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Divertidas inocentadas en la prensa conquense de antaño

Las inocentadas en la prensa española empezaron a tener casi siempre forma de suceso o de noticia inverosímil a partir de 1905
Divertidas inocentadas en la prensa conquense de antaño
28/12/2025 - José Vicente Ávila
Anuncio de 1930

Una de las tradiciones del período navideño es la de las inocentadas en los medios informativos en general cada 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. Noticias que nada tienen que ver con los fakes que a veces vemos en medios digitales a diario,  sino que son informaciones elaboradas para hacer creer algo que no ha ocurrido o vaya a ocurrir, o noticias que nos llevan a la broma o a la anécdota curiosa. ¿Cómo eran aquellas inocentadas en la prensa conquense de “los felices 20” del siglo pasado?

Es importante señalar que las inocentadas en la prensa española empezaron a tener casi siempre forma de “suceso” o de noticia “in… verosímil” a partir de 1905. Situándonos, por ejemplo, en el 28 de diciembre de 1921, el semanario conquense “El Mundo”, dirigido por César Huerta, abogado y periodista, publicaba una noticia con el título “La gran semana de la aviación en Cuenca”, ocupando dos columnas de la portada. Así comenzaba la llamativa información:

“No se necesita haber estudiado sendos cursos en Oxford o Cambridge para apreciar las enormes dificultades que han sabido vencer los celosos ediles de la ciudad al instalar, en los cerros del Socorro y de San Cristóbal, dos grandes plataformas de aviación, que son el pasmo de Belite de Ostende… (la ciudad belga que era balneario de Europa) y de la francesa Trouville (localidad de Normandía conocida como “la reina de las playas”), que ha abandonado las delicias de las famosas estaciones invernales del centro de Europa, para venir en enorme caravana a ocupar los grandes hoteles de “Fermín Caballero” y “Severo Catalina”, montados con arreglo al último modelo Ritz”.

Así seguía el relato para los incrédulos lectores conquenses: “La admiración en la ciudad es extraordinaria: el expreso de lujo París-Turia-Las Majadas llegó anoche con trescientos viajeros, principalmente franceses e italianos. Los barcos de la Compañía Conquense de navegación esperan la entrada de dos trasatlánticos del Lloyd alemán, para conducir, rápidamente, hasta los hermosos muelles de San Antón, un contingente considerable de turistas sajones. Los lujosos automóviles se presentan sin cesar en la ciudad, teniendo ya ocupados por completo los amplios y modernos garajes de Verde y de la Romana”.

Los sorprendidos lectores no daban crédito a la información: “Aeroplanistas tan conocidos como los señores Zurilla y Colón, han arribado con sus biplanos Farman, desde sus respectivas residencias de Bólliga y La Melgosa. Y por último, la Eléctrica Municipal, producida por el Salto del Huécar desviado, ha hecho funcionar ayer tres potentes reflectores que, desde Mangana, el Socorro y San Cristóbal, lanzan sobre la ciudad, alternativamente, haces cargadores de luz roja, verde y blanca: el efecto que producen es por demás fantástico”.

Una de las tradiciones del período navideño es la de las inocentadas en los medios informativos. Noticias que nada tienen que ver con los fakes que a veces vemos en los medios digitales a diario

Señalaba César Huerta que el tiempo se presentaba inmejorable en aquellos días finales de diciembre de 1921, pues “la estación radio-telegráfica, instalada en la amplia torre-remate de nuestro monumental y férreo Mercado, recibe de las principales estaciones establecidas en la Península, noticias de que la depresión barométrica iniciada en el Golfo de Gascueña no llegará a la meseta central de Castilla y que la industria conquense hace esfuerzos considerables, suscribiendo rápidamente las listas que, a cada momento se promueven, para  organizar nuevos y más atrayentes festejos”. 

Destaca la información que “el “Caresty tarugo club”, órgano privado de los industriales del ramo, ostenta una suntuosa exposición, en la cual se ven verdaderas maravillas. En una vitrina aparecen pulimentados diestramente, con el aspecto del mejor nogal de Cañete, pedacitos de pino, de los que antaño se empleaban como leña y ahora se utilizan para la fabricación de muebles, vendiéndose a 1.000 pesetas quintal”.

