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Cuenca, ciudad de estudios

"Cuenca es una ciudad hermosa y tranquila, con un ambiente propicio para el estudio"
21/06/2015 - G.D.
El Campus de Cuenca, con una oferta de trece grados, entre ellos Bellas Artes, Periodismo o Ingeniería de Edificación, cuenta con en torno a 5.000 alumnos. Muchos son de Cuenca capital pero, también, los hay procedentes de otras localidades de la provincia y de la región, e incluso de otras regiones o del extranjero. Es cierto que los de Cuenca capital están a la cabeza en número, pero les siguen, por este orden, los de Cuenca provincia, Albacete, Ciudad Real y Toledo. Y hay también muchos de provincias andaluzas (Sevilla, Córdoba, Jaén, Cádiz, Huelva), de la Comunidad Valenciana y de Extremadura. En menor medida de Castilla y León (Burgos, León), País Vasco, Baleares y Canarias. Pero algunos hay. Como existe incluso un matriculado de Ifni, en el suroeste de Marruecos.

Ante esta realidad, se pueden plantear preguntas como las siguientes: ¿Qué es lo que anima a la gente de fuera a venir a Cuenca a estudiar? ¿Qué factores influyen además de la oferta académica? ¿Es Cuenca una ciudad cómoda para ellos? ¿Económica? ¿Se les queda pequeña en algún momento? ¿Se quedarían a vivir aquí?

La vicerrectora del Campus conquense, María Ángeles Zurilla, tiene claro que son muchos los atractivos que ofrece Cuenca. “Es una ciudad hermosa, Patrimonio de la Humanidad, con una enorme programación cultural. Una ciudad muy tranquila, con un ambiente propicio para el estudio, al tiempo que también tiene su marcha nocturna. Está muy bien comunicada y es económica en comparación con las grandes ciudades”.

En el caso que más le compete, el del Campus, no duda en destacar sus “magníficas instalaciones y unos medios técnicos muy buenos, además de un profesorado con una media de edad muy joven y de mucha calidad, porque para dar clases aquí se pasan los mismos filtros que en cualquier otra Universidad”.

EL IMÁN DE BELLAS ARTES
El grado en Bellas Artes, en marcha desde 1986, es el que recibe más demanda de estudiantes de fuera.Entre ellos se encuentran Joana Peres, joven de 22 años natural de Sao Paulo, en Brasil, aunque residente desde hace años en Albacete, y Dani Arroyo, de 20 años y de Ciudad Real. Los dos están en tercero y se confiesan muy contentos.

“Esta era la Facultad que me parecía más contemporánea, menos clásica, con más libertad, y la ciudad la conocía desde pequeña y siempre me había gustado”, señala Peres, encantada con “el ambiente que hay para estudiar y el movimiento cultural: la gente se involucra yendo a las exposiciones”, dice.

Cambiar Cuenca por una ciudad de mayores dimensiones, como Madrid, es algo que en ningún momento se ha planteado. “Esto está mil veces mejor. Por supuesto que podría haber más oferta de ocio, pero está bien. Y puedes vivir en una casa bastante decente por el precio de una habitación en Madrid”.

Dani Arroyo, que también conocía Cuenca de dos visitas que hizo con el instituto, se siente igualmente muy a gusto. “Quería estudiar en una ciudad, pero que tampoco fuera muy grande y no estuviera masificada. Sabía además que esta Facultad apuesta por un arte muy actual y con muy buen rollo entre la gente”. Ninguno de los dos desecharía la idea de quedarse a vivir en Cuenca, aunque lo ven casi imposible por la falta de oportunidades laborales.

“Se ve poco trabajo. Creo que Cuenca puede ser divertida mientras estudias, pero luego aquí no consigues nada, menos si no eres de aquí”, opina Peres, y Arroyo coincide en señalar que “los de aquí tienen como más privilegios, son más conocidos y nos desplazan un poco, por lo que lo tenemos más difícil para destacar. Pero realmente encontrar trabajo no es fácil ni aquí ni en Ciudad Real ni en España”.

