El Vivo Cuenca recibía al Albacete FS y el ambiente ya hacía presagiar un duelo especial: las gradas lucían una inusual afluencia de público, también motivadas por un horario más apto para los aficionados. Los azulones lo dieron todo, lo intentaron de todas las formas posibles, fueron fieles a su estilo de juego, remontaron el partido, pero un al final no pudo ser.
Pese a enfrentarse al líder, un equipo fuerte, y contar con bajas importantes en la platilla habitual, los de Manolo Moya salieron sin complejos. El Vivo no se dejó intimidar y desde el primer minuto plantó cara con seguridad al conjunto albaceteño.
El partido comenzó con intensidad, y el Albacete golpeó primero, apenas habían transcurrido seis minutos cuando inauguró el marcador. Sin embargo, el Vivo supo recomponerse. Manolo Moya modificó el habitual estilo de posesión del equipo para adaptarse al ritmo alto que imponía el líder, aunque sus jugadores no perdieron ni la posición ni la entrega.
En defensa, Peñu, que atraviesa un momento de forma espléndido en casa, volvió a mostrarse infranqueable, mientras que Budia y Raúl aportaban velocidad y profundidad cada vez que tocaban el balón. Con el paso de los minutos, el Vivo Cuenca fue creciendo y empezó a imponer su juego, demostrando la calidad y el carácter que definen al conjunto conquense.
Lo intentó Peñu desde la frontal tras un saque de esquina que acabó repitiéndose, aunque la segunda oportunidad se escapó y la contra supuso una jugada peligrosa que el conjunto local logró solventar sin mayores. El Vivo insistía por todos los flancos, topándose una y otra vez con una defensa albaceteña muy sólida, mientras su propia defensa se mantenía como un auténtico fortín.
Bajo palos, Iván Muñoz suplió con nota la ausencia de Mario Gómez, firmando intervenciones de mérito para mantener con vida a su equipo. Con el paso de los minutos, el Vivo adelantó líneas y comenzó a presionar arriba. A falta de tres minutos para el descanso, Peñu ya defendía en campo rival, una arriesgada apuesta que dio sus frutos en cuanto a dominio y empuje pero que terminaría pasando factura en las contras.
El Sargal rugía, empujando a los suyos en busca del empate. Sin embargo, a minuto y medio del final, un rápido contragolpe del Albacete terminó en el 0-2, tras un córner muy bien defendido por los albaceteños y un rechace que enganchó como un vendaval Ruby.
El Vivo, lejos de rendirse, respondió de inmediato: Adri ejecutó una falta rasa que sorprendió al portero albaceteño para poner el 1-2 justo antes del descanso.
Un marcador corto para lo visto sobre la pista, donde el Vivo Cuenca demostró, como siempre su carácter luchador, pero la fuerza del Albacete pudo haber ampliado la distancia.
Tras el paso por vestuarios, el Vivo Cuenca salió con todo. Los azulones arrancaron la segunda mitad volcados en ataque, buscando un empate que se resistía una y otra vez. Pese al empuje inicial, el Albacete respondió de inmediato con tres saques de esquina consecutivos, idénticos en ejecución, ante los que el conjunto conquense solo pudo resistir.
Ivi, algo impreciso en los primeros minutos, fue entrando poco a poco en el partido hasta ser en una de las claves ofensivas del Vivo, fiel a lo habitual. Con él sobre la pista, el equipo vivió sus mejores momentos de ataque, poniendo en apuros a una defensa albaceteña que empezaba a sufrir.
Los de Manolo Moya seguían insistiendo. Raúl, Álvaro y J. Ángel se entendían a la perfección en la circulación de balón, aunque les faltó algo de rapidez en la finalización, lo que permitió al guardameta visitante desbaratar cada intento. La presión del Vivo y el aliento constante del Sargal, que rugía con una fuerza ensordecedora, mantenían viva la esperanza del empate.
Y este llegó. A falta de ocho minutos, el árbitro señaló un claro penalti a favor del Vivo Cuenca, desatando la euforia en el pabellón. Budia, con frialdad, transformó el lanzamiento para establecer el 2-2 y poner patas arriba el partido. El empate espoleó aún más a los conquenses, mientras los albaceteños empezaban a mostrar nervios en defensa. Una falta en la frontal estuvo a punto de convertirse en el tercero, pero el disparo de Peñu se estrelló en la barrera e Iván Muñoz, en el rechace, remató desviado.
El éxtasis llegó poco después: con el Albacete jugando con portero-jugador, un pase erróneo cayó en los pies de Adri que no dudó en lanzar desde el centro del campo para firmar el 3-2 ante la portería vacía.
Sin embargo, la alegría duró poco. La tensión era no apta para cardíacos. El líder, fiel a su condición, no se rindió y atacó con todo. En una serie de tres córneres consecutivos. Iván paró el primero, Budia rechazó el segundo, pero a la tercera fue la vencida el Albacete logró el 3-3 a falta de dos minutos.
Y un minuto después, llegó el mazazo definitivo para el Vivo. Saéz, con un golazo por la escuadra, puso el 3-4 definitivo. El Vivo no bajó los brazos y dispuso de cuatro ocasiones claras en los últimos 30 segundos, pero la fortuna le dio la espalda.
El Vivo Cuenca cae con orgullo ante el líder en un partido digno y emocionante, en el que por momentos rozó la victoria. Es la segunda derrota consecutiva, aunque las sensaciones son mucho más positivas. Los de Manolo Moya buscarán resarcirse la próxima semana ante el Inter Fútbol Sala, por lo que tendrán que reponerse de estas dos duras semanas y seguir adelante.