Corría el año 1218 cuando un canónigo donó a la Catedral de Cuenca una huerta de la hoz del Huécar. Esa transacción quedó reflejada en un documento escrito en latín sobre pergamino que, 807 años después, se conserva intacto en el Archivo Provincial de Cuenca. Este es el documento más antiguo que custodia esta institución dependiente de la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha, y que desde su creación en el año 1948 se ha convertido en el guardián de la memoria histórica del territorio conquense.
Desde hace 28 años, su directora es Almudena Serrano, quien destaca que todos los documentos históricos tienen un gran valor patrimonial. En el caso del archivo conquense, “tenemos la fortuna de que se hayan conservado muchos fondos documentales y archivos de instituciones con documentación valiosísima”.
Por poner algunos ejemplos, destaca la colección de pergaminos, que cuenta con casi 200 documentos; la colección de cantorales, siendo alguno de los siglos de la Plena Edad Media; la documentación de conventos y monasterios; la documentación judicial, muy valiosa, por toda la información que consta en los procesos judiciales, civiles, criminales y ejecutivos.
Además, señalar especialmente los protocolos notariales, de los que se conservan casi 4.000 volúmenes. “Se trata de miles de escrituras otorgadas ante notario, desde el año 1503 hasta 1925: testamentos, inventarios de bienes, contratos de trabajo, compraventas, obligaciones, etcétera, que son muy utilizados por los investigadores”. Prueba de ello, Serrano subraya que estos trabajos de investigación han dado como fruto muchos libros y artículos, con extraordinaria información histórica.
¿Qué nos pueden contar todos esos documentos sobre la historia de Cuenca y su provincia? La directora asegura que “todo”, donde toda la cantidad de documentos, legajos y manuscritos les acaba sorprendiendo hasta a ellos mismos. “Antiguamente, en los documentos abundaban detalles que nos permiten tener una visión de cómo era la vida en cada aldea, pueblo o ciudad”. Por ello, destaca que el valor de los documentos “es enorme”, porque hay lugares que ya han desaparecido, unos por despoblación, y otros porque, literalmente, no existen. “Lugares que fueron y que hoy ya no aparecen en los mapas, pero sí que ha quedado constancia y de ahí que los datos que aportan los documentos sean valiosísimos”, enfatiza Almudena Serrano.
DOCUMENTOS CURIOSOS
Entre los documentos más curiosos o que hayan despertado más interés custodiados por el Archivo Histórico Provincial de Cuenca destaca su directora que entre los muros se conservan unos bifolios de un códice del siglo XIV, unos fragmentos de un Corpus Iuris Civilis, Derecho romano que es nuestro Derecho. “Cuando me di cuenta de que se trataba de un Corpus Iuris Civilis contacté con el Departamento de Derecho Romano de la Universidad Complutense de Madrid, para comunicárselo”.
El profesor que la atendió -ya fallecido- no se podía creer que en Cuenca hubiese algún fragmento del Corpus. Tanto es así que, al día siguiente de hablar con él, vino a verlos. “Me comentó que los expertos en esta obra ya habían dado por finalizados los estudios, pensando que no aparecerían más fragmentos. Se quedó entusiasmado al verlos… Le dio tiempo a publicar un breve artículo”, narra Serrano.
“Estos bifolios son muy ricos en ilustraciones, una maravilla”, subraya, llegando al archivo conquense desde el monasterio de Bernardas de Cuenca, archivo monacal que se nacionalizó durante la Desamortización de Mendizábal, quedando en manos de Hacienda, y del archivo de esta Delegación de Hacienda se transfirió al Archivo Histórico, con otros archivos de instituciones eclesiásticas.
El Archivo conquense ha desvelado un fragmento de Corpus Iuris Civilis cuando los investigadores creían que no se iban a encontrar más fragmentos
Hoy en día, los ciudadanos son los principales demandantes de información, a los que se les entregan copias simples o compulsadas de los documentos que son necesarios para resolver algún trámite o plantear alguna cuestión a la Administración. También es frecuentado por investigadores, quienes utilizan la información de carácter histórico para sus investigaciones particulares. Además, la propia Administración necesita, en ciertas ocasiones, consultar algún documento concreto que se les haya transferido.
Así, el valor que tiene el Archivo tanto para sus vecinos como para los investigadores “es primordial e indiscutible”, ya no solo como seguro garante de la demostración de derechos a través de los documentos que se conservan, sino también que la documentación producida por la Administración tenga garantizada su conservación para atender las peticiones de los ciudadanos y salvaguardar sus derechos.
Actualmente ya no recibe documentación por falta de espacio, pero toda la que ha entrado en sus instalaciones de la calle Trabuco está descrita lo más detallado posible para así facilitar los datos imprescindibles y demandados por los investigadores y ciudadanos.
El Archivo continúa digitalizando sus fondos para facilitar la consulta por internet, sobre todo de aquellos que presentan peor estado de conservación
El estado de conservación de los documentos en el Archivo Histórico Provincial conquense “es bastante bueno, con alguna excepción, como en cualquier centro de estas características”, destaca la directora.
Hay documentos que dado su deterioro no se pueden consultar y, si hay posibilidad de realizar una reproducción digital, se hace, siempre atendiendo a que el ciudadano o investigador puede disponer de la información solicitada.
Esa digitalización es un proceso que requiere de tiempo y disponibilidad económica. “Poco a poco se está llevando a cabo, y en un futuro se podrán consultar en línea”, subraya la directora, quien detalla que a partir de Family Search se han realizado varias campañas de digitalización.
Además, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España se ha ido avanzando en la digitalización del fondo documental de Tribunal Provincial de Responsabilidades Políticas, disponibles las imágenes en el Archivo Histórico y, esperan que pronto, online.
También, la Gerencia Territorial del Catastro ha llevado a cabo la digitalización de documentación de los Servicios de Rústica y Urbana transferidos al Archivo Histórico, que, en breve, estará disponible en su web, aunque también las tenemos en el Archivo.
Las nuevas tecnologías, desde su implantación, supusieron un antes y un después en el trabajo que desarrollan en el archivo. Y su implementación ha permitido agilizar enormemente el tiempo de respuesta, la facilidad de la reproducción documental y el contacto con los ciudadanos. Además, la disponibilidad que tienen los investigadores de poder realizar sus propias fotografías con sus dispositivos electrónicos les permite economizar esfuerzos y tiempo de estancia y de consulta de documentos. “La fotografía digital para ellos y nosotros es fundamental”, recalca.
Los retos profesionales del Archivo Histórico son seguir realizando sus funciones “de la mejor manera posible”, enfocados en la gestión de la documentación y la atención a los ciudadanos, y poder conseguir una mejora de las instalaciones y de los recursos de los que debemos disponer.
Por eso, los planes para seguir ampliando, modernizando o adaptando el archivo “siempre son ambiciosos, otra cosa es lo que se pueda materializar en un futuro próximo o a medio plazo”. Serrano detalla que “las necesidades están ahí, cada época marca unas exigencias y la conservación de la documentación es importantísima”, y el actual edificio “se quedó pequeño hace ya un tiempo”. Por eso, a corto plazo le gustaría ver un edificio en el que pudiera estar toda la documentación que ahora mismo no pueden asumir por una “ostensible” falta de espacio.
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