Un análisis de Ecologistas suspende la calidad del aire de la capital

La capital conquense tiene un nivel de contaminación inferior al que marca la normativa pero superior al recomendable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así se desprende del informe sobre la calidad del aire en España elaborado por Ecologistas en Acción correspondiente al pasado año 2016, que en el caso de la provincia solo tiene contabilizada la capital, con una superficie de 1.719 kilómetros cuadrados y 59.079 habitantes.
En concreto, la capital conquense superó durante 16 días los 50 microgramos por metro cúbico de partículas sólidas o líquidas de materiales como polvo, cenizas, polen u hollín menores de 10 micras (PM10) dispersas en la atmósfera, una cifra por debajo del máximo legal permitido (35 días) pero por encima del máximo de tres que recomienda la OMS.
En paralelo a ello, la media anual de PM10 se situó en los 27 microgramos por metro cúbico, también por debajo de la normativa legal (40) pero por encima de las recomendaciones de la OMS (20).
En el caso del ozono troposférico (O3), un potente oxidante que produce efectos adversos en la salud humana, este supera el porcentaje que se considera máximo para que la vegetación se encuentre debidamente protegida, al alcanzarse los 22.630 microgramos por metro cúbico frente a los 18.000 que se recomiendan.
La capital sí registró sin embargo un nivel de NO2 (dióxido de nitrógeno) inferior tanto a la normativa como a la OMS: una media de 18 microgramos por metro cúbico frente a los 40 que permiten la normativa y la OMS.
El coordinador de Ecologistas en Acción en Cuenca, Carlos Villeta, señala que la situación ha mejorado con respecto a 2015 “pero solo ligeramente” y empeorado en relación a 2014.
En el caso de las partículas en suspensión, Villeta atribuye estas al excesivo uso de vehículo privado que a su entender se produce en la capital, lo que hace que “aunque no se superen los niveles legales, sí se superan las recomendaciones de la OMS”.
Y, en cuanto al ozono, advierte de que es una consecuencia del cambio climático y que en Cuenca está teniendo una especial incidencia negativa en la vegetación, con unos indicativos que, aunque se refieren exclusivamente a la capital conquense, a su entender “al tratarse de emisores externas, que en el caso de la capital llegan principalmente, según los vientos, de Valencia, pueden ser similares a los que tenga cualquier lugar de la provincia, aunque probablemente la mayor concentración se de en la comarca de Tarancón por su cercanía con Madrid”.
PREVISIONES 2017
De cara a 2017, cree además que terminará siendo un año “seguramente peor” tanto en partículas en suspensión como en ozono al no observar un cambio de hábitos y haber registrado la capital un final de primavera con las temperaturas más altas que se recuerdan por una ola de calor que se prolongó durante más de una semana y que tuvo una segunda parte ya iniciado el verano.
No en vano, el calor ha disparado este año la demanda de instalación de aparatos de aire acondicionado, que entre otras cosas “además de aumentar el gasto eléctrico expulsan un aire caliente hacia fuera que provoca una subida de las temperaturas exteriores”, ante lo cual Villeta recomienda que la gente use otro tipo de sistemas, como los ventiladores o, sobre todo, que se intente regular la temperatura de las casas con un buen sistema de aislamiento y bajando las persianas en las horas de sol y subiéndolas y abriendo las ventanas por la noche para intentar perjudicar lo menos posible al medio ambiente y a nuestra propia salud.
Situación de c-lm
En el conjunto de la región, el informe de los ecologistas, que toma datos de hasta 700 estaciones oficiales, advierte de que los dos millones de habitantes castellano-manchegos estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la OMS, algo que achaca “al repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles, la apuesta por las energías sucias en detrimento de las renovables o el cambio climático”.
Ante esta situación, demandan la implicación de administraciones como el Gobierno regional, que piden que lleve a cabo campañas de concienciación sobre los riesgos que esta contaminación conlleva para la población y apruebe un plan de mejora de la calidad del aire.
“Solo hay planes de reducción para las partículas PM10 y SO3 en la zona de Puertollano, una negligencia que pone en peligro la salud de la población”, señala un colectivo según el cual cada año se registran más de 25.000 muertes prematuras en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire.
A los ayuntamientos, mientras tanto, los ecologistas les exigen planes que aboguen por reducir la movilidad en coche fomentando los desplazamientos a pie, en bicicleta o en transporte público.