“Pero el clou de las fiestas radica en el dirigible Romero, de 150.000 metros cúbicos de capacidad, superior al Zeppelin, al Bayard Clement, y al mismo famoso Republique, dado su órgano nuevo de estabilización y la fuerza motriz empleada, que, como saben nuestros lectores, son pastas radioactivas de las famosas minas de Henarejos. Con este motivo se espera a Madame Curié, Farman, Bleriot, Wright y Esnault-Peltiere, y tal vez al secretario del Ayuntamiento de La Peraleja”, relataba Huerta, quien remataba la información señalando que “la Diputación Provincial, ahíta de dinero, como acostumbra, ha contribuido a los gastos de esta gran semana con 100.000 pesetas”.

No se puede olvidar que en aquellos años el agua escaseaba en las pocas fuentes de las viviendas de Cuenca y por ello, según la información de Huerta, “el Ayuntamiento en su Exposición especial, ¡y tan especial!, de nuevos adelantos locales, presenta el modelo de las pilas automáticas cuadriculadas, que coloca gratuitamente debajo de cada grifo del agua. Mediante esas pilas de acero, y ya patentadas, el agua de las cañerías, que, en tiempo de la menor lluvia arrastra sustancias terrosas en cantidad considerable, se convierte instantáneamente en hermosas losetas de mosaico, que los vecinos después venden a buen precio. Con ello, claro que los vecinos no tienen agua que beber… pero pueden beber vino”. (La cal ya estaba en los grifos de la vieja Cuenca).

Terminaba la croniquilla del soñador inocente César Huerta señalando que “como estas notas son hechas sin más carácter que el de información, creemos bastante completo lo dicho, esperando que el lector habrá tenido muy en cuenta que no siempre se observa el octavo mandamiento”, que señala que “no dirás falso testimonio ni mentirás”, aunque las mentiras piadosas con gracia o sorna sólo se permiten el 28 de diciembre.

Con el sueño de la ilusión que no podía ser y podía llegar en el futuro, los vecinos de Cuenca de aquella Navidad de 1921 podían ver el cine mudo acompañado de música de piano en el “Ideal Artístico” o ir al Teatro Principal, situado en la calle Alonso de Ojeda (actual Centro Infantas de España). 

Allí se anunciaban para el día de Nochevieja dos grandes funciones, con una sinfonía, una bonita cinta cómica en dos partes y el drama teatral “El último amo”, para concluir con la presentación del “coloso de la ventriloquia” Francisco Caballero Castillo, que repetiría el día de Reyes, pues el artista nacido en Borja (Zaragoza), contaba con una “compañía autómata” de 25 muñecos, entre ellos los populares “Pinocho” y “Matías”, fabricados por el propio artista borjano,  y eso no era una inocentada, sino una realidad que a los espectadores les parecía increíble: “los muñecos hablan”.

‘ROBO’ DE UNA APISONADORA

Otra añeja inocentada del 28 de diciembre de 1928 aparecida en “El Día de Cuenca”, tenía toda su guasa, aunque la publicación de la noticia, bajo el titular de “Robo escandaloso” y el relato del suceso ofrecía cierta “verosimilitud”. Se trataba del robo de una apisonadora, que a ver quién se la iba a llevar así, a empujones, con la carencia de medios de transporte de hace más de un siglo. Contaba el diario independiente de la mañana que “anteanoche ocurrió en la carretera de Albacete, a tres kilómetros escasos de Cuenca, en el sitio que llaman San José (la casilla de San José) uno de los robos más audaces que se han registrado”. Se estaba reparando la carretera debido a los numerosos baches y en el relato periodístico se explicaban los antecedentes:

“Hace algún tiempo que se están ejecutando obras de reparación en aquel lugar por el contratista Jacinto Pérez, que emplea una veintena de trabajadores en el machaqueo y distribución de la piedra para cuyo asiento se vale de una apisonadora con motor de gasolina que conduce el mecánico Ernesto García…Como las noches están tan frías, a la terminación de la jornada se retiran los obreros a sus domicilios y queda sola y abandonada a un lado de la carretera la máquina apisonadora”. 

Y ocurrió lo más temido: “Ayer mañana, como de costumbre, se presentaron en el tajo los trabajadores y el maquinista Ernesto García, quedando sorprendidos al ver que la máquina no estaba en el sitio que la habían dejado la noche anterior. Inmediatamente uno de ellos fue a avisar al contratista, personándose en la Jefatura de Obras Públicas de la provincia para dar cuenta de lo que pasaba”.

