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Almorzar en Embid

Almorzar en Embid

12/02/2023 - Miguel Romero

Sales de Cuenca y sigues la ribera derecha del río Júcar, a contracorriente. Puedes ir por la carretera o tal vez, por un camino que cruza la antigua ermita de San Juan de la Ribera y huertas, ahora casi abandonadas, que antaño fueron la envidia del mercado de la capital.

Cuando discurres unos cuatro kilómetros y medio, cruzas por debajo el puente de Valdecabras y te adentras en un territorio interesante e histórico: la Finca de Embid.

Nos cuenta en la página de la gran obra del románico conquense que “Durante siglos Embid fue villa independiente, pero en una modificación reciente pasó a formar parte de la capital al igual que otros pueblos cercanos como Cólliga, Colliguilla, La Melgosa, Mohorte, Nohales, Tondos, Valdecabras y Villanueva de los Escuderos”

No hay duda que tendríamos que remontarnos a la reconquista de la ciudad por Alfonso VIII y la repoblación posterior. Dicha repoblación la llevarían a cabo hombres provenientes de la vecina Guadalajara y más concretamente del Señorío de Molina, donde actualmente se puede encontrar un pueblo con la misma denominación.

En las primeras fuentes, Embid aparece con la denominación de Caserío y perteneciente al alfoz de Cuenca. Desgraciadamente los datos escasean y ni siquiera autores como Madoz se hacen eco de las noticias de Embid. Sin embargo sí aparece en la obra de Sebastian Miñano y Bedoya, el cual en 1826 le da una población de 6 vecinos y unos 20 habitantes.

Pero ahora, todo ha cambiado. Un buen complejo hostelero ocupa la mayor parte de su demarcación, con una renovación en la parte de la aldea, carpa, salón, ermita arreglada, caserío restaurado y jardines que le circundan.

La familia sigue habitando su caserío y tierras. Abajo, Camping con amplia piscina, restaurante digno y aparcamiento de rulottes, casas rurales y otros servicios muy necesarios que sirven para el viajero.

Ahí, en ese lugar, mis amigos y yo: Miguelín, Carlos, Rafa, Fernando, Susy y un servidor, almorzamos todos los domingos y compartimos con muchos clientes, unos buenos momentos de relax y de convivencia sana. Recibimos un especial trato a cargo de sus trabajadores y el entorno es un privilegio de la naturaleza.

Y es que Embid tiene mucho que aportar, sin duda, para el investigador, para el historiador y para el interesado porque en la cima del caserío, una ermita de corte y traza románica te espera. Es de los vestigios más auténticos y bellos que uno puede encontrarse.

Por su situación se ha mantenido casi intacta desde su traza más primitiva que podemos contemplar. Consta de una sola nave, ábside semicircular y espadaña a los pies. Bajo ésta se encuentra una de las portadas de ingreso al templo, mientras que en el muro sur, y acompañada de un pequeño pórtico, se halla la portada principal.

El templo sufrió una sobreelevación en la nave que tuvo como consecuencia la desaparición del presbiterio como cuerpo diferenciado. Construida con mampostería, con sillares de refuerzo en las esquinas y en la parte superior de la espadaña, la iglesia se cubre a dos aguas mediante el uso de teja cerámica curva, a excepción del pórtico del muro sur que lo hace a una. El vuelo de los aleros se recoge por la típica rosca de teja vuelta.

El interior es de escasas dimensiones debido, en parte, a la clausura del ábside para realizar las funciones de sacristía. El espacio se cubre mediante un techo plano. Justo a los pies se levanta un coro alto que asienta en pares de madera y bajo éste se encuentra la pila bautismal.

Muy estudiada por Nieto Taberné, del que he extraído la mayor parte de la información, tendríamos en su pila bautismal una joya del románico.

Nada más atravesar la portada de acceso del muro sur y justo a mano izquierda se halla esta obra tallada en pleno proceso de repoblación (siglo XIII). De un diámetro de 99 cm y con una altura de 90 cm, la pieza de Embid se puede clasificar dentro del amplio grupo de pilas lisas decoradas con cenefa. El vaso, profundo y de gran amplitud, presenta bajo un bisel liso una cenefa ligeramente resaltada. Ésta se divide en dos partes: por un lado, la superior totalmente lisa, y, por otro, la inferior que tiene una decoración de líneas en zigzag. El resto de la copa es completamente lisa. El pedestal sobre el que se asienta es de base circular y presenta escocia y toro".

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