PERIODISMO
No se queda lejos de Bellas Artes en cuanto a demanda de alumnos de fuera Periodismo, de más reciente creación (año 2010). La mayoría de sus alumnos son, de hecho, de fuera de Cuenca, al ser la única Facultad de Periodismo de la región.
Juan Pérez, albaceteño de 19 años, actualmente en segundo curso, señala que cursó la solicitud porque era el grado que más le atraía de la oferta de la UCLM. Reconoce que también pidió plaza en Valencia y Alicante, pero “me lancé aquí porque es una ciudad más pequeña, más manejable, en la que puedes ir a cualquier lado andando, que está muy bien para estudiar, con unos profesores que son más próximos”. La oferta de ocio también le parece más que suficiente. “Hay bares en todas partes, en el Casco Antiguo, en la Plaza de España, y buena actividad cultural con teatro, música… Siempre hay algo divertido”.

José Manuel Sanz, de la misma edad y curso aunque natural de Tarancón, no dudó en elegir Cuenca antes que Madrid aunque la distancia para él fuera la misma. “Creo que esta es una Facultad más moderna y la ciudad, que ya la conocía de antes, es chiquita y eso te permite ir a todos los sitios andando”. No le importaría quedarse a vivir aquí, aunque dependerá de si le sale o no alguna oferta laboral. “Con el panorama de paro que hay en periodismo, en realidad, no le haría ascos a nada: donde salga trabajo”.

AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS
Son también muchos los estudiantes que, culminado el grado, se quedan unos años más en Cuenca para cursar algún máster. Es el caso de Silvia Cambronero, de 22 años y natural de Villagarcía del Llano, pueblo de Cuenca que limita con Albacete. Hizo aquí Bellas Artes y ahora cursa el máster para impartir clases de Secundaria y Bachillerato. “Me gusta Cuenca porque todo me pilla a mano y no me gusta coger el coche. Es una ciudad de naturaleza, donde se puede vivir como en un pueblo, sin el agobio de las grandes ciudades”, cuenta.

Sí que reconoce que, en un futuro, preferiría vivir en otro lugar. “Es cierto que al final haces mucha rutina y necesitaría cambiar”.
Mercedes Cebrián, de Ciudad Real, tras graduarse en Trabajo Social cursa un máster de tratamiento de violencia doméstica. Solo tiene buenas palabras para Cuenca: “Me gusta esta tranquilidad. No me van el metro y el estrés de Madrid o Barcelona. Aquí hay bares que abren hasta las tantas y, si te aburres, te puedes ir a visitar el Casco Antiguo”. No le importaría quedarse a vivir. “Si encontrara trabajo... Pero si no tendré que irme no solo fuera de Cuenca, sino de España”, teme.

Cierto es que hay algunos jóvenes que llegan a Cuenca un poco a regañadientes, que preferían una ciudad mayor, pero esta era la única opción que sus padres estaban dispuestos a pagarles. Y, pese a ese descontento inicial, la vicerrectora del Campus cree que la mayoría acaban “encantados”, una opinión que comparten algunos de los estudiantes consultados por Las Noticias.
“A la gente que vive más lejos puede que le cueste más venir, pero es un destino atractivo salvo que no conozcas la ciudad, que es cuando se puede prejuzgar, pensar que Valencia tiene más cosas. Pero una vez que vienes aquí, ves que estás cómodo y en general a la gente de fuera se la ve satisfecha”, apunta el albaceteño Juan Pérez.

Como en todo, hay, eso sí, alguna excepción, como la de Miguel Ángel Torres, de Villarrobledo, que con 19 años cursa primero de Administración de Empresas. “No me daba la nota para Albacete y vine aquí. Pero hubiera preferido otro destino. Estar en Cuenca me parece como estar en medio del campo. Es una ciudad bonita, pero no me apasiona ni va conmigo”, apunta. Aunque le queda casi toda la carrera por delante para poder cambiar de opinión.