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Iglesia

La catequesis presencial vuelve a las parroquias

San Esteban, San Fernando y Nuestra Señora de la Paz arrancan con ilusión, nervios y optimismo el nuevo curso en las parroquias
La catequesis presencial vuelve a las parroquias
Fotos: Saúl García
11/10/2020 - Paula Montero

Más de seis meses llevan las parroquias sin recibir a niños y niñas de todas las edades que acuden a clases de catequesis semanalmente, interrupción causada por la pandemia de la Covid-19 que ya propició que la Primera Comunión de cientos de conquenses se viera aplazada hasta el mes de septiembre en lugar de celebrarse con la llegada de la primavera.

Tras estos cambios, la incertidumbre y el miedo con respecto al inicio de la temporada de clases ha propiciado que los párrocos conquenses apuesten por dividir a los alumnos de catequesis en diferentes días para evitar aglomeraciones a la entrada de las iglesias, además están agrupados por cursos, siendo los grupos de no más de diez personas, incluido el o la catequetista.

Una subdivisión que permite cumplir con todas las garantías las recomendaciones sanitarias establecidas tras el paso del coronavirus. Aunque, si bien es cierto que, no todas las parroquias han elaborado el mismo calendario.

Por su parte, en la Parroquia de San Fernando se han inscrito, como novedad, de forma online 254 niños y niñas que desean recibir su formación durante el curso 2020/2021 y el párroco Jose María Alcázar en colaboración con los más de cuarenta catequistas ha organizado a los jóvenes de domingo a miércoles en grupos de hastas 10 personas, algo que según confirma supone un gran esfuerzo para el amplio equipo de catequistas ya que su compromiso, horario y responsabilidad es mayor.

Las sesiones comenzaron el pasado domingo con los alumnos de tercero y sexto de primaria, jóvenes que recibirán la primera comunión o el sacramento de la confirmación, continúaron el lunes con primero y segundo de primaria, avanzaron hasta el martes con los chicos de tercero y sexto de primaria de nuevo, y concluían el miércoles con los cursos de cuarto y quinto. Unas primeras sesiones extrañas pero que se han desarrollado con absoluta normalidad porque el alumnado llega con la lección aprendida según explica Alcázar. “Están acostumbrados a entrar en orden, a mantener la distancia y a usar el gel hidroalcóholico con frecuencia gracias a las explicaciones de sus padres y de los colegios”, apostilla.

En este sentido, han intentado establecer grupos burbuja para que sea fácil aislar a los alumnos en el caso de notificarse algún caso positivo de coronavirus, precaución a la que se suma la continua limpieza de las instalaciones por un numeroso grupo de voluntarios. Algo que les hace pensar en positivo y ser optimistas con el recién iniciado nuevo curso.

"Las primeras sesiones han sido extrañas pero se han desarrollado con absoluta normalidad porque el alumnado llega a la parroquia con la lección aprendida desde casa y desde el colegio"

En cuanto a la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz, las lecciones arrancan el primer domingo de octubre con niños y niñas desde los seis años, aunque al no contar con inscripción previa organizarán los grupos dependiendo de la afluencia. Inicio marcado por los nervios de comenzar una experiencia totalmente nueva y anómala por las nuevas restricciones pero están deseando reencontrarse con los pequeños.

A pesar de ello, afrontan con esperanza y alegría la celebración de eventos eclesiásticos el próximo año y su párroco, Alberto Carnicero, anima a los conquenses a retomar su relación con la parroquia porque gracias a los feligreses voluntarios se cuidan las medidas sanitarias con precisión para contribuir a poner freno a los contagios de la pandemia.

En este sentido, la Parroquia de San Esteban también ha adaptado sus actividades al nuevo panorama originado por la pandemia de la Covid-19.

Con las medidas de seguridad presentes constantemente colocan a los niños y jóvenes con distancia de seguridad durante las clases de catequesis, además de tomarles la temperatura al inicio de cada sesión, facilitarles gel hidroalcohólico y mantener la obligación de usar la mascarilla.

Además han incrementado las labores de desinfección y limpieza en la parroquia, por lo que a diario un grupo de voluntarios lleva a cabo el aseo de las instalaciones, mientras que el domingo se higienizan hasta cinco veces debido a la gran afluencia de feligreses a misa.

En cuanto a los grupos de catequesis han apostado por dividirlos en diferentes grupos según el curso escolar en el que se encuentren. Por tanto, los alumnos de primero y segundo de primaria acuden los martes, los estudiantes de tercero y cuarto de primaria reciben las clases los miércoles mientras que, los chicos y chicas de quinto y sexto de primaria asisten los jueves. Además, han reservado el viernes para el grupo de jóvenes que se prepara para recibir el sacramento de la confirmación y por último el domingo acude el grupo de jóvenes que continúa colaborando con la Parroquia tras haber recibido el último sacramento citado.

Antonio Fernández, párroco de San Esteban cree que esta situación, en parte, beneficia a los alumnos ya que reciben una atención más personalizada junto a sus profesores puesto que las clases no pueden superar el límite de diez personas. Con esta división se genera un ambiente de confianza donde no hay prisas ni presiones y donde prima la cercanía, no solo con los chicos y chicas sino también con sus familias.

Sin duda, Fernández espera que el próximo año se puedan celebrar las comuniones en el mes de mayo aunque, si surgen complicaciones no quedará más remedio que aplazarlas a septiembre como ha ocurrido en 2020.

Está claro que las Parroquias conquenses han iniciado la labor de formación con buen pie, cumpliendo las medidas y dentro de la mayor normalidad posible. Plantando cara al virus, sin perderlo de vista pero firmes en su apuesta de desterrar al miedo para dar paso a la clases de catequesis que reciben cientos de niños y niñas conquenses cada año.