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Casas Colgadas

Un restaurante en la línea del Museo de Arte Abstracto

El futuro espacio gastronómico de las Casas Colgadas contempla una ampliación de hasta cinco áreas y una inversión cercana al millón de euros
Fotos: Saúl García
01/02/2019 - M.Gómez

Las obras de restauración del antiguo mesón de las Casas Colgadas convertirán el lugar en un espacio gastronómico más amplio, moderno, accesible, funcional y con una línea de inspiración continuista con el Museo de Arte Abstracto Español.

La rehabilitación del interior de varias de las casas de esta emblemática figura del patrimonio conquense está impulsada por el Consorcio de la Ciudad de Cuenca, tendrá una inversión cercana al millón de euros y se prevé, en el caso de que no haya incidentes que prorroguen los trabajos, que finalicen para julio o agosto de 2019, según han indicado el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal.

Además, sobre Semana Santa, y una vez hayan avanzado las obras considerablemente, se realizará el pliego para la futura explotación del espacio en colaboración con la Academía de Gastronomía de Castilla-La Mancha. "Queremos primar la calidad de un proyecto donde el objetivo sea conseguir estrellas Michelín y que vengan cocineros con experiencia", añadía Mariscal.

El nuevo espacio gastronómico tendrá un aforo de entre 100 y 120 comensales. La remodelación permitirá que se pase de las dos salas que existían a un total de cinco: Comedor Sala Negra, Comedor Sala Blanca, Comedor del Rey, Comedor Caja Pétrea y Bodega, además de ser accesible por dos entradas, tanto en la puerta principal como por la Casa de La Sirena.

Los arquitectos Miguel Ángel y Javier Redondo, encargados del nuevo aspecto del lugar, han recalcado la intención de hacer del nuevo restaurante y de cada una de sus salas "una referencia para la ciudad que esté a la altura de uno de los museos más importantes del mundo", en alusión al Museo de Arte Abstracto Español. "Al final lo que queremos que sienta la gente que venga aquí a comer, es que piense que está comiendo dentro del museo", añadía.

En un rápido balance han señalado que el estado del edifcio era muy precario y que era necesario un reconocimiento de la situación, tanto para rehabilitar como para recuperar terreno con la eliminación de tabiquería y otros huecos inservibles. En este sentido ha recalcado la reforma de la antigua casa del servicio del Mesón que se rehabilitará completamente para que esta ampliación de espacios dentro del restaurante sea una realidad.

Los arquitectos señalaban que el edificio además será accesible al menos en su comedor principal (gracias a un elevador) y que se recuperarán balconadas y abrirán nuevos huecos de zonas exteriores cerrados antiguamente para que "espacios como las terrazas formen parte del interior, tal y como ocurre en el propio museo en el que los ventanales componen un elemento de belleza del propio museo con las vistas que ofrece", declaraba Javier Redondo.

Línea continuista con el museo de arte abstracto

El recibidor contemplará una continuidad entre el interior y el exterior, con una superficie adoquinada con un mueble costero de granito como mueble de recepción, donde destacará una gran fotografía tomada el día de la anterior inauguración del mesón. En lugar de barandillas, las escaleras contarán con un entramado de varilals metálicas en homenaje a la escultura de Sempere con el patrón de Moiré.

El antiguo comedor principal se convertirá en el Comedor "Sala Negra", haciendo un guiño al espacio del mismo nombre que alberga el Museo de Arte Abstracto, tratará de crear la sensación de estar dentro de la obra de Manolo Millares, quein con telas de arpilleria y cuerdas generaba superficies y volúmenes.

Antes de llegar a esta zona, en la zona de los antiguos baños, se erigirá una pequeña bodega como espacio de múltiple uso donde se almacenarán vinos y se podrá realizar catas. Con un suelo de granito negro zimbawe, el resto de la habitación tomará esta tonalidad oscura fon una perfilería mínima ocupada por una mesa central de Ónix iluminado en recuerdo al suelo que Fernando Zoble escogió para el museo.

Bajo el comedor principal se encontrará el comedor privado o "Sala del Rey", un espacio para unos 6-8 comensales donde se recuperará la roca madre en el revestimiento de las paredes y destacará por el suelo en chapa con una célebre frase de Fernando Zóbel iluminada.

Como nuevos espacios aparecen el Comedor 'Caja Pétrea', donde los comensales pueden ver cómo se concina y por último, y en la zona de las antiguas viviendas del servicio, se encontrará la "Sala Blanca", inspirada en la sala principal del Museo de Arte Abstracto Español en el que se "mantendrá esa escala doméstica con la ciudad, mantiendo los detalles de la estructura, en el caso del restaurante, la antigua entrada del servicio será una integración de esta sala con una referencia poética a través de la roca, con materales en el suelo, paredes y techos y juegos de luces", admitía el arquitecto Miguel Ángel Redondo.