Mari Cruz y Arturo, las almas franciscanas de la Navidad taranconera
Cuando Mari Cruz Maiz Navalón y Arturo Felipe Ginés Montealegre recibieron la llamada del Ayuntamiento de Tarancón, llegó la sorpresa. Primero pensaron que se trataba de un error. “Nos quedamos en shock”, recuerda Arturo entre risas. “Somos gente normal, de a pie, anónima. No esperábamos algo así”. Pero no fue un error. El próximo mes de diciembre, este matrimonio será el encargado de pregonar la Navidad taranconera.
Para ellos, la labor que les han encomendado es un honor inesperado, un reconocimiento a toda una vida construida desde la fe, el compromiso y la alegría franciscana. “Nos han llegado muchos mensajes de felicitación, de cariño y estamos muy emocionados”, nos cuenta Mari Cruz. “Nunca imaginé que podría ser pregonera de la Navidad de Tarancón. Yo soy de El Peral y, aunque llevo casi veinte años aquí, que hayan pensado en nosotros para pregonar la Navidad nos llena de gratitud”.
Arturo, de padre turolense y madre conquense, ha pasado buena parte de su vida en Tarancón, “excepto los años de universidad”, y fue allí donde encontró no solo su vocación de maestro y músico, sino también el lugar donde crecer en comunidad. “Trabajo en el colegio Melchor Cano, que es un centro franciscano, y desde ahí hemos vivido experiencias muy profundas, sobre todo en las misiones.
Y es que Mari Cruz y Arturo son misioneros franciscanos. Su historia de amor empezó en Cuenca, donde se conocieron cuando ambos estudiaban en la universidad: él Magisterio, ella Trabajo Social. “Me costó convencerla de que el amor era conmigo”, bromea Arturo, pero lo cierto es que desde entonces han caminado juntos, compartiendo proyectos de vida y mirando el mundo desde la humildad, la fraternidad y la sencillez.
Navidad como forma de vida
Para Mari Cruz y Arturo, la Navidad no se limita a un tiempo concreto en el calendario, ni a la vorágine de luces y compras. “Se trata de un momento familiar muy especial, pero también es algo que intentamos vivir todo el año. La Navidad es volver a nacer cada día, mantener la esperanza, el amor y la fe. No puede quedarse solo en el consumismo o en el marketing”, subraya Arturo.
Por eso, su pregón no será un discurso vacío o una suma de frases sin más, sino que será una invitación a mirar con otros ojos lo esencial. Hablarán de su experiencia franciscana, de cómo viven la Navidad desde sus valores y de la importancia de la multiculturalidad en una ciudad como Tarancón. “Queremos reflejar esa mezcla de culturas, de orígenes, de personas que viven y conviven aquí, porque la Navidad es también eso: encuentro y diversidad”, nos dice convencida Mari Cruz.
Y, claro está, la música no va a faltar. Arturo, maestro por la especialidad de música y guitarrista, prepara junto a su esposa una sorpresa musical con la que acompañar el pregón: “La música es fundamental en nuestra vida y en la Navidad. Es unión, alegría, un lenguaje universal que llega a todos”.
La vida de Mari Cruz y Arturo gira alrededor de una profunda fe franciscana, una fe basada en la humildad, la naturaleza y el amor a los demás. Como misioneros franciscanos, han participado en misiones en Colombia, además de experiencias previas de voluntariado en Ecuador, Guatemala, India y Nepal”. “Lo que vivimos en Colombia fue increíble”, cuenta Arturo con emoción. “Allí encontramos una segunda familia. Nos sentimos acogidos y queridos, y aprendimos mucho más de lo que fuimos a dar”.
Para ellos, ser franciscanos es seguir el ejemplo de San Francisco de Asís: “Amar al prójimo, a la naturaleza, vivir con alegría incluso en medio de la dificultad. Hoy el mundo está lleno de oscuridad, y nuestra misión es sacar la luz de ahí, transformar lo negativo en esperanza”. Y eso es precisamente lo que harán cuando pregonen la Navidad, iluminar de amor, paz y alegría a Tarancón y a sus gentes.