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“Me defino como persona no binaria. Para mí, el género no es estático”

Una persona que nació mujer y sigue un proceso de transición en la Unidad Transgénero de Cuenca cuenta su experiencia
“Me defino como persona no binaria. Para mí, el género no es estático”
Foto cedida
08/05/2024 - Dolo Cambronero

Elle, que tiene ahora 27 años y reside en Cuenca, nació mujer pero hace un lustro empezó a cuestionarse su género. Tras pasar por su médico de cabecera, en noviembre de 2022 tuvo la primera cita en la Unidad Sanitaria Transgénero de Cuenca y ahora se encuentra en un proceso de transición. No obstante y aunque ha tomado hormonas que en cierto modo le han ‘masculinizado’, se autodefine como “persona no binaria”.

“Para mí el género es algo fluido, no es estático ni rígido. Yo lo vivo así”, puntualiza elle, que prefiere no dar su nombre real. Un nombre que, por cierto, ha cambiado en su Documento Nacional de Identidad (INE) y que aglutina su antigua denominación ‘femenina’ con la actual ‘masculina’. “No tengo una mala relación con mi nombre anterior y lo he querido mantener”, relata.

Tras una valoración inicial por parte de la Unidad Transgénero y someterse a varias pruebas, comenzó a hormonarse con testosterona –masculiniza el cuerpo– en febrero de 2023. “Empecé con media dosis para ver cómo me afectaba el tratamiento pero después he querido continuar así porque, en mi caso, no me interesa un cambio total de A a B”, explica.

Sin embargo, es consciente de que su decisión le limita las opciones en un futuro dado que, para tener acceso a operaciones como una mastectomía o una histerectomía en la sanidad pública, tendría que hormonarse al menos durante un año con la dosis completa, algo que, de momento, no tiene contemplado. 

“No se tiene en cuenta la realidad de personas que no quieren una transición radical de mujer a hombre, o al contrario, o que se definen como personas no binarias. Esto no está del todo visibilizado y no se dan muchas posibilidades para este colectivo”, indica.

Con todo, está satisfecho con su proceso de transición y considera que el hecho de haberse hormonado le ha podido facilitar algo las cosas en su entorno en relación con su identidad. “Aunque siempre está en duda si es algo que yo decidí o hay algo de imposición social. De todas formas, yo no me arrepiento en absoluto de la hormonación”, apunta.

En cuanto a su entorno, dice que a su madre le costó algo más asimilarlo pero que rápidamente lo aceptó, y que no ha tenido problemas ni con sus hermanos ni con sus amigos. “He tenido más problemas en el ámbito institucional y también con algunos médicos aunque eso ha ido mejorando”, asegura.

Durante su proceso de transición también ha contado con acompañamiento emocional por parte de los especialistas en Salud Mental de la Unidad Transgénero.  “Antes de empezar a hormonarme, tuve una temporada mala y el tratamiento me ha ayudado”, agradece.