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“La magia de la década de los 80 está en los recuerdos que todavía nos hacen vibrar”

El humorista Jorge Santini actúa este sábado 15 de noviembre en el Auditorio de Cuenca
“La magia de la década de los 80 está en los recuerdos que todavía nos hacen vibrar”
15/11/2025 - Ruben M.Checa

Una propuesta cargada de humor, música y, sobre todo, recuerdos. Así es el espectáculo ‘Érase una vez, los 80’, un show ideado y desarrollado por Jorge Santini con la que lleva ya cuatro temporadas recorriendo los teatros de toda España, y que el próximo sábado 15 de noviembre, a partir de las 20:30 horas, se podrá disfrutar en el Teatro Auditorio José Luis Perales de Cuenca. 

 

¿Qué se va a encontrar el espectador?

Muchos recuerdos, desde luego. El espectáculo está centrado prácticamente en toda la década de los 80. Hablo de la moda, de la convivencia familiar, del colegio, de las discotecas, de los primeros amores, de la televisión, la radio, la publicidad… En hora y media o una hora y cuarenta toco muchos temas, con mucha información, pero siempre en clave de humor. Creo que la gente se ríe seguro. 

 

¿A qué tipo de público va dirigido?

En general, viene gente de todas las edades, pero sobre todo entre los de 40 años en adelante. Es la franja que más disfruta porque ha vivido esa época. Los más jóvenes también vienen y se ríen, pero hay cosas que no entienden del todo porque no las han llegado a vivir.

 

¿Por ejemplo?

Cuando hablo de la tecnología de aquella época. Hoy los chavales no conciben un teléfono fijo con una rueda para llamar, o que hubiera que levantarse para cambiar el canal de la tele. O cuando hablo de la moda, de cómo eran las relaciones familiares… Son cosas que ahora parecen normales, pero entonces no lo eran. Eso genera muchas risas y también cierta ternura.

 

¿Cómo nació este espectáculo?

Hace ya nueve años que empecé con él, pero lo iba a estrenar en 2020 y justo llegó la pandemia. Vio la luz en 2021, y desde entonces no ha parado de girar por España y voy ya por su cuarta temporada. La idea fue mía, porque viví muy intensamente esa década y me apetecía hablar de ella. Creo que fue una época maravillosa y tenía muchas ganas de hacerlo en clave de humor.

 

¿Por qué los años 80 siguen despertando tanta simpatía y nostalgia?

No sabría decirlo exactamente. Creo que es la magia de los recuerdos. Mucha gente me dice al salir que les he hecho “abrir la caja” de la memoria. Algunos incluso lloran, de risa y de emoción. En el show uso muchos audiovisuales, imágenes de televisión, radio, colegios… y eso toca la fibra. La gente añora esa época, la recuerda con cariño. Esa palabra, añoranza, define muy bien el espectáculo.

¿Qué es lo que más le divertía de aquellos años?

Sobre todo la manera de disfrutar los fines de semana. Era de lo más mágico. Esperabas toda la semana para volver a ver a tus amigos o a esa chica que te gustaba. No teníamos redes sociales ni móviles, así que la espera era parte de la emoción. Incluso escuchar música era diferente: si no podías comprarte el disco, tenías que esperar a que sonara en la radio o en la discoteca. Todo era más pausado y se disfrutaba más.

Cuatro temporadas de gira dan para muchas anécdotas… ¿recuerda alguna especialmente curiosa?

¡Unas cuantas! Desde gente que viene vestida estilo ochentero hasta una anécdota increíble: en el show hablo de mi primer beso, en el pupitre, con una niña que se llamaba Begoña García. Pues un día estaba en el público. Al principio pensé que me tomaba el pelo, pero resultó que era ella de verdad. ¡Después de casi cincuenta años!

 

¿Qué le ha aportado personalmente este espectáculo?

Muchísimo. Me ha dado grandes alegrías, tanto personales como profesionales. He conocido a gente maravillosa y he podido recorrer muchas ciudades. Pero lo más bonito es que todo esto ha llegado de rebote. Yo tengo 57 años y me dedico profesionalmente a la osteopatía. Empecé en la comedia hace solo diez años, formándome en la academia Set d’Acció, del grupo El Terrat, con el monologuista Gabriel Córdoba. Nunca imaginé que acabaría dando la vuelta a España con un espectáculo. Por eso siempre digo que los sueños se cumplen y que nunca es tarde.

 

¿Tiene ya nuevos proyectos en marcha?

Sí. Primero quiero acabar esta gira, pero mientras ya estoy escribiendo mi próximo espectáculo, ya que el público me lo ha pedido. Este se va a centrar en los años 90, lo tengo a un 70% y, si todo va bien, me gustaría estrenarlo entre febrero y marzo del año que viene.

 

¿Cómo animaría al espectador que está indeciso a adquirir su entrada?

Les diría que, si quieren pasar un rato divertido, desconectar de los problemas y recargar las pilas, que vengan. No es un monólogo al uso: hay música, imágenes, humor y muy buen rollo. No me meto con el público, los meto conmigo en la fiesta. Muchos me dicen al final: “Lo necesitaba”. Y eso es lo más bonito que me pueden decir.

 

Y si pudiera viajar al pasado y pasar un día en los años 80, ¿dónde iría?

Me iría a mi barrio de la infancia, sin dudarlo. Lo echo mucho de menos. He vuelto alguna vez y ya no tiene nada que ver, se ha degradado. Daría años por pasar solo un día allí otra vez.