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Castilla-La Mancha, paraíso para los amantes de las setas

Las provincias de Cuenca y Guadalajara son las que presentan una mayor variedad micológica, aunque el resto de la región también alberga diversos espacios con hongos
Fotos: © Turismo de Castilla-La Mancha © David Blázquez
11/11/2022 - Publirreportaje

El otoño se ha hecho esperar  este año pero ya está aquí. Y tras las primeras y deseadas lluvias de la estación, comienza la temporada de mayor atractivo para los amantes de las setas ya que los bosques y montes de Castilla-La Mancha exhiben en estas fechas una sorprendente variedad micológica,  una oportunidad perfecta para salir a pasear sin prisas en busca de estos valiosos tesoros de la naturaleza. 

Desde los populares níscalos a las codiciadas amanitas de los césares, el listado de setas que prosperan en la región es casi interminable: boletus de varias especies, setas de cardo, parasoles, champiñones, rebozuelos, senderuelas, colmenillas, perrechicos, matacandiles, setas de chopo, pies azules, capuchinas, negrillas y un largo etcétera son algunas de las especies comestibles más conocidas. 

SETAS Y HONGOS, ¿ES LO MISMO?

Aunque, en primer lugar, convendría hacer una aclaración terminológica dado que hongos y setas son dos palabras que suelen utilizarse erróneamente como sinónimos: las setas son la parte visible de los hongos, que es un ser vivo mucho más grande, no dando todos ellos lugar a setas. Por tanto, equivaldrían a los frutos de los árboles, como las bellotas de las encinas o las piñas de los pinos. 

En Castilla-La Mancha se han logrado identificar más de mil setas diferentes, una cifra abrumadora que pone de relieve la importancia micológica de la región. Además, se estima que podría haber más de tres millares de especies de hongos en todo el territorio castellanomanchego. 

Al margen de su interés gastronómico y de su atractivo, también hay que recordar la importancia de estos seres vivos en los ecosistemas debido fundamentalmente a las relaciones que establecen con numerosos organismos. Así, y aunque no los veamos, de los hongos depende en gran medida el estado de salud de los bosques.

DÓNDE Y CUÁNDO IR EN SU BÚSQUEDA

Si ha llovido lo suficiente al comienzo del otoño, en casi cualquier sitio aparecerán setas aunque hay ecosistemas y enclaves privilegiados. Y como bien saben los expertos, cada especie se desarrolla en determinados ambientes: por ejemplo, los níscalos son fáciles de encontrar en pinares; los boletus aparecen en bosques maduros de montaña, bien conservados; mientras que las setas de cardo salen  en parajes más llanos, en muchas ocasiones al arrimo de las cañadas y vías pecuarias, en zonas no cultivadas. 

A lo largo y ancho de la región encontrarás una amplia lista de lugares idóneos para disfrutar de las setas aunque quizás son las provincias de Guadalajara y Cuenca las que presentan una mayor variedad dada la extensión de sus zonas montañosas y de sus terrenos forestales aunque el resto de provincias también albergan espacios naturales de merecida fama micológica. 

En el territorio conquense, los casi infinitos pinares de La Serranía de Cuenca y sus estribaciones se convierten en un auténtico lugar de peregrinación en estas semanas para centenares de aficionados de todo el país. En concreto, en especial en la sierra de Valdemeca (ruta Fuente de la Ardilla-Estepares, con paneles interpretativos), en los altos de Cabrejas o los alrededores boscosos de diversas localidades de la comarca de La Serranía Media-Campichuelo. 

Y en Guadalajara es recomendable visitar los bosques del Alto Tajo, admirando sus imponentes roquedos, y la extensa Sierra Norte de Guadalajara, donde se emplazan los fotogénicos pueblos de la Arquitectura Negra. 

