El Centro Cultural Aguirre se ha quedado pequeño este sábado para acoger el esperado encuentro con Manolo García en el marco de la Feria del Libro Cuenca Lee 2025, con un público entregado procedente de distintos puntos de la provincia y la región, así como de Madrid, Valencia o Sevilla.
Durante hora y media, el músico, pintor y escritor ha presentado su nueva obra, Títere con cabeza, una recopilación de relatos que entrelazan vivencias, imaginación y crítica social. “No es un libro para adoctrinar, es un libro para entretener, para que quien lo lea pase un ratito y piense, si quiere. Para que desconecte, como en un buen concierto”, ha explicado.
Algunos relatos nacen de anécdotas reales, como un incidente con su coche o una historia familiar de la Guerra Civil; otros son pura invención “de las muchas pajaradas que me cruzan la cabeza”, ironizaba Manolo García, asegurando que escribir, pintar o componer es su forma de “alimentarse emocionalmente”, pero también de ofrecer algo a los demás. “Yo me doy vida escribiendo, y al mismo tiempo, otros me dan vida a mí al leerme”, añade.
Durante la conversación, conducida de forma distendida por la periodista Nuria Martín, Manolo García ha hablado de sus comienzos, de la inspiración y del valor de lo cotidiano como materia narrativa.
El artista catalán, siempre polifacético y comprometido, ha compartido con los asistentes su forma de entender la vida y su forma de crear. Y ha avanzado que está trabajando en un nuevo disco que verá la luz el próximo otoño.
Asimismo, ha recogido el guante que le ha lanzado la diputada de Cultura, María Ángeles Martínez, para exponer su obra pictórica en Cuenca. “Tengo 400 cuadros pequeños muertos de risa en casa. Si se puede, yo encantado”, ha respondido arrancando aplausos.
García ha reivindicado el arte como forma de resistencia frente al ruido y el artificio, y ha compartido su forma de entender la creación: “Yo escribo y pinto para salirme de mí, porque si no, me vuelvo insoportable. Pinto colores como mantras: verde, azul, amarillo… y de repente han pasado cinco horas y me he arreglado el día”.
Fiel a su forma de entender el mundo, ha hablado del tiempo como una convención opresiva, del arte como forma de resistencia y del escenario como la conversación literaria, como “vida”. Ha defendido la cultura como espacio compartido y ha rechazado la superficialidad de lo que ha llamado “la gran distracción moderna”. “Nos falta comunidad, nos sobra ruido”, apostilla.
En el coloquio con los asistentes, García ha apelado a lo más esencial. “No hay dioses ni héroes, solo humanos intercambiando vida. Hoy Cuenca me ha dado un ratito de vida compartida y yo he venido a dar lo poco que tengo. Mi libro es mi canción, es mi presencia hoy aquí, mi manera de no parar”, ha explicado el autor, quien ha subrayado que 'Títere con cabeza' nace de la necesidad de compartir un rato de calma y conexión real en medio del ruido.
El acto ha concluido con una extensa firma de ejemplares entre los asistentes que han abarrotado el Centro Cultural Aguirre en una jornada que Manolo García ha reconocido que ha disfrutado mucho. “Estoy muy contento de estar aquí”, aseguraba entre los aplausos de un público entregado que no ha dejado de lanzar preguntas al artista catalán.