Velocidades de vértigo, saltos imposibles y una técnica apurada al extremo para el aterrizaje perfecto. Puede que la modalidad de BMX sea una desconocida en Cuenca, pero tiene un buen representante a nivel nacional como lo es el joven Raúl Sanz.
Su trayectoria competitiva ha pasado de competir de forma “casual”, sin muchas expectativas, a ir tomándoselo cada vez más en serio y aumentando su exigencia, aunque sin olvidar se de lo más importante: disfrutar. El gran punto de inflexión ha llegado en este 2025, ya que en su segundo año compitiendo en O Marisquiño –reconocido evento de la cultura urbana que reúne en Vigo multitud de disciplinas deportivas y culturales– ha conseguido alcanzar las semifinales, codeándose con algunos de los mejores del mundo.
Posteriormente recibiría la invitación para participar en el Extreme Barcelona, si bien no ha podido acudir. No obstante, lo define como “un sueño”, ya que es un campeonato internacional y le hace entrenar con un nuevo reto en mente: rampas aún más grandes y exigentes.
El conquense ya domina virguerías espectaculares como el 360 wheel, backflip, frontflip o 540, si bien algunos trucos “van y vienen”, ya que a veces el mayor desafío no está en la técnica, sino en la mente. Una lesión sufrida en enero y una recuperación acelerada condicionada por estudios y trabajo mermó su progresión, aunque insiste en que dominar la cabeza tras recuperarse es casi más importante. “Diría que el 80% es mental”, comenta el joven, quien sabe que el más mínimo error puede resultar en una caída aparatosa.
Recuperar la confianza perdida y ganar incluso más de la que tenía es su gran meta. Por eso, su enfoque actual no se basa tanto en resultados como en crecimiento personal: “Quiero superarme a mí mismo día a día, valoro más estas experiencias que los resultados. Los campeonatos son el premio al trabajo duro que hago aquí, pero quiero ser competitivo conmigo mismo”, asegura.
IMPULSANDO LA
COMUNIDAD LOCAL
Más allá del ámbito competitivo, Raúl se ha convertido en una pieza clave para la pequeña pero creciente comunidad de BMX en Cuenca. Fácil de identificar en el skate park del Parque Europa, sus trucos llaman la atención de jóvenes y niños que quieren dar también sus primeros pasos en este deporte, por lo que no duda a la hora de echarles una mano y aconsejar a sus padres sobre material y cómo practicar BMX de manera segura.
Asimismo, también intenta inculcarles la cultura de respeto por toda la comunidad del skate park –skate, scooter, patines…– y el buen uso del mismo, apreciando el gran cambio que ha dado con respecto a las instalaciones anteriores, siendo un sitio bastante polivalente para todos estos deportes. “Compartimos espacio y hay que generar un entorno sano y de respeto”, traslada el rider, quien celebra que se ha convertido en un lugar familiar en el que todo el mundo puede practicar este deporte “sin perder la esencia de la calle”.
