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Educación

La pandemia pone a prueba a la Universidad José Saramago

El programa universitario para mayores de 50 años se ha reinventado este curso a causa de la pandemia apostando por las clases ‘online’, aunque no están teniendo demasiada participación
La pandemia pone a prueba a la Universidad José Saramago
Fotos: Saúl García
06/03/2021 - Dolo Cambronero

Nunca es tarde para aprender. El Programa Universitario José Saramago 50 plus de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ofrece a las personas mayores de 50 años la posibilidad de complementar su formación intelectual al tiempo que socializan y se relacionan. Aunque este curso la pandemia ha obligado a adaptar el formato apostándose exclusivamente, con el fin de proteger frente a la Covid-19 a una población en principio de riesgo, por las clases virtuales, que no están teniendo demasiada participación.

Así lo reconoce la coordinadora del programa en Cuenca, Raquel Cervigón Abad, quien, no obstante, señala que confía en que el próximo curso se pueda volver a recuperar el pulso de este proyecto si las circunstancias permiten retomar las clases presenciales. “Es un programa con futuro”, subraya.

Y también con pasado ya que el programa, que busca fomentar el envejecimiento activo, celebra este año el vigésimo aniversario de su puesta en marcha en la UCLM, en concreto en el Campus de Talavera. Un curso después entraría en funcionamiento en Cuenca, extendiéndose después por el resto de la región. “Antes de la pandemia, estábamos muy contentos porque en nuestra ciudad hay muchos alumnos”, subraya la responsable.

“Las personas mayores no están tan familiarizadas con lo digital”, admite el presidente de la Asociación ‘Teresa de Luna’ de alumnos y exalumnos del Programa Universitario José Saramago, Eduardo Domínguez, quien de todas formas también espera que el próximo curso se vuelva a una cierta normalidad y se recupere a los estudiantes ‘perdidos’ este año.

El ciclo integrado permite a los alumnos asistir a clases de la enseñanza reglada en el Campus

Sobre este punto, recuerda que, en los últimos ejercicios, había ido creciendo el número de estudiantes en el Campus de Cuenca, cuyas clases se impartían en el edificio Gil de Albornoz. Así, de los 62 alumnos que había en 2016 se pasó a 191 en el curso 2019-2020. Desde la asociación -que organizaba diversas actividades paralelas- habían trabajado para difundir el programa instalando mesas informativas. “Mucha gente no lo conocía”, sostiene.

El único requisito para participar es tener 50 años, no siendo necesaria ninguna titulación previa. Este año no ha habido proceso de matriculación como tal pero los mayores pueden seguir, a través de Teams, las conferencias online. Las de esta semana han tratado cuestiones como el liderazgo, los drones o la historia de los puentes de Cuenca, entre otras.

Antes de la pandemia, el programa se estructuraba en tres ciclos: específico (tres cursos, con contenidos básicos de diversas materias), integrado (dos cursos, en los que el alumnado se integra en las clases de la enseñanza universitaria reglada que se imparten en Cuenca) y de actualización (se desarrollan seminarios sobre temas de actualidad y se puede estar los años que se desee). Además, la ‘José Saramago’ participa en cuatro proyectos de Erasmus. “Son muy interesantes. Los mayores han viajado a otros países y se han comunicado en inglés”, destaca Cervigón.

“La principal finalidad del programa para mayores es socializar y estar activo”

El conquense Eduardo Domínguez Suay, de 75 años, estudió en sus tiempos Ingeniería Industrial. Hace diez años, tras jubilarse y regresar a su Cuenca natal después de haber vivido en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, él y su mujer, Guadalupe, decidieron pasar de nuevo por las aulas de la mano del Programa Universitario José Saramago 50 plus para seguir aprendiendo. “La finalidad de este programa no es tanto adquirir conocimientos, que también, sino socializar y estar activo”, explica el alumno.

Para Eduardo, una de las mejores experiencias de este proyecto es la posibilidad de, además de cursar los propios contenidos del programa, poder incorporarse también a las clases de las asignaturas de los distintos grados y másteres que se imparten en el Campus de Cuenca. “Permite el intercambio intergeneracional entre mayores y jóvenes”, celebra.

El veterano estudiante reconoce que hay personas que no se animan a participar porque piensan que es difícil. Pero asegura que no: “El perfil de alumnos es muy variado. Hay gente con formación universitaria pero hay otros que solo saben leer y escribir. Mi experiencia ha sido muy positiva y creo que para el 99% de los mayores, también lo es. Para algunos, es una terapia”, sentencia. Asimismo, hace una mención especial al profesorado,a quien agradece su interés y buen trato. "Creo que ellos también disfrutan con nuestras clases".

La pandemia pone a prueba a la Universidad José Saramago