La biblioteca de Villar del Águila, un nuevo recurso cultural para impulsar la repoblación
La cultura es un elemento estratégico para luchar contra la despoblación y en Villar del Águila lo tienen claro. Esta pequeña pedanía de Torrejoncillo del Rey con 21 habitantes censados se ha propuesto encandilar a las personas que cada año regresan al pueblo para pasar la primavera y el verano e incluso animarlos a quedarse el máximo tiempo posible antes de regresar a la ciudad.
Y si alguien decide volver definitivamente a vivir en Villar del Águila muchísimo mejor. Para lograr este propósito saben que es necesario contar con recursos que dinamicen la vida social y cultural durante todo el año.
De ahí que el pasado mes de abril la Asociación Cultural y de Vecinos de Villar del Águila se marcara como objetivo abrir una biblioteca. Lo que no se imaginaban es que tres meses después sería una realidad.
El día 1 de abril Estrella Bravo Cifuentes asumió la presidencia de la asociación y tan solo un día más tarde lanzó la propuesta a los más de 200 asociados. Fue recibida con entusiasmo y, aunque la asociación cuenta con fondos, decidieron no hacer un gasto extraordinario y plantearon la posibilidad de crear una biblioteca a base de donaciones. Publicaron la petición en redes sociales y la respuesta ha superado todas sus expectativas, hasta el punto de que han tenido que cerrar la recogida. “La gente se ha volcado de una manera increíble, nos han hecho llegar libros desde Madrid, Castellón o Valencia”, señala Estrella Bravo. Y no solo eso, sino que los propios vecinos han proporcionado la mayor parte del mobiliario necesario para su puesta en marcha.
En total han recibido más de 4.000 volúmenes, aunque en el libro de registro hay 3.500 títulos. Y se preguntarán, ¿cómo han hecho para organizar todo en tan poco tiempo? Juegan con ventaja porque Estrella Bravo ha sido profesora de Lengua y Literatura en institutos y cuenta con experiencia en biblioteconomía. A esto hay que sumar la ayuda desinteresada de los socios, ya que sin ellos no habría sido posible ordenar los libros, restaurar los muebles o poner a punto el libro de registro, el de préstamos y todo el manual de fichas donde está recogido el nombre del donante, la fecha, título o la edición de cada ejemplar. Todos han trabajado a una y el esfuerzo ha tenido la mejor de las recompensas: una satisfacción enorme.
Además, al no tener medios para identificar los libros mediante tejuelos (etiqueta adherida al lomo del libro que contiene la signatura topográfica y sirve para facilitar su identificación, orden y localización en una biblioteca) han establecido un código de colores. Por ejemplo, aquellos libros con una pegatina blanca no son prestables. Este el caso de las enciclopedias porque no pueden arriesgarse a perder alguno de los tomos o también los libros con cierto valor. “No tenemos ejemplares valiosos por su calidad literaria sino por antigüedad, hay uno de 1915”, señala la presidenta.
Solo les queda diseñar los carnés y establecer unas normas porque “queremos que los niños entiendan que la biblioteca no es un espacio de juego, pero tampoco una cárcel, ni que los adultos entiendan que esto es un club social para venir a charlar”, cuenta Bravo.
PROYECTO GLOBAL
Eso sí, la Asociación Cultural y de Vecinos de Villar del Águila no se conforma con haber puesto en marcha una biblioteca en tiempo récord. Van más allá ya que esta iniciativa forma parte de un proyecto global que incluye más acciones. Han establecido un calendario de talleres que se extenderán durante julio y agosto. De ganchillo, escritura creativa, juegos de mesas, juegos matemáticos de agilidad mental o repostería creativa son algunos de ellos. “La gente ha ido proponiendo cosas y harán estas actividades de forma desinteresada. Si alguien sabe hacer algo se lo enseña a los demás, ese es el mecanismo”, cuenta Estrella.
“Este año sabemos que será complicado retener a la gente porque ya tendrán reservadas vacaciones, pero de cara al próximo verano creemos que podemos atraer a la gente que vive fuera y animarlos a quedarse durante más tiempo, no solo venir a las fiestas de agosto y ya está”, señala Estrella Bravo.
Y no solo eso, sino que harán proyecciones de cine al aire libre y, además, están recopilando fotografías antiguas para hacer un archivo físico del pueblo. “Nos hemos dado cuenta de que hay mucha gente que no tiene fotos de sus antepasados, pero hay otra gente que sí y si ponemos todas en común muchas personas podrán poner cara a sus bisabuelos o abuelos”, cuenta Natalia García, vocal de la asociación. Están abiertos a recibir imágenes paisajísticas, de las casas, de las calles y, por supuesto, de las personas que han vivido en el pueblo. Su objetivo final es publicarlo y para ello trasladarán la propuesta a la Diputación Provincial de Cuenca, aunque si no es posible buscarán autopublicarlo con sus propios medios.
Por último, de cara al año que viene quieren reabrir el club social y dar servicio de bar al menos durante la primavera y el verano ya que eso “animaría muchísimo el pueblo y la gente lo demanda”, cuenta Estrella Bravo.
En el pueblo la gente está entusiasmada con el nuevo rumbo que ha tomado la Asociación Cultural y de Vecinos de Villar del Águila y a través de redes sociales las reacciones y felicitaciones no se han hecho esperar. Este es un ejemplo más de la lucha incansable de los pueblos de Cuenca para fomentar la repoblación rural, ahora solo falta incrementar el número de habitantes más allá de julio y agosto, aunque por falta de actividades, talleres y propuestas de ocio no será. Villar del Águila les espera, ¿se apuntan a conocerlo?