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Balance incendios 2020

La provincia de Cuenca registra un 50% menos de incendios forestales que en 2019

La superficie quemada baja un 95% respecto a 2019, año que estuvo muy por encima de la media debido al siniestro en Barchín del Hoyo
La provincia de Cuenca registra un 50% menos de incendios forestales que en 2019
Imagen de archivo de las tareas de extinción de un incendio forestal. // Foto: Saúl García
23/10/2020 - Dolo Cambronero

Aunque los mejores resultados serían cero fuegos, el balance es positivo. La campaña de 2020 de lucha contra los incendios, cuya época de alto riesgo va del 1 de junio al 30 de septiembre, ha sido de las “buenas” de la última década: se han registrado 16 fuegos forestales en la provincia de Cuenca frente a los 31 de 2019, lo que implica una bajada del 50%, según detalla el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, Rodrigo Molina.

El descenso llega hasta el 95% en el caso de la superficie total quemada (154,7 hectáreas en esta campaña frente a las 2.946 de 2019) y al 98% si se atiende solo a la superficie forestal afectada (de las 2.792 del ejercicio anterior se ha pasado a 61 en 2020) aunque hay que tomar estas cifras con precaución ya que el gran incendio registrado en Barchín del Hoyo el año pasado rompió con el promedio de la última década. “La mejor campaña, con los datos más bajos tanto en superficie como en número de incendios, fue la de 2018”, precisa Molina.

El responsable provincial de Desarrollo Sostenible precisa que denominan siniestro a todo suceso que implique que algo está ardiendo: si la superficie afectada pasa de una hectárea, se clasifica como incendio y si no llega, es calificado como conato.

En total, hasta el 30 de septiembre, se han contabilizado en la provincia de Cuenca 221 siniestros frente a los 269 de 2019, lo que supone un 17,8% menos, según precisa Molina.

Para el delegado del área, detrás de las bajadas registradas en esta campaña se encuentra que 2020 ha sido un buen año desde el punto de vista climático con “precipitaciones bastante copiosas que, aunque hacen que haya más materia combustible, también hacen que haya más verde y menos materia viva para quemarse” y han hecho que la vegetación haya conservado más humedad porque las lluvias se repartieron tanto en primavera como en julio y septiembre. No obstante, también añade que en el descenso también tiene que ver otra variable relacionada con el factor humano puesto que, tal y como recuerda, dos de los grandes incendios de los últimos diez años han sido intencionados.

De hecho, en esta campaña, el 35% de los incendios registrados en la provincia han sido intencionados mientras que el 30% se encuadran en el grupo de negligencias y causas accidentales (provocados por maquinaria en el campo o tirar una colilla sin intencionalidad de provocar el fuego). La causa es desconocida en el 17% de los casos.

Asimismo, también subraya que otro de los factores de la bajada son las actuaciones sobre la masa forestal que cada año desarrollan para prevenir al margen de la campaña de extinción del verano. “Desde hace dos legislaturas, empezamos a trabajar los doce meses con la empresa pública Geacam y el programa La oveja bombera. Se actúa sobre alrededor de 6.000 hectáreas al año en la campaña de prevención para evitar que empiece el incendio o que se propague”, resalta.

En la campaña de verano han participado en la provincia de Cuenca 454 trabajadores (357 de Geacam, 83 agentes medioambientales, seis técnicos y ocho conductores). Entre las novedades de este año, se ha contado con una nueva base de retenes en Uña y se han establecido el Índice de Propagación Potencial (IPP) y una serie de portavocías, que han permitido mejorar la información sobre los incendios.

INCENDIO DE BARCHÍN DEL HOYO

Por otro lado, l delegado provincial de Desarrollo Sostenible asegura que en estos momentos “no hay ningún tipo de plaga” en los terrenos afectados por el incendio que en julio de 2019 arrasó cerca de 2.800 hectáreas de monte en los términos municipales de Barchín del Hoyo, Piqueras del Castillo, Gabaldón y Valverdejo.

“Vamos ubicando trampas para ver cómo van los necrófagos y ahora no hay plagas”, detalla, al tiempo que confirma que se han abierto expedientes sancionadores por tener madera apilada en esta zona. En cuanto a la reforestación, Molina apunta que el fuego afectó sobre todo a pino carrasco, “que se regenera bastante bien”, por lo que el proceso será más rápido que en otros lugares.