Casualmente se encontraba cerca de la oficina un redactor de “El Día” a quien el contratista Jacinto Pérez le decía: “No sé cómo ha podido ocurrir. Estoy verdaderamente apenado. La máquina es de Obras Públicas, pero con arreglo al contrato, yo sólo soy el responsable, y vea señor, tengo esposa y cinco hijos…”. Y seguía explicando el atribulado trabajador al redactor: “Era la primera contrata que tenía; antes tuve otra de un circo, pero un día se me escaparon las fieras que tenía en él con el taquillero. Tuve que cerrar el negocio… Ahora voy a avisar a la policía…”

El relato sigue en la portada del periódico de ese 28 de diciembre con ladillos entre líneas que informan: “En el lugar del suceso”. “Se presenta la policía·. “Lo que cuenta un carretero”. Y entre interrogantes: “¿Hay una pista?” Se dice que han encontrado una apisonadora en el paraje de La Caserna, pero que es otra, dado que la robada es un guayabo, y que la policía está interrogando a todos los obreros. El último párrafo con el ladillo “¿Se ha encontrado la apisonadora?”, dice lo siguiente:

“En el momento de cerrar la edición, a las cinco de la madrugada de hoy, nos dicen, sin tiempo para comprobar la noticia, que ha sido encontrada la máquina en el pajar de una casa distante a unos doce kilómetros, en donde estaba cuidadosamente oculta bajo unos haces de cañas”. Finalmente, en la edición del diario conquense del 29 de diciembre, y en una nota titulada “Santos Inocentes” se puede leer: “A decir verdad, no creemos hayan sido muchas las personas con las tragaderas suficientes para haber tomado en serio nuestra información de ayer referente al robo de una “apisonadora”, pero pocas o muchas veces reciban nuestra más cordial enhorabuena”…

 

EL TREN DE LOS ARTISTAS

Sería prolijo enumerar la cantidad de inocentadas publicadas en la prensa conquense de antaño, además de la radio en las últimas décadas, pero hay una noticia del día de los inocentes del año 1953, que viene a ser como el preludio de la película navideña “Plácido”, dirigida por Luis García Berlanga, que en principio se iba a rodar en Cuenca, pero finalmente se hizo en Manresa, estrenada en 1961. El hermano de Berlanga, Fidel, puso en marcha la Posada de San José y en aquella década de los cincuenta se rodaron aquí películas como “El milagro del sacristán” o “Calle Mayor”, entre otras.

En la celebrada película que tenía el lema de “Siente un pobre a su mesa” recordarán que en el tren llegan a la ciudad unos artistas procedentes de Madrid. Pues bien en 1953, ocho años antes de rodarse “Plácido”, el bisemanario “Ofensiva” publicaba el 28 de diciembre el siguiente titular en la sección “Van y vienen”:  “Varias primeras figuras de la Compañía de Radio Madrid en nuestra ciudad”. En el tren de las once treinta llegaron ayer a nuestra capital, procedentes de Madrid, los conocidos actores de la gran Compañía de Teatro de Radio Madrid, Maribel Alonso, Guillermo Sautier Casaseca, José Luis Pecker, Pedro Pablo Ayuso y Antonio González Calderón, llegados para tomar parte en un festival benéfico. A todos ellos les deseamos una feliz estancia entre nosotros”.

En una nota de Redacción se apostillaba que “con motivo de la estancia de tan notables artistas en nuestra capital, la Asociación de la Prensa ha organizado para esta tarde, de cinco a siete, un “Café de Redacción” en la Posada de San José, en la que intervendrán los populares actores”. Concluía la nota de carácter tan inocente, que “las damas tendrán entrada gratuita al acto; los caballeros entregarán a la entrada un donativo de quince pesetas”. 

Pasada la década de los 90 del siglo XX, Tele-Cuenca emitió el día de los Santos Inocentes unas imágenes de la película “El valle de Gwangi” en la que aparece la fachada de la Catedral en llamas y algún susto se llevaron los que no conocían el largometraje sobre el dinosaurio escapado de una plaza de toros que hacía correr a todos por la Plaza Mayor de Cuenca y entrada en el templo catedralicio…

Hasta aquí unas pinceladas de aquellas inocentadas de antaño que quiero cerrar con un verso rimado de H. P. (Antonio Hernández Pérez) de la sección “Ripios que llevan suspenses de los asuntos conquenses”, publicado en “Diario de Cuenca” en 1966, bajo el título de “Santos Inocentes”:

 

“Permitidme que destaque,

y que lo sepan las gentes,

que hoy es “día de inocentes”

pues lo dice el almanaque.

Por lo tanto, en previsión

de llevarnos algún susto,

pies de plomo y atención.

Ojo al perro que te ladre,

desconfía del amigo

que gasta bromas contigo,

no te fíes de tu padre.

Y no lleves sofocón

si cuando hoy amanece

veas que en la Prensa aparece

tu esquela de defunción”.