: dejar la mascarilla indicará el principio del fin, pero no el fin. Seguirá siendo necesario usarla en espacios cerrados y siempre que no podamos mantener una distancia interpersonal segura. Cierto es que el notable avance de la vacunación está disminuyendo los contagios cada día y que las vacunas están llegando ya a grupos de edad cada vez más jóvenes, lo que propiciará una inminente inmunidad de grupo. Pero no es menos cierto que todavía sigue muriendo gente en nuestro país y que las UCI aún tienen gente afectada por la Covid 19. Por eso no podemos lanzar las campanas al vuelo, ya que la situación sigue siendo volátil y es necesario que actuemos conforme exige una pandemia: con prudencia, responsabilidad y la mascarilla siempre cerca.

Hemos conocido esta semana que nuestra provincia se mantiene como la que menos incidencia de coronavirus presenta en la región, pero también sabemos que en las últimas jornadas se ha producido un repunte de los contagios, signo claro de que algo no estamos haciendo bien. Es evidente que con la escasa densidad de población que tenemos en nuestro territorio las cifras, en todo tipo de conceptos, siempre serán menores que en zonas más pobladas, pero ello no significa que debamos fiarnos de los números bajos. Tenemos que actuar conforme a lo que la situación de la pandemia requiera y seguir las instrucciones de los expertos y de las administraciones porque el virus no distingue entre localidades grandes y pequeñas.  Desde luego, poco ayudan conductas como las que hemos conocido, como la participación en botellones sin ningún tipo de medidas de protección ni distancia social. Tampoco contribuiremos a paliar la pandemia si en el período de vacaciones nos confiamos y relajamos la guardia, en vacaciones o en las fiestas patronales que muchos municipios van a recuperar. Será indispensable informarse sobre el alcance del coronavirus en los lugares donde vayamos a viajar y tener en cuenta que podríamos vacunarnos en otras comunidades autónomas.  Y sobre todo hay que tener en cuenta que las nuevas variantes del Sars-cov-2 pueden afectar gravemente a aquellas personas que no hayan sido todavía vacunadas y que el hecho de haber sido inoculado no garantiza la inmunidad total.

La ansiada inmunidad de grupo requiere la máxima colaboración del grupo. De nada sirve que avance la vacunación si permitimos que lo que avancen también sean los contagios, porque llovería sobre mojado y daríamos al traste con el enorme esfuerzo que están realizando los sanitarios. Sin ánimo de ser pesados, les volvemos a pedir un esfuerzo, un sprint final, porque estamos ya muy cerca de la vuelta a la normalidad y con ella llegará la recuperación económica y anímica que todos esperamos y deseamos.