Por su parte, en la provincia de Toledo destacan la Sierra de San Vicente y las laderas de los Montes de Toledo, cubiertas de densos bosques. Mientras, en Albacete, tienen una mayor importancia micológica las sierras de Segura y de Alcaraz, verdaderos paraísos para los recolectores de setas; y en Ciudad Real, es interesante explorar los ecosistemas forestales que se extienden por alomados relieves del sur y el oeste de la provincia, desde Sierra Morena hasta las puertas del Parque Nacional de Cabañeros. 

No hay que olvidar que, en general, la llegada del invierno y las primeras heladas suele poner fin a la temporada de setas por lo que conviene aprovechar al máximo las fechas óptimas para disfrutar de una mayor variedad micológica.

Si va a buscar setas comestibles, es recomendable ir con expertos ya que hay especies que se pueden confundir con otras tóxicas. La precaución debe ser máxima
La matamoscas (Amanita muscaria), tóxica, es una seta muy llamativa. Foto: © Javier Gómez Aoiz

Si este otoño tiene pensado buscar setas en Castilla-La Mancha y se plantea la recolección de algunas especies comestibles, es recomendable ir en compañía de expertos, sobre todo si se está iniciando en este campo. Al igual que sucede con la botánica, con la ornitología o con la observación de fauna, cualquier salida o excursión guiada por gente con una dilatada experiencia en la micología resultará mucho más enriquecedora y, en este caso, mucho más segura. No debe olvidarse que hay numerosas especies que se pueden confundir con otras que son tóxicas y peligrosas, por lo que hay que tener precaución y jamás consumir una seta si no se está totalmente seguro de si se trata de una especie comestible. 

La región cuenta además con varias empresas de turismo activo y turismo de naturaleza que disponen de guías locales especializados en micología, con enormes conocimientos en la materia y de su territorio, lo que hará mucho más provechosa la jornada.

Y también existen diversas sociedades y asociaciones micológicas (sobre todo en las provincias castellanomanchegas con una mayor tradición en la recogida de setas). Para sumergirse de lleno en este apasionante mundo, consulta su programa de actividades como salidas, charlas, conferencias, exposiciones o concursos de fotografía.

RESPETAR EL MEDIO AMBIENTE

A la hora de salir al campo, lo primero que hay que tener presente es el cuidado de la naturaleza y el entorno. Y si va a buscar setas, recolecte solamente aquellas especies comestibles que conozca bien y que vaya a consumir, evitando causar cualquier tipo de deterioro en el frágil medio en el que viven. 

Pero ¿qué es lo que debería llevar en cualquier salida micológica? Tome nota: una cesta (preferiblemente de mimbre, ancha y poco profunda, evitando que las setas se aplasten y permitiendo que sigan soltando las esporas) y una navaja, para cortar limpiamente el pie de la seta sin causar daño al hongo que la ha generado. Además, será fundamental llevar un buen calzado, que permita pasear cómodamente por terrenos húmedos y a menudo irregulares. 

Y no olvide la cámara de fotos ya que hay especies realmente vistosas y muy llamativas (además de altamente tóxicas, en algunos casos), como la matamoscas (Amanita muscaria), con su peculiar sombrero de inconfundible e intensa coloración roja con motas blancas. 

También tenga presente, por otro lado, que hay muchas zonas en las que se requiere haber obtenido previamente un permiso o una autorización para recolectar setas, sobre todo en los montes públicos comunales. En las oficinas de turismo o en los centros de interpretación de los espacios protegidos que visite puede consultar las limitaciones existentes para no infringir la normativa vigente.

GASTRONOMÍA DE SETAS

En el apogeo del otoño, una estación mágica en Castilla-La Mancha, no pierda la oportunidad de disfrutar de la fascinante variedad de setas. Y además de recorrer y descubrir paisajes de ensueño, apenas transitados, en los que el entorno natural le cautivará desde el primer instante, complete la visita degustando estos manjares de temporada, que tienen un especial protagonismo en muchos restaurantes y establecimientos de la región, disfrutando de toda una experiencia gastronómica. ¿Qué más se puede